Arribo
-¿Sí?
-¿Augusto?
-Si.
-¡Soy yo!
-¿Quién habla?
-¿Augusto?
-¿Quién habla?
-Sé que estás muy ocupado con tu trabajo…
-Recién me levanto, si me dieras algún dato, ¿nos conocemos?
-Por Carlota Banchero, Andrea Linares Fowless…
-¡Por favor, perdoname Andrea! Sabés que cuando recién me despierto parezco un zombie, no reconozco ni a mamá…
-No pasa nada…
-¿Cómo estás? Te iba a escribir justo esta noche, ¡sintonía!
-Ja ja, ¡synchronicity!
-¿Qué están dando con Carlota?
-Borges… y “La Razón de mi Vida” duerme conmigo.
-Algún día te prometo que voy a Buenos Aires en otoño… ¿cómo está Buenos Aires? Esas veredas que pisa esta poetisa que lejos va llegar…
-Supongo que bien… es que no estoy ahora en Buenos Aires.
-Ah, entiendo. ¿Pasó algo?
-Si.
-¿Qué pasó? ¿Tus padres están bien?
-Si, si…
-Te juro que no tuve un minuto libre, contame qué pasa.
-Te tengo una sorpresa.
-¿En serio? Me siento honrado.
-¿Adiviná dónde estoy?
-[…]
-¡Estoy allá! ¡En realidad estoy acá! ¡Llegué hace una hora!
-Ah… ¿por qué no me avisaste?
-¿No te gusta que haya venido?
-Como no me va gustar… ¿Y qué te trae por estas latitudes montevideanas?
-Tengo una amiga…
-¡Ah, qué bueno!
-¿Te veo hoy?
-Qué macana, sabés que esta semana estoy “de guardia”, si me hubieras avisado… pero será en otra ocasión, igual ¡me encanta que estés acá!
-Igual me quedo…
-¿Te quedás?
-Si, ¿o la semana que viene también estás de guardia?
-No, claro… ¿Te puedo llamar después? Me tengo que ir volando a la oficina.
-Claro, nos vemos.
-Nos hablamos.
Continuará: “La última cena”
Artículos Relacionados: