El celebrado investigador de la universidad de Stanford – Francis Fukuyama – publicó en páginas recientes del Foreign Affairs – algunas hipótesis en torno a los efectos políticos y económicos del covid-19. A su juicio, el debilitamiento del sistema democrático es el escenario más probable; representaría un grave resultado de las actuales y crecientes dificultades en los mercados laborales. Fukuyama opina además que en esta particular constelación algunos líderes podrían optar por la restricción de la libertad ciudadana argumentando que el combate al virus así lo exige. Anticipa en cualquier caso el brote de violentas rebeliones populares en paralelo a una dilatada crisis económica y laboral, fenómenos que fortalecerían tendencias autoritarias.
Escenarios probables que amenazan no sólo a países como Hungría y Filipinas hoy gobernados por regímenes antidemocráticos. El académico norteamericano juzga que también países latinoamericanos conocerán sistemas similares a menos que la opinión pública – hoy desarticulada – acierte a anticiparse a este peligro.
Reflexiones que Israel debe considerar. Si bien hasta estos días su democracia ha acertado a superar no pocas amenazas externas, la extensa propagación del virus- a la fecha más de 100 mil personas – le obliga a lidiar con múltiples riesgos que se originan en las fronteras y en su entorno.
Cabe agregar que las agrupaciones religiosas que apenas aportan a la economía y a la seguridad de Israel rehúsan apegarse a las concertadas restricciones en el número de asistentes a las sinagogas, particularmente en la recepción del Año Nuevo y Kipur. Si persisten en esta actitud multiplicarán el número de afectados que de todos modos es alto en los barrios de Jerusalén y en Bnei Brak . Creo que ni el Cielo ni buena parte de la ciudadanía perdonarán esta conducta.
En las últimas horas ha trascendido que Netanyahu ha resuelto postergar el cuarto y costoso duelo electoral hacia principios del 2021. Decisión que probablemente no le beneficiará ni personal ni políticamente considerando la apertura en enero próximo del juicio en su contra y el verosímil ascenso de los demócratas en el congreso norteamericano y, tal vez, en la Casa Blanca.
En síntesis: la democracia israelí sumará debilidades si los golpes del covid-19 no son resueltamente neutralizados y si sus actores políticos no revelan un indispensable equilibrio.
Artículos Relacionados: