Los sindicatos británicos tomaron la decisión de llamar a un boicot de productos israelíes producidos del otro lado de la Línea Verde. En la misma decisión agregaron un llamado a un boicot general del transporte y venta de productos israelíes en Gran Bretaña. También llaman a congelar los contactos sobre la elevación de grado de las relaciones de Israel con la Unión Europea hasta que los palestinos reciban justicia.
Hay una razonable probabilidad de que la decisión de imponer un boicot contra Israel por parte de los sindicatos británicos logre dos resultados: por un lado, dará más fuerza a la derecha israelí, porque indudablemente la mayoría de los israelíes percibirá el boicot como una expresión de odio contra Israel de parte de la izquierda europea. Así, ese patético boicot dará otro golpe misericordioso a lo que queda de la izquierda israelí que, golpeada y herida, ha estado arrastrándose hacia la derecha desde la intifada de Al-Aksa (que en realidad es la segunda Naqba que los palestinos trajeron sobre sí mismos).
Además, el boicot incitará y desarrollará el especial talento israelí de sacar la mayor ventaja de situaciones de presión. Ya ocurrió en el pasado cuando el Presidente francés Charles de Gaulle impuso un embargo total de suministro de armas a Israel como castigo por haberse embarcado en la Guerra de los Seis Días en contra de sus consejos. Ese mismo embargo francés instigó el asombroso desarrollo de la industria militar y aeronáutica de Israel. Si Israel se convirtió en una verdadera potencia en la producción de aviones sin piloto, misiles anti-misiles y un amplio arsenal de las armas más sofisticadas fue gracias al boicot que de Gaulle nos impuso.
Otro hecho, que hasta ahora no ha sido suficientemente difundido, tiene que ver con la contribución del boicot árabe en el desarrollo de la industria farmacéutica israelí. Alguien que dirigió una de las industrias médicas más florecientes me dijo que después de que las corporaciones farmacéuticas europeas capitularon ante el boicot árabe en los primeros años luego del establecimiento del Estado de Israel, la industria farmacéutica israelí no tuvo más alternativa que solucionar rápidamente el problema de la escasez de medicinas que se creó como resultado del boicot.
Así, la Liga Árabe contribuyó al establecimiento de Teva Pharmaceuticals, que se convirtió en un floreciente gigante internacional que compite globalmente y que, con gran éxito, aplasta a las mismas corporaciones que hace 50 años capitularon ante el boicot árabe.
Los judíos siempre han sido blanco de boicots impuestos contra ellos de tiempo en tiempo por los odiadotes y los poderosos. No es de extrañar que hayamos aprendido cómo beneficiarnos de los boicots que nos impusieron. Hasta podría decirse que un boicot anti-judío es oxígeno para los judíos. Incluso la relación entre el pueblo de Israel y su Dios es una relación llena de incontables proscripciones.
Las proscripciones que Dios impuso a su pueblo dieron nacimiento a dos reacciones judías: el judaísmo Ortodoxo golpea la puerta del cielo todos los días del año, pero especialmente durante los Días Solemnes, para pedir que se levante la proscripción divina, mientras que los judíos ateos se alejaron suspirando de Dios y sus proscripciones y decidieron sacar la mayor ventaja posible de esa desventaja esencial. Desde esa posición nació el sionismo político.
Tal vez podría encontrarse un inglés inteligente que, armado con esos hechos, ilustre a los dirigentes sindicales británicos que se lanzaron con gran entusiasmo en sus corazones y una lapicera en la mano a firmar este nuevo boicot; tal vez pueda encontrarse a alguien que los ilustre acerca de la medida de la responsabilidad que asumen por participar en la campaña para frustrar la iniciativa de Obama. Porque ellos, con sus gestos teatrales, han logrado una vez más imbuir en la dirigencia palestina el engaño de que tienen a alguien con quien contar en la Pérfida Albión, y como resultado los palestinos endurecerán sus términos de negociación y torpedearán la reanudación de conversaciones, para deleite de la derecha israelí, que una vez más podrá decir que no hay nadie con quien conversar.
Los palestinos están pagando una vez más el precio de los gestos vacíos de la izquierda europea irresponsable, que deriva satisfacción de esos mismos gestos.
Cortesía de Semanario Hebreo
Fuente:Pro Israel Foundation
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