Festejamos 61 años de Estado, y más de 3000 años de historia. Festejamos un aniversario más de Israel, y que el pueblo de nuestros antepasados se haya reorganizado en su centro espiritual y cultural.
Así de gigantescos deben ser los festejos de Iom Haatzmaut, tanto en Jerusalén como en la diáspora, porque así de gigantesca es la obra judía de tener un Estado Judío, representativo de todos los judíos del mundo.
Hace un par de años, fue un Iom Haatzmaut un tanto especial para los judíos de Argentina. Meses atrás Israel había estado en guerra, y las reacciones de ciertos sectores sociales y políticos argentinos golpearon de cerca. No solo se dedicaron completamente (invirtiendo su tiempo, esfuerzo y dinero) en criticar desproporcionadamente a Israel, sino que esas críticas iban inundadas muchas veces de una profunda judeofobia, resucitando viejos fantasmas de épocas pasadas.
Hoy nuevamente el compromiso nos exige salir a defender lo nuestro, y por eso hay que festejar con orgullo en esta fecha, reflejo de unión como comunidad y de apoyo a Israel: El Estado que necesita de nuestra ayuda, que lamentablemente estuvo en guerra y que afortunadamente busca la paz.
En esta ocasión, quiero recordar una clase de filosofía que tuve hace tiempo, donde un profesor nos hizo a sus alumnos una reflexión basándose en Kant. “Si quieren saber si algo es natural o antinatural, decía Kant, elévenlo a lo absoluto”. Siguiendo este modo de pensar, podemos concluir que la guerra es antinatural porque elevada a lo absoluto nos eliminaríamos entre todos, y la paz es natural porque en armonía se dan las condiciones para el desarrollo y la perpetuidad de la especie.
Trasladando la reflexión al conflicto palestino-israelí, decimos que Israel quiere la paz, lo natural para su desarrollo y la convivencia con sus vecinos. Pero esta paz no puede ser lograda a cualquier precio, a costa del bienestar de los ciudadanos. Debe ser una paz resguardada por la seguridad.
Desgraciadamente aquellas organizaciones que fomentan el terror nos han atacado, no solo a Israel, sino a ideales judíos y universales, y por supuesto hemos tenido que responder. Por lo que apoyo la lucha de Israel contra el terrorismo y su derecho a defenderse, para que así, superando a aquellos que cuestionan la existencia del Estado y negociando con legítimos interlocutores, se puedan construir los caminos para la paz.
Artículos Relacionados: