Una era que ha redefinido la palabra social. Una era que ha encontrado otro significado a la comunicación, a la estética, a las imágenes. Vivimos en un mundo que escucha más rápido de lo que hablamos, que ve, que lee de una u otra forma. La era de la inmediatez.
Hace poco más de un año, seis personas crearon una nueva red social para compartir fotos instantáneas; tal cual, una forma de instamatic siglo veintiuno. Un polaroid digital que te permite publicar lo que sólo ven tus ojos a través de un número de filtros que logran que distorsiones a tu manera tu propia realidad.
Una era que crea nuevos artistas y consagra a los que ya estaban. La era de los quince minutos de fama y de la moda vertiginosa. La mejor aplicación para iPhone del 2011: Instagram. Lo retro colgado de la vanguardia. Color y sensaciones que dan pie a cientos de aplicaciones de diseño gráfico y edición. A un mundo de principiantes e iniciados conviviendo, de profesionales de fotografía en Nueva York publicando en la misma nube que niñas de un colegio en Malasia. Instagram creando sensaciones. La fotografía rompiendo fronteras: relatos, cuentos, comics. Moda callejera. Visitas a museos. Mujeres hermosas. Lunas. Miles de flores. Millones de paisajes. Escotes. Frases. Todo lo que se pueda ver. Como lo dice Clive Thompson en WIRED, “Instagram tomó las herramientas que los pros ya usaban y las puso en manos de las masas.”. Luego, estas herramientas se multiplicaron.
La calidad la formas tú, por supuesto, haciendo una buena selección de las imágenes que llenarán la página de Novedades en tu aplicación. Hay personajes reconocidos con impresionantes fotografías como @simonbross y gente que comienza en el mundo de las imágenes con éxito como @teremicha y muchos otros. Hay grupos de instagramers mexicanos, grupos de gustos eclécticos que comparten sus visiones del mundo. Una nueva definición de la fotografía y de la era sociodigital.
Octavio Paz habla de la poesía como una operación capaz de cambiar al mundo. Luis Buñuel encuentra en el surrealismo una válvula de escape para el ser humano promedio en un mundo dominado por la guerra. La letra y la imagen. La moda y el diseño. Nuestra época digital cambiando al planeta constantemente. Revolucionándolo en una máquina de centrifugación.
Posiblemente los paisajes urbanos necesiten su propio surrealismo, atardeceres y amaneceres en la playa a la mano. Tal vez una frase o unos ojos particularmente bellos. Unas piernas o un par de zapatos. Todo a la mano en una cámara con la que también hablamos por teléfono. Todo a la mano para ver. Y no callar. Para ver y poder gritar.
El mundo se mueve más rápido de lo que podemos percibir, que mejor que poder hacer una crónica del mismo en imágenes. Twitter nos permite contarlo, Instagram ilustrarlo.
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