La Torá nos ordena ser felices: “Se alegrarán con todo el bien que Dios les ha dado”. Aquí cabe la pregunta: ¿por qué necesitamos una orden para alegrarnos, dado que instintivamente debiéramos ser felices cuando tenemos cosas buenas?
La naturaleza del hombre es querer más de lo que posee en el presente, como dicen nuestros Jajamim: “Quien tiene cien, quiere doscientos…”.
Nuestros momentos de felicidad están mezclados con la tristeza por aquello que nos falta. Sin embargo, la Torá nos ordena alegrarnos con lo que tenemos y esforzarnos para ello.
La falta de alegría con lo que tenemos es destructiva, física y espiritualmente.
“Actuar todos los días con alegría y motivación, aun cuando sea sólo exterior, al final te influye en ser una persona alegre” (Rab Zelig Pliskin).
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