Libro: “¿Tiene Usted Raíces Judías?”, 2da parte

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Los apellidos y la moral judía llevan a Isabel Fuentes a descubrir sus raíces – por brian blum

Isabel Fuentes vive entre dos mundos. Por un lado, sabe intuitivamente que su familia tiene raíces judías, sin embargo, no ha podido probarlo en forma concreta aún. La periodista de 35 años, residente en Granada, se ha embarcado en un viaje espiritual para descubrir su pasado, con la esperanza de que algún día pueda volver a unirse al pueblo judío.

¿Qué te ha llevado a investigar tus raíces judías?


Cuando era pequeña, no sabía nada sobre Judaísmo. No había conciencia de esto en mi familia – quizás mis abuelos si la tenían, pero lamentablemente ya no están con vida.

En el año 2003, leí algo sobre Bnei Anusim. Cuando comencé a aprender un poco sobre Judaísmo, estaba sorprendida: nada me parecía nuevo. La ética judía era exactamente como la mía. ¡Es como si alguien hubiese leído mis pensamientos y los hubiese escrito! Por lo que comencé a investigar más.

A pesar de que no tengo ninguna prueba real de mis raíces, mis apellidos probablemente tienen origen judío. Estos incluyen: Rojas, Luna, Barquero, Calderón, Benegas, Adame, Pérez, Miralles, Martínez, Zabala y Talón.

¿Había costumbres judías en tu casa?

Nuevamente, no había nada concreto, pero si muchos pequeños detalles y rituales que mi hermano y yo creemos que pueden estar relacionados con un pasado judío. Por ejemplo, luego de visitar un cementerio, debemos bañarnos y lavar nuestra ropa así como nuestros zapatos – esto es similar al mandamiento judío de purificarse luego de entrar en contacto con un fallecido. Hay incluso algunos pescados que no son kosher que tradicionalmente no comemos. ¡Y en Andalucía tenemos un dicho donde maldecimos al faraón!

Lo más importante, siento, es el sistema de valores que tenemos en nuestra familia y que es más parecido al Judaísmo que a la sociedad en la cual crecimos.

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¿Cómo aprendió más sobre Judaísmo?

Al comienzo aprendí mucho de internet – de sitios tales como Jabad y Aish.com. Luego comencé a comprar libros sobre literatura judía y filosofía: la Torá con Rashi, el Shulján Aruj, el libro de plegarias y escritos del Jafetz Jaim.

Recientemente estuve en una clase del Rabino Nissán Ben Avraham (enviado de Shavei Israel en España) en Sevilla – fue maravilloso. Querría organizar un grupo de estudios del Rabino en Granada. Hacemos muchos esfuerzos por encontrar gente, pero desafortunadamente esto toma tiempo y es un poco triste y frustrante. Estoy incluso estudiando hebreo por internet.

Mi camino por el Judaísmo fue un poco diferente que el de la mayoría de los Bnei Anusim que van del Cristianismo al Judaísmo. La inconsistencia del mensaje que recibí en el Cristianismo me convirtió en atea y siempre evité el contacto con la religión… hasta que encontré el Judaísmo.  Aquí hay algo más que me sorprendió: mis amigos judíos estaban completamente desinteresados en lo que me sucedía. Siempre se quedaron al margen, incluso intentaron desalentarme. Ahora les agradezco, porque estoy segura de que haber estado sola en el proceso me ha fortalecido y me ha demostrado que mi conexión al Judaísmo es sincera.

¿Hay alguien más en su familia interesado en este proceso?

Cuando les digo lo que aprendí, algunos miembros de mi familia tienen cierta afinidad e incluso respeto por el Judaísmo, aunque pareciera ser más por el lado cultural e histórico que por el religioso.

¿Cuál es su nivel de observancia actual?

Comencé en el 2003. Empecé gradualmente a comer kosher, cuidar Shabat y observar la Halajá de acuerdo a lo que sabía. No siempre es fácil en España – por ejemplo, las festividades judías son días laborales. Pero intento hacer todo de la mejor manera posible.

¿Qué sueña para el futuro?

Hace muchos años  un Ben Anusim que conozco me preguntó qué me llevó al Judaísmo. Y le dije directamente: “quiero ser parte de este pueblo”. Si, puede ser difícil, pero no tengo duda que es el camino correcto. Siento una conexión con el Judaísmo, tan cercana, que no me parece algo “nuevo” o “diferente”. Creo que eso significa que estoy realmente convirtiéndome en parte del pueblo judío.

Observación: actualmente existe un grupo de estudio de Shavei Israel en Granada e Isabel Fuentes ya ha logrado su conversión y retorno oficial al Judaísmo.

דילוה םרו ,םר תא דילוה ןורצחו .ןורצח תא דילוה ץרפ ,ץרפ תודלות הלאו ןומלשו .המלש תא דילוה ןושחנו ,ןושחנ תא דילוה בדנימעו .בדנימע תא                                                .דוד תא דילוה ישיו ישי תא דילוה דבעו .דבוע תא דילוה זעבו ,זעב תא דילוה)ב”כ-ח”י :ד תור תליגמ(

Y estas son las generaciones de Peretz: Peretz engendró a Jetzrón. Y Jetzrón engendró a Ram. Y Ram engendró a Aminadav y Aminadav engendró a Najshón. Y Najshón engendró a Salmá y Salmón engendró a Boaz y Boaz engendró a Obed. Y Obed engendró a Ishai e Ishai engendró a David. (Rut 4: 18-22)

Los orígenes genealógicos de una persona, responden a la pregunta: “de dónde vengo” y son el fundamento para responder a la pregunta: “hacia dónde voy”. El Judaísmo y la condición judía se reciben y transmiten por la genealogía familiar. Por lo tanto, quien pueda demostrar su conexión y ascendencia de una familia judía, podrá de esta forma conectarse con sus raíces y demostrar su vínculo con el pueblo judío.

La genealogía es el estudio y seguimiento de la ascendencia de un individuo o familia. Cuando una persona inicia un trabajo de búsqueda genealógica, debe ante todo identificar todos los ascendientes y descendientes en un árbol genealógico y recoger datos personales sobre ellos. Como mínimo, estos datos incluyen el nombre de la persona y la fecha y/o lugar de nacimiento, matrimonio y muerte y en nuestro caso, la constancia de origen judío de la persona.

La elaboración de un árbol genealógico no es tarea sencilla, pero permite visualizar gráficamente el origen familiar e histórico de una persona y así poder demostrar sus raíces judías dado el caso.

Generalmente, lo más fácil es comenzar la búsqueda genealógica y el diseño del árbol genealógico familiar, desde la persona misma hasta la cuarta o quinta generación. Esta información se puede recopilar de los registros civiles locales o incluso dentro de la misma familia.

El desafío comienza cuando una persona tiene que retroceder en el tiempo y encontrar los datos de sus antepasados que hasta la fecha generalmente son desconocidos para él. En realidad, la mayoría de nosotros no conoce personalmente a sus bisabuelos y no sabe los nombres de sus tatarabuelos.

Esta búsqueda se complica aún más cuando la familia tuvo movimientos migratorios durante su historia, lo cual es muy común en todo el mundo y sobre todo en el pueblo judío (véase el próximo capítulo: raíces geográficas). Asimismo, las guerras y persecuciones no facilitaron el cuidado de documentos o la búsqueda de los mismos hoy en día.

Este panorama se torna más difícil si tomamos en consideración que a diferencia de nuestros días, el sistema  de registros de personas era mucho menos organizado. Actualmente es la norma que los hijos reciben el apellido de su padre quien a su vez lo recibió del suyo. Pero a principios de la edad moderna este asunto era tratado de modo muy distinto. Los padres tenían la libertad no solamente de elegir el nombre del hijo sino también su apellido.

De esta forma podemos ver que dentro de una misma familia podían convivir personas con apellidos diferentes – el de la madre, o el de una tía a la cual querían darle el honor, etc. No sólo esto, sino que en dicho sistema administrativo menos organizado no faltaban los casos de personas que por decisión propia cambiaban su nombre y apellido.

Quien emprende una investigación genealógica con el objetivo de crear un árbol personal debe tener en cuenta estos cambios y saber que los nombres y apellidos pueden haber cambiado con la mudanza de la familia de un lugar a otro debido a cambios de lenguaje o de pronunciación, o por la tendencia a traducir los apellidos de un idioma a otro. Estos cambios por un lado pueden dificultar el proceso, pero por el otro tienen la posibilidad de enriquecer el mismo, otorgando información sobre la familia, sus oficios y los lugares de referencia de la misma.

Los documentos necesarios para este tipo de investigación son: registros civiles, archivos eclesiásticos, registros migratorios, archivos notariales, bases de datos online y archivos familiares. Estos últimos no siempre existen o están disponibles, pero a veces se encuentran en cajones o en tapas de libros o en las pertenencias de un familiar fallecido.

Asimismo, es posible recibir gran ayuda en este proceso de búsqueda por parte de publicaciones genealógicas e institutos y sociedades genealógicas. Existen varios programas online, dedicados especialmente a ayudar y organizar la información recibida de manera gráfica e ilustrativa y  en forma de árbol genealógico.

En los últimos años, somos testigos de un muy positivo proceso de digitalización que torna accesible la información. Los países, registros civiles, entidades migratorias, iglesias y demás, publican sus archivos y documentos en la red al tiempo que facilitan avanzados sistemas de búsqueda. Incluso documentos que no se encuentran en dichas bases de datos, pueden ser a veces solicitados por medio de la red y recibidos por internet o correo.

No es nuestro objetivo desalentar a quien quiera utilizar este tema como fuente de investigación, pero si es importante señalar que no es una tarea simple. A veces, incluso, es necesaria o recomendada la ayuda de un profesional en el área de genealogía y a su vez experto en la zona y época de origen de la familia.

Este proceso debe realizarse con cautela y responsabilidad teniendo en cuenta que no siempre es posible llegar a una conclusión terminante y final, sino a un indicio o señal la cual deberá ser combinada junto con otros descubrimientos e investigaciones.

El objetivo de la elaboración del árbol genealógico es llegar en algún momento a conectar una persona o una generación a sus orígenes judíos. En otras palabras, si se logra demostrar que una abuela materna 10 o 15  generaciones atrás fue judía, eso puede llegar a ser una prueba de judeidad de la persona.

Por ejemplo, en casos de personas que sus familias provienen de España, Portugal e Italia, países donde reinó la Inquisición y sospechan que son descendientes de Marranos, para lograr el enlace entre el árbol genealógico reciente y las generaciones judías anteriores es necesaria la búsqueda en los archivos Inquisitoriales. Estos archivos pueden demostrar con fidelidad quién era judío ya que en cada proceso inquisitorial se mencionan todos los datos de la persona y su familia y el motivo por el cual fue procesado y juzgado.

Cuando se trata de un judaizante, el archivo señala claramente que la persona fue juzgada por mantener su fe y tradiciones judaicas en secreto. A veces no se encuentra el proceso de la persona buscada pero si el de un familiar cercano, como abuela, tía o esposo y esto a su vez tiene un gran valor y significado.

Cuando se trata de personas que viven en América Latina, pero son descendientes de judíos que llegaron de Europa central u oriental, antes o después de la Shoá, es posible, buscar información en los museos judaicos del lugar o en los libros de Yizkor (de recordación de comunidades judías previas a la Shoá). En los propios registros de nacimiento o de identidad de los países de Europa del Este era y es costumbre hasta el día de hoy escribir la religión de la persona.

Otro ejemplo interesante, es el caso de los “Judíos del Amazonas”, los cuales llegaron al norte de Brasil y más específicamente a Belem a mitad del siglo XIX y parte de ellos se establecieron en la zona de Iquitos en Perú. Estas familias son descendientes de judíos marroquíes. Por lo tanto, si la persona logra construir su árbol genealógico y por medio del mismo demostrar relación con su familiares marroquíes, podrá de este forma encontrar sus raíces judaicas.

Este estilo de búsqueda que es en realidad el medio más tradicional y clásico de comprobación de judeidad durante la historia, puede ser utilizado tanto por aquellas personas que quieren demostrar su judeidad de acuerdo a la Halajá (la ley judía) como por aquellas personas que intentan solo lograr un vinculo con sus raíces.

Como es sabido, sólo quien pueda demostrar una continuidad matrilineal podrá recibir acreditación formal de su Judaísmo. Aquellos que son descendientes por  línea paterna serán reconocidos como “descendientes judíos”, Zera Israel (poseedores de raíces judías). En caso de estar interesados en recibir un status judío según la Halajá (ley judía), deberán pasar por un proceso de conversión.

Preguntas de análisis y reflexión sobre el capítulo:

  • Trate de recoger todos los documentos que puedan ayudarle a construir un árbol genealógico.
  • Pregunte a parientes cercanos o lejanos si han intentado realizar algo parecido en el pasado y enlace la información.
  • Averigüe si en el lugar de donde proviene su familia hay una organización genealógica que pueda asistirlo o guiarlo.
  • Véase apéndice 2 para una explicación más detallada.

la genealogía Chueta lleva al famoso cocinero a confirmar su pasado

Antonio Piña, 59 años, vive en el pueblo de Sóller en la Isla de Mallorca, España.

Piña enseña cocina en un colegio técnico local y es conocido en todo Mallorca como experto en la cocina típica de la isla. Ha escrito libros sobre el tema y brindado clases.

Piña tiene tres niños – Jordi, quien trabaja como auditor; Samuel, quien trabaja en el Ministerio Español del Medioambiente; y Salvador, quien construye prótesis dentales. Su camino hacia sus raíces judías comenzó a los ocho años…

¿Cuál fue su relación con el Judaísmo en la infancia?

Cuando tenía ocho años mis compañeros de clase comenzaron a insultarme cantando una canción peyorativa que era en ese entonces popular en la sociedad mallorquina: Xueta xuetó camer tortes i cul rodó (Chuetas, Chuetas, piernas torcidas y cola redonda). Cuando le conté a mi padre, me dijo – “no te preocupes, es sólo envidia”. Más tarde, mi padre me contó que somos descendientes de los Chuetas (descendientes de judíos mallorquines que fueron obligados a convertirse al catolicismo en el siglo XIV y XV).

Mi madre también me relató sobre nuestro pasado. Una vez, nos dio a mi hermano y a mí una cadena de oro. Sorpresivamente, ¡en lugar de un crucifijo, había una estrella de David! Le pregunté por qué y me dijo directamente: “eres Chueta”. Algunas de las cosas que hicimos en casa (las cuales tienen conexión judía) incluyen el separar los cubiertos para algunas comidas, bañarse el viernes por la tarde. Cuando cocinábamos pan o tortas – generalmente lo hacíamos los viernes – tomábamos una pequeña bola de masa y la separábamos (la ley judía estipula que uno debe separar una porción de masa cuando amasa más de una determinada cantidad de harina).

¿Cómo hizo para investigar sus raíces judías más profundamente?

Encontré un par de documentos sobre el Auto de Fe (donde 37 Chuetas fueron asesinados por practicar el Judaísmo en secreto) en Memoria del Carrer (un grupo español que se dedica a preservar la historia oral y escrita relativa a los Chuetas). Mi hermano Jaime es asimismo genealogista y en conjunto construimos un árbol familiar que se remonta al año 1500.

¿Qué sabía de Israel durante su infancia y adolescencia?

Cuando era joven me gustaba coleccionar estampillas y gracias a eso me enteré de que había un Estado de Israel. Pero creía que la capital era Tel Aviv – nunca lo relacioné con Jerusalem o la Galilea – pero ahora sí. Me gustaría mucho visitar Israel, no necesariamente vivir allí, pero sí morir allí.

¿Cuál es su nivel actual de observancia judía?

Acabo de comenzar. En el 2010 comencé a ir a las clases del Rab Nissán (Ben Avraham, emisario de Shavei Israel en España). Me siento integrado, como si lo hubiese hecho toda mi vida. Aún no he comenzado a estudiar hebreo – es una de mis metas inmediatas – pero por ahora uso libros en fonética para rezar. Disfruto de leer el Birkat Shlomó (un libro de rezos con traducción al español) – es muy placentero, en especial en Shabat. Por medio del Rab Nissán he aprendido sobre fe, amor al prójimo, la felicidad de vivir y la palabra del Todopoderoso. Deseo vivir mi vida como judío, con todo mi cuerpo y todo mi corazón el resto de mis días sobre la tierra.

¿Qué sueña para el futuro?

Quiero ser judío y espero que mi retorno ayude a las almas de mis ancestros que fueron convertidos a la fuerza. Espero que los otros Chuetas, estén en paz con Dios.

Observación: Luego de atravesar un proceso de estudio junto con el Rabino Nissan Ben Avraham, Shavei Israel ayudó a Toni Piña a lograr la conversión en el año 2014 y ahora es parte plena del pueblo judío.

)ג”כ :ב”י םירבד( .שפנה אוה םדה יכ

Porque la sangre es el alma. (Deuteronomio 12:23)

Uno  de los ámbitos en el cual la ciencia ha logrado grandes avances es el área de la genética y el ADN. El ADN – ácido desoxirribonucleico – es una molécula que contiene en la combinación única e irrepetible de sus elementos, toda la información genética de cada individuo (Mi Enfoque #463, 23 de mayo, 2013, por David Mandel, [email protected]).

Este importante tema, influencia diferentes aspectos de la vida humana, desde la medicina y la aplicación de la ley, hasta el desarrollo de la personalidad individual.

Existen dos tipos de exámenes posibles de ADN, uno es el genoma mitocondrial (ADNmt) específico de la línea materna, el cual concuerda con la visión del Judaísmo, de acuerdo a la cual el Judaísmo es transmitido de madre a hijo.

La otra posibilidad, que si bien es más conocida, se basa en la línea paterna en el cromosoma Y. Esta última opción, examina el haplogrupo J, ya sea el J1 o J2, los cuales son considerados típicos de muchos judíos, o incluso el J1c3, llamado gen de los Cohanim o sacerdotes descendientes de Aharón.

El examen de ADN es un examen simple, que no causa dolor, obtenido de las células internas de la mejilla.

Desde principios de los años noventa, se han publicado más de 20 estudios que compararon los marcadores genéticos en el cromosoma Y (heredado sólo del padre) entre las diferentes comunidades judías así como entre éstas y las poblaciones no-judías.

Estos estudios mostraron a su vez una fuerte afinidad genética entre los judíos sefarditas y ashkenazitas en comparación a los europeos no-judíos, así como también una afinidad entre los judíos y el pueblo libanés, turco, armenio y kurdo.

Las conclusiones sobre los judíos de Etiopía y Yemen mostraron marcadores genéticos judíos pero también una mezcla genética con la población local (Gal Haimovich | Galileo, 24 de octubre 2010).

Los genetistas asumen que la compleja historia de la dispersión de la Tierra de Israel y los subsecuentes movimientos en el Medio Oriente, Europa y África, produjeron un complejo patrón genético al interior de las poblaciones judías y entre éstas y las poblaciones locales con la que han vivido.

Los estudios genéticos que fueron realizados a hombres judíos de las mayores comunidades de la diáspora confirman que la población judía original proviene del Medio Oriente y de allí se expandió al resto del mundo (DNA & Tradition, Rabbi Yaakov Kleiman).

En otro estudio realizado por David Goldstein del University College de Londres se compararon los marcadores genéticos en el ADN mitocondrial, o sea, el ADN que se hereda únicamente de la madre.

Al igual que otros estudios similares, este estudio también mostró que existen diferencias significativas entre los judíos y la población local. Sin embargo, en el ADN mitocondrial se encuentra el testimonio de que cada una de las ocho comunidades examinadas fueron fundadas por un pequeño número de progenitoras, pero todos estos grupos de madres diferían el uno del otro (Gal Haimovich | Galileo, 24 de octubre 2010).

Este último punto refuerza la tradicional definición de la persona como judía, mediante la línea materna.

A pesar de lo anteriormente dicho, no existe aún una definición clara sobre el uso de la genética en la Halajá (legislación religiosa judía). Las autoridades rabínicas no aceptan las pruebas genéticas como prueba de judeidad o ascendencia judía.

Si bien en algunos casos se comienza  a notar el uso de pruebas genéticas en cortes rabínicas, el objetivo de estas es únicamente eliminar dudas y preguntas puntuales acerca de situaciones familiares (por ejemplo en casos de herencia, paternidad y demás).

En otras palabras, los resultados de un estudio genético no sirven actualmente como una prueba definitiva de Judaísmo, sin embargo pueden sin ninguna duda saciar la sed de muchos respecto a sus orígenes y la posibilidad de ser descendientes del pueblo judío.

Es posible que en el futuro, con el avance de la ciencia, descubrimientos e información más exacta y en caso de que la cantidad de personas que realicen este análisis sea significativa, también el enfoque halájico sea actualizado y tenga la posibilidad de tomar los resultados del ADN en forma más sustancial.

Preguntas de análisis y reflexión sobre el capítulo:

  • Existen diferentes agencias para la examinación del ADN, una de las más conocidas se llama Family Tree DNA (http://www.familytreedna.com/) y se dedica a investigar tanto el cromosoma Y como el mtADN. El proceso cuesta entre 78 y 150 euros.
  • Otra, llamada Igenea (http://www.igenea.com/es/judios) se dedica prácticamente a lo mismo pero el proceso es en español. El proceso cuesta entre 199 y 1099 euros.

El Rabino Nissan Ben Avraham encuentra un pariente lejano mediante un examen de ADN

En abril del 2011, Pedro, un colombiano que por aquél entonces tenía unos 34 años, se puso en contacto conmigo con una historia bastante común en Sudamérica: sospecha tener ancestros judíos que no puede demostrar y me consulta cuál sería el mejor camino a tomar para poder reincorporarse oficialmente al Pueblo de Israel. Se define a sí mismo como ‘judío sin papeles’ que debe hacer todo el proceso de Guiur (conversión) para poder cumplir con su sueño.

Le expliqué que debía encontrar alguien en su país que le ayudara. Es verdad que pueden hacerse algún tipo de estudios a distancia pero no es este el caso de los estudios de Judaísmo, por lo menos en su parte más básica y principal que precisan hacerse cara a cara con contacto directo y personal con el maestro.

Por supuesto le alenté a que mientras tanto siguiera estudiando por su cuenta, esforzándose en encontrar alguien en sus cercanías para poder estudiar con él, ya que yo personalmente no llego a lugares tan lejanos.

Él se animó mucho y estuvimos en contacto por correo electrónico durante algunos meses hasta que en el mes de noviembre del mismo año me preguntó sobre el tema del ADN.

Le respondí que yo me había hecho el test un tiempo atrás, pero que no sabía qué hacer con los datos.

Pedro me dijo que él también había hecho la prueba y que tenía una sorpresa para mí: resulta que según los resultados de su prueba, él tenía a muchos judíos con antepasados en común y que yo mismo también aparecía en su lista con un antepasado en común.

¡Una verdadera sorpresa! Me alegré mucho de un descubrimiento así. Era la primera vez que descubría una persona desconocida que estuviera emparentada conmigo. Bueno, en realidad era él quien me había descubierto a mí.

Me preguntaba cómo exactamente era este vínculo entre nosotros.

Yo sé que los judíos, en los últimos mil años se han extendido por muchas partes del globo terrestre y no es de extrañar que un judío tuviera descendientes en Mallorca y en Colombia. Por supuesto que mientras no sepamos los nombres exactos de tales antepasados, no podremos saber a ciencia cierta si se trata de un judío mallorquín cuyos descendientes llegaron también a Colombia o si se trata de otro tipo de combinación.

De todos modos, esto nos acercó mutuamente y apenas un mes más tarde me anunciaba Pedro que llegaba a Barcelona, sin relación alguna (a primera vista) con su proceso de acercamiento al Judaísmo, para seguir sus estudios académicos y hacer una Maestría. Como yo también estaba dando clases de Judaísmo en la ciudad dos o tres días al mes, como emisario de Shavei Israel, se presentó en mi clase y estuvo participando durante unos dos años allí.

Este contacto entre nosotros ha seguido hasta hoy día. Pedro ha regresado a su Colombia natal y me ha comunicado que sigue más y más vivo su interés por el Judaísmo. Ha encontrado una comunidad en Colombia y espera poder hacer sus estudios en este lugar y llegar pronto al deseado Guiur.

.ץראה תופנכ עבראמ ץבקי הדוהי תוצפנו לארשי יחדנ ףסאו םיוגל סנ אשנו                   )בי:אי והיעשי(

Pondrá una bandera por las naciones y convocará a los dispersos de Israel, reunirá los esparcidos de Iehudá, desde los cuatro rincones de la tierra. (Isaías 11:12)

El pueblo judío es considerado una nación la cual debe desarrollar su historia y su vida en una tierra, la Tierra de Israel, tierra prometida a nuestros patriarcas, tal como figura en la Torá.

Aun así, sorprendentemente, una gran parte de la historia de nuestro pueblo se desarrolla en el exilio. Y no solamente en un lugar específico, sino en una dispersión geográfica a lo largo y ancho de todo el planeta Tierra.

En realidad, no existe casi lugar en el mundo donde no habitaron los judíos. Desde Oriente a Occidente, de Norte a Sur, desde los lugares más centrales de la cultura hasta los más remotos y menos civilizados.

La dispersión es una característica inherente al Pueblo de Israel y es un resultado de la necesidad constante de errar y emigrar de un país a otro para así preservar su identidad y sobrevivir. Las tragedias que ocurrieron a los judíos durante la historia fueron motivo de constante movimiento migratorio de país en país y de continente en continente. Se pueden enumerar cuantiosas persecuciones tales como el exilio de las diez tribus por parte del imperio asirio, el exilio babilónico tras la destrucción del Primer Templo (considerado como el primer exilio), la conquista del imperio romano (el segundo exilio), la Inquisición, la expulsión de los países europeos durante la Edad Media, los pogromos a comienzos de la Edad  Moderna, el antisemitismo, la Shoá y la huida de los judíos sefaradíes de los países árabes en el Medio Oriente.

Todos estos dolorosos eventos generaron una situación en virtud de la cual existen judíos y comunidades judías en casi todo el mundo.

Es importante recalcar que cada comunidad tiene su origen en otro momento histórico. El primer exilio de las diez tribus perdidas nos deja con una gran incógnita al no saber el destino de las mismas. Aún así, se considera que el exilio fue desde Israel hacia Oriente por la famosa ruta de la seda. De esta forma, varias comunidades que habitaron y habitan en la zona, son consideradas descendientes de las 10 tribus perdidas. Ejemplos de las mismas encontramos en la comunidad de Bombay, denominados “Bnei Israel” de la india, los judíos de Tashkent y Bujara, los judíos de “Kaifeng” en la China, los judíos de Yemen, los patanes de Afganistán, la tribu de Menashé en los estados de Manipur y Mizoram en la India en la frontera con Bangladesh entre otras.

El segundo exilio del pueblo judío creó un nuevo centro judío en Babilonia el cual se transformó en uno de gran importancia. El Talmud Babilónico, como bien sugiere su nombre, tiene su origen en Babilonia y muchos judíos se quedaron a vivir allí aun después del retorno de Ezra  y Nejemia a la Tierra de Israel y la consiguiente construcción del Segundo Templo. Babilonia es identificada actualmente como Irak, donde se desarrolló y floreció una población judía importante hasta la creación el Estado de Israel en el año 1948.

La siguiente gran dispersión que encontramos en la cadena histórica del Pueblo Judío sobreviene tras la destrucción del Segundo Templo y la expulsión de la mayoría de los judíos de la Tierra de Israel. A partir de este momento, el Pueblo Judío se separa de su tierra y patria para transformarse en una nación dispersa y ambulante por cerca de 2.000 años. Al comienzo, muchos judíos llegan a España e Italia pero con el tiempo se van dispersando en toda Europa.

La Inquisición y la expulsión que la acompaña cambiaron el panorama del pueblo. La expulsión, llevó a centenares de miles de judíos de España a comunidades judías ya existentes en Europa, Medio Oriente, África y América Latina así como también a fundar nuevas comunidades en estos lugares.

Es así que judíos llegaron a Portugal, Holanda, Francia, Grecia, Inglaterra, Marruecos, Turquía, Argelia, Tunes, Egipto e Israel.

Asimismo, llegaron judíos a América Latina en búsqueda de una vida más pacífica y tranquila, lejos de las garras de la Inquisición.

El antisemitismo moderno es un factor actual, que influye sobre los movimientos migratorios del pueblo judío y deja su huella en los diferentes países y continentes. En tiempos de pogromos y persecuciones contra los judíos, los mismos mantuvieron su instinto de supervivencia y buscaron tanto refugio como sustento en otros países. Esta es parte de la historia judía del siglo XX,  en la cual judíos pasaron de Europa y los Países Árabes hacia América e Israel.

En base a todo lo anteriormente dicho, en el proceso de la búsqueda de raíces judías es importante tomar en cuenta la procedencia de la familia y las diferentes migraciones que la misma realizó. Por ejemplo, si usted vive en España pero su familia proviene de la Isla de Mallorca y cuenta con uno de los 15 apellidos, esto demuestra sin lugar a duda que tiene raíces judías.

Por otro lado, si vive en la zona del Noreste del Brasil y su familia llegó a este país desde Holanda y se estableció en Recife en el siglo XVII, es muy probable que tenga raíces judías.

Indudablemente las personas que viven hasta hoy en día en lugares donde existió una gran población judía tienen más probabilidades de encontrar raíces judías en su propia historia, a diferencia de personas que viven en lugares en donde prácticamente no hubo un asentamiento judío organizado.

Es así, que personas que viven en España o Portugal deberán buscar sus raíces judías en los últimos 500 años de historia mientras que aquellos que viven en Polonia o Rusia podrán encontrar raíces judías en los últimos 100 años, tanto antes como después del Holocausto Judío, la Shoá.

Según este concepto, el origen geográfico de la familia así como el lugar donde habita actualmente la misma, se transforman en factores determinantes en la búsqueda de las raíces.

En términos de la Halajá (la ley judía) encontramos un concepto interesante llamado: “kol de parish me ruba parish”, “todo aquel que se separa, se separa de la mayoría”. Este concepto quiere decir que siempre consideramos el origen de una persona como proveniente del grupo étnico mayoritario del lugar y del punto geográfico de origen.

Por ejemplo, a finales del siglo XIX el Barón Hirsch fundó colonias judías agrícolas en el norte argentino. Estas colonias son históricamente conocidas como “las colonias del Barón Hirsch”. A las mismas llegaron judíos provenientes de pequeñas aldeas judías en Rusia y en Europa del Este, escapándose de las persecuciones, el antisemitismo y la pobreza. La regla talmúdica nos enseña que si las personas llegaron de una población que en su origen era de mayoría judía como un shteitel (aldea judia en Rusia o Polonia), automáticamente consideramos a  la persona como proveniente de origen judío. Siendo así, también una persona que nació en estas colonias del Barón Hirsch será considerada judía, aún si vive actualmente en una gran metrópolis.

Por último, a pesar de la importancia y el peso histórico del origen geográfico de cada familia y persona debemos recalcar que este elemento no es suficiente por sí mismo para comprobar el Judaísmo de una persona sino que es necesario combinar este descubrimiento con apellidos, historias familiares,  genealogía y otros elementos mencionados en esta guía.

Preguntas de análisis y reflexión sobre el capítulo:

  • Trace el origen de su familia de acuerdo a sus conocimientos.
  • Analice donde nacieron las generaciones que usted conoce y en base a eso intente determinar si han provenido de lugares donde existieron grandes poblaciones judías.
  • Si no tiene información suficiente o si desea retroceder más en el tiempo, intente ayudarse de personas mayores o archivos familiares, civiles y demás, donde figure el origen o nacionalidad de las personas de su árbol genealógico.
  • Intente ver si le es posible relacionar el caso de su familia con algunos de los ejemplos presentados en este capítulo.

Miquel Segura: Activismo Chueta Mallorquín de manos de un famoso periódista que no se avergüenza de su pasado

No podría decir cuántos años tenía el día en que me apercibí de ser alguien distinto a la mayoría de mi entorno. En mi casa, como en todos los hogares Chuetas, el tema estaba prohibido, no se mencionaba. Recuerdo sin embargo, un pálpito de misterio, algo vergonzante y oculto, latiendo en conversaciones apenas iniciadas. Silencios, muecas, palabras rotas, un punto de tensión desconocida en el marco de una existencia aparentemente feliz.

Mi padre, un comerciante de espíritu inquieto y optimista arrastró sin embargo, a lo largo de toda su vida un miedo indefinible. Naturalmente, yo no pude apercibirme de ellos hasta que en su vejez fue dejando al descubierto debilidades que antes nunca me habían sido reveladas. Ahora estoy seguro que el hecho de ser Chueta y la ausencia de su madre, que murió cuando él era todavía un niño, fueron las únicas dos circunstancias que ensombrecieron su existencia.

Mi primer recuerdo concreto y preciso de mi memoria Chueta se remonta a un día de julio. Yo tendría nueve o diez años. Aquel día teníamos que trasladarnos a la casita que mi padre había comprado a orillas del mar donde pasábamos una parte del verano. Recuerdo que muy poco antes yo me había atrevido a comentarle que un compañero de clase me había insultado llamándome Chueta durante las verbenas que se celebraban en las fiestas patronales de mi pueblo. Su respuesta fue parecida a la de anteriores ocasiones:

-Tendrías que haberle contestado que cuando te llama “Chueta” te llama “señor”. Los Chuetas de Mallorca de mi generación han adoptado tres actitudes diferentes ante su condición de tales. Unos, la mayoría, optaron por el silencio y el sufrimiento interno, pensando que el tiempo acabaría por enterrar su estigma y el de su familia. Otros han intentado buscar explicaciones apoyándose en diferentes explicaciones de los historiadores. “Todos somos Chuetas”, dicen, alegando que los apellidos mallorquines descendientes de judíos son muchos más que los 15 considerados como tales. Unos terceros, entre los que me cuento, hemos intentado procesar el hecho que marcó nuestra infancia y aun nuestra vida, en clave positiva a través del estudio, la reflexión y – en mi caso particular – la difusión del problema, presentándolo como la gran asignatura pendiente de una sociedad – la mallorquina – que se autoproclama abierta y tolerante. Esta actitud por una parte, te libera de la exclusión y el insulto: si yo proclamo con orgullo que soy Chueta abolo la naturaleza despectiva de esta palabra. Sin embargo, ello me ha llevado a ser visto como una especie de “rara avis” por los restantes Chuetas, aunque esta circunstancia, afortunadamente, está cambiando en los últimos tiempos. Mi “militancia Chueta”, por definirla de alguna manera, ha convertido el gran estigma de mi vida en un largo proceso de estudio, reflexión y difusión, lo que no ha dejado tampoco de proceso – del que soy protagonista junto a un ínfimo grupo de compañeros Chuetas – nunca hubiese sido posible antes de la instauración de la democracia en España.

Observación: Shavei Israel ha asistido a Miquel Segura en su proceso de retorno oficial al Judaísmo hace unos años, ha presentado a su esposa ante un tribunal rabínico donde realizó su conversión y los mismos se han podido casar por jupá, felizmente, en la Tierra de Israel.

)ז:בל םירבד( .ךל ורמאיו ךינקז ךדגיו ךיבא לאש רודו רוד תונש וניב םלוע תומי רכז

Recuerda los días de la antigüedad; considera los años de muchas generaciones, pregunta a tu padre y él te informará, a tus ancianos, y ellos te lo dirán. (Deuteronomio 32:7)

La procedencia de la información en el mundo moderno es generalmente externa, es decir, de los diferentes medios de información y redes sociales hacia el individuo.

Sin embargo, en el mundo antiguo la fuente de la información era interna, provenía del marco familiar. Los ancianos de la tribu o la familia eran la autoridad que transmitía los conceptos, valores e información a las futuras generaciones.

Este sistema sigue existiendo aún en culturas que se consideran menos civilizadas y mantienen el sistema tribal, pero prácticamente ha desaparecido de las culturas occidentales o “desarrolladas”.

De esta misma forma, las raíces judías de una persona pueden ser descubiertas por medios externos como el internet o libros de consulta, o por medios internos, mediante la familia.

Es sorprendente ver cómo en el mundo moderno, donde la familia está perdiendo su centralidad y poder de transmisión, encontramos casos en los que se descubre el origen judío por medio de personas mayores y sus relatos.

Los relatos son fuentes orales que se obtienen verbalmente de otra persona, generalmente dentro del núcleo familiar. En esta búsqueda, es importante consultar con padres, abuelos, tíos, primos o bisabuelos. Estas personas, pueden ofrecer generalmente un acervo de información que muchas veces no se encuentra documentada, además de permitir determinar el marco general familiar como punto de partida.

No siempre los relatos familiares son historias propiamente dichas, en donde la persona mayor cuenta una historia por iniciativa propia. A veces se trata de una “confesión” de padres o abuelos antes de fallecer, a veces de un relato ingenuo que refleja orígenes o raíces judías y a veces se trata de objetos o símbolos que se mantuvieron y transmitieron en la familia de forma oculta durante largas generaciones.

En la época de la Inquisición, por ejemplo, era muy común que los Anusim ocultasen su identidad judía y sólo cuando los niños llegaban a una determinada edad sus padres les revelaban el secreto. Este sistema de transmisión de información se mantuvo aún en generaciones posteriores, incluso luego de que la Inquisición fue abolida.

También en Polonia y otros países de Europa del Este se repitió este fenómeno después de la Shoá, ocultando la identidad judía y revelándosela en su mayoría a sus nietos en su lecho de muerte.

La transmisión por medio de los relatos, no se concentra solamente en los últimos momentos de la vida sino que en muchos casos se repite constantemente en familias de origen judío. A veces esto tiene lugar por medio de cuentos, a veces por medio de frases y a veces por medio de palabras en idiomas desconocidos.

Los relatos se referían o se refieren a temas como por ejemplo el encendido de velas en forma oculta, la procedencia de la familia y la necesidad de ocultar su identidad, la costumbre familiar de no comer cerdo y  de separar carne de leche, el apoyo al Estado de Israel en países con un fuerte trasfondo anti israelí, el hecho de que la familia no visitaba la Iglesia y no bautizaba a sus hijos en países católicos y hasta las famosas costumbres de enterrar a los muertos con vestimentas blancas, cubrir los espejos en la casa después de un fallecimiento y barrer la casa de afuera hacia adentro.

Estos relatos, reflejan costumbres que se mantenían en las familias en el pasado, pero actualmente no se preservan en su totalidad en la vida práctica, sino que se mantienen en la memoria colectiva de la familia.

En varios encuentros con personas en búsqueda de sus raíces, suelen preguntarnos acerca de una frase o relato que escuchaban de padres, abuelos o bisabuelos, sin comprender el sentido de la misma pero percibiendo que ésta contiene un gran secreto.

Los relatos familiares se transmitían a veces por medio de palabras y a veces por medio del silencio. Lo importante es comprender que los mismos no son cuentos o leyendas sino que son una parte integral y viva de la identidad familiar o de las raíces judías.

En muchos casos, las personas encuentran en su casas, de manera casual o por sorpresa, objetos que tienen un vínculo estrecho con el Judaísmo y sus tradiciones como por ejemplo: libros antiguos, Sidurim (libros de rezos), Talitot (mantos rituales), Tefilín (filacterias), candelabros para el encendido de velas de Shabat, o símbolos como un Maguén David (estrella de David) o una Jamsa (una mano que representa la bendición en la mística judía).

A veces las familias ocultaban estos objetos de forma tal que sean descubiertos después de su muerte y a veces los objetos eran transmitidos en vida, de generación en generación, acompañados de un relato o confesión con el fin de asegurar la continuidad de la cadena judaica en el seno de la familia.

Alguien puede poner en duda la veracidad de un relato familiar interno, pero debemos recordar que en  el pasado, el concepto de “Masoret” (transmisión de la tradición en el Judaísmo), estaba basado en la fuente oral dentro del marco familiar. Por lo tanto, debemos considerar también hoy en día a la transmisión de relatos y símbolos familiares como una fuente fidedigna e importante en el proceso de la búsqueda de las raíces.

Preguntas de análisis y reflexión sobre el capítulo:

  • ¿Alguien de su familia le ha hablado de un pasado diferente al que posee la mayor parte de la población local?
  • ¿Ha visto en su casa o en la de familiares, o le han traído, objetos que no reconoce o que son reconocidos como objetos judíos?
  • ¿Recuerda si de pequeño le contaban historias sobre el pasado de la familia, su origen o costumbres?
  • ¿Alguien le ha confesado a usted o a algún familiar que son poseedores de raíces judías? En caso de que la respuesta sea positiva, ¿de qué lado de la familia es la persona? ¿en qué condiciones realizó la confesión? ¿Hay alguien más en la familia que pueda confirmar lo dicho?

el misterio que lle a haim fernandes a develar su pasado judío

Haim Fernandes, 68, vive en el sur de España en la ciudad Dos Hermanas. Es jubilado, casado y tiene 3 hijos adultos que viven cerca, en Sevilla. Aquí nos cuenta su historia como Ben Anusim.

¿Cómo fue su niñez?

Aún había mucha influencia de la Inquisición cuando era joven. Por ejemplo, fui expulsado del colegio a los 7 años porque mi padre se negó a permitirme realizar la comunión en la Iglesia. Aún recuerdo lo que me dijeron: “haz escupido al Señor en la cara, como otros antes que tú lo han hecho”. Mis padres no eran religiosos; nunca hablaron de Dios, nunca mencionaron la Biblia. Por el lado de mi madre, ¡todos mis parientes eran comunistas, socialistas o anarquistas!

Cuando era joven, solía visitar a mi tía y a mi tío los viernes por la noche. Su casa estaba iluminada con velas y mi tío sufría una especie de transformación: leía lentamente y movía su cabeza de un lado a otro. Todo allí estaba rodeado de misterio. Cuando le conté a mi padre sobre esto, solamente sonrió.

Mi tío tenía muchos libros y artículos religiosos, incluyendo un sidur en fonética y un Talit, el cual le ayudaba a guardarlo en una caja de madera grande bajo herramientas de carpintería. No tenía Kipá, por lo que siempre utilizaba un gorro negro. A mí, me ponía un pañuelo con cuatro nudos en mi cabeza.

¿Qué tradiciones cumple hoy día?

Celebro Shabat, junto con un grupo local organizado por el Rabino Nissán Ben Avraham (emisario de Shavei Israel en España). Cuando mis nietos están en casa, también lo celebramos. Tenemos una Mezuzá en la entrada del hogar.

¿Qué sabía sobre Israel durante su adolescencia?

Cuando era joven España intentaba sobrevivir el hambre y la miseria. No sabía nada; no sabía que Israel volvía a nacer. Muchos años después vi las primeras fotos de sionistas trabajando la tierra. Incluso vi una foto de Ben Gurión. Hoy día estoy muy orgulloso cuando veo una foto de Jerusalem o escucho el Hatikva.

¿Cuál es su nivel actual de observancia judía?

Quiero mejorar mi conocimiento de Judaísmo y vivir el resto de mi vida como judío. Quiero participar en rituales, obligaciones y principios de la religión. Tomo esta decisión como adulto, no como un niño. Siento que, desde aquí, vale la pena intentarlo, porque en muchos casos, tengo un extraño, casi inexplicable sentimiento cuando escucho las palabras “Israel” o “Judío”; cuando veo el Maguén David, una Menorá o fotos de Jerusalem.

¿Qué sabes sobre otros Bnei Anusim en España?

Actualmente, cuando las personas hablan de apellidos, pareciera que hay conversos en todos lados, ¡y que toda España es judía! Pero al mismo tiempo, no hay muchos Bnei Anusim que saben sobre su pasado. El deseo de mantener la flama ardiendo es algo que, quizás, se encuentra solo en una pequeña parte de nuestro corazón. Pero es este deseo – de ser nuevamente parte de la cadena – que es, en mi opinión, el secreto que hace a los judíos invencibles.

¿Quiere visitar o vivir en Israel?

Ya visité Israel una vez con Shavei Israel. Si tuviese la posibilidad, me encantaría visitarlo todos los años.

לכו העש לכב םיחתפנ םירעשה .לבקמ אוה לכל אלא ,האירב לכ לסופ ה”בקה ןיא)אב תשרפ ,הבר שרדמ(  .סנכי סנכיהל שקבמ אוהש

Dios no rechaza a ninguna criatura, sino que recibe a todos. Las puertas se abren cada hora y quién pide ingresar ingresa.                                  (Midrash Raba, Parashat Bo)

Una de las realidades que más nos sorprenden en el mundo judío contemporáneo es el interés creciente de miles de individuos alrededor del mundo, de sumarse al pueblo judío y al cumplimiento de las Mitzvot (preceptos).

Después de largas generaciones, en las que el Pueblo Judío y su religión fueron marginados y perseguidos, generando una situación en la cual el Judaísmo dejó de ser un punto de atracción e interés, hoy nos encontramos con un cambio radical donde el ser judío y seguir el Judaísmo se ha tornado popular e interesante.

Cada vez, más personas comienzan una búsqueda espiritual sincera, sin objetivos secundarios y sin motivaciones ajenas.

En algunos casos, personas o familias intentan descubrir sus orígenes y raíces familiares y deciden rápidamente iniciar un camino de búsqueda y retorno a las propias raíces judías.

En otros casos, las personas que se acercan al Judaísmo no alegan tener raíces judías sino que pretenden tener “raíces espirituales” y su búsqueda se concentra rápidamente en la religión judía y su práctica diaria.

A pesar de encontrarnos en un mundo postmoderno y quizás precisamente por eso, existe actualmente un fenómeno sincero de búsqueda, búsqueda espiritual en general y búsqueda de las raíces en particular.

Las personas precisan pertenencia y significado y lo buscan a través de un camino espiritual que guíe sus vidas. Por lo tanto, el despertar de los dispersos del Pueblo de Israel y la búsqueda de grupos que desean convertirse son el resultado de esta necesidad espiritual.

Asimismo, no hay duda que el avance de herramientas tales como el internet estimulan este fenómeno. La red permite a dichas personas leer y aprender sobre Judaísmo por este medio en el que la información abunda, cosa que antes no era posible ni accesible sino a través de una comunidad, un profesor o un rabino.

Distintos grupos de Dispersos del Pueblo de Israel y personas que desean convertirse se presentan ante nosotros y nos solicitan retornar y reforzar sus raíces: entre ellos se encuentran los Bnei Menashé de la India, los Anusim de España, Portugal, Italia y América Latina, los Chuetas de Palma de Mallorca, los Falashmura de Etiopía y los Judíos Escondidos de Polonia, así como otros grupos de descendientes de judíos los cuales esperamos que puedan unirse a nuestro pueblo prontamente de manera formal.

Un fenómeno adicional que se repite constantemente en nuestros días es el de grupos de personas que luego de haber pasado por el Cristianismo y realizado una larga travesía espiritual de búsqueda de la verdad, de sus raíces y de la fe, llegan al Judaísmo, a la Torá y al cumplimiento de Mitzvot.

El alcance de dicho fenómeno es sin lugar a duda muy significativo, no se trata de algunos brotes que anuncian la primavera sino de un fenómeno asentado que incluye cientos de grupos y cientos de miles de personas en todo el mundo. Dichos grupos desarrollan generalmente comunidades independientes y cumplen con la tradición judía. Ejemplos de dichos grupos pueden ser encontrados en las zonas de habla hispana de los Estados Unidos, en Colombia, en El Salvador, Ecuador, Venezuela, Guatemala y demás. En varios de estos casos, el número de estas personas es aun mayor que el número de judíos en el país.

En algunos casos, hay individuos o grupos, que creen que no es suficiente el hecho de tener un interés espiritual por el Judaísmo e intentan buscar o alegar que tienen raíces judías, cuando en realidad no es así, o al menos no es comprobable. Según lo explicado anteriormente, toda motivación es válida y bienvenida para adoptar el Judaísmo y ser parte del Pueblo Judío.

Consideramos que es un gran merito tanto buscar las propias raíces judías como iniciar un proceso de búsqueda espiritual que desemboque en el Judaísmo. En un mundo material, la búsqueda espiritual es de gran valor y especialmente cuando lleva a resultados reales y adopción de la fe en forma oficial.

Preguntas de análisis y reflexión sobre el capítulo:

  • ¿Siente usted una atracción al Judaísmo que no tiene capacidad de explicar?
  • ¿Se encuentra de repente largas horas ante la computadora leyendo o profundizando sobre la historia, las costumbres y las leyes del pueblo judío?
  • ¿Siente que la religión en la que fue criado no le llena o causa sentido y ha estado buscando las raíces de la misma o las personales, las cuales desembocan en el Judaísmo?
  • ¿Ha intentado contactar a una comunidad judía o a un grupo de personas que se han agrupado con el objetivo de unirse al pueblo de Israel?

Continuará…

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1 comentario en «Libro: “¿Tiene Usted Raíces Judías?”, 2da parte»
  1. Hola Amigos de Diario Judío. Agradezco todo lo que estoy aprendiendo gracias a Di_s y a Ustedes. Vivo desde hace pocos años en Chicago, aunque nací en Mexico, en una ciudad pequeña llamada Aguascalientes, en la región occidental en la que se presume que se asentaron familias con origen judío. Hace años comencé a investigar sobre mis ancestros sin suponer nada sobre raíces judías o semiticas en general, ni portuguesas, italianas, hindúes u otras, pues sólo creí que algo había de raíces autóctonas de Mesoamérica y un poco más de raíces españolas. Con sorpresa para mí mismo, estoy aprendiendo muy fáclmente y casi autodidácticamente, a leer, escribir, y hablar (un poquito) en hebreo ¡en sólo cuatro meses! y empiezo a entenderlo al oirlo. ¡No sé por qué! ¡Tendría que reconocer tambien yo que “ÉL lo ha hecho”…! Desde niño era muy apegado a la historia de Israel y particularmente leía una y otra vez la historia que recibí en la versión bíblica dominante en esa región. Estudios clericales, que (afortunadamente) dejé truncos, me sirvieron para seguir en contacto con la revelación hecha a Abraham y sus descendientes, pero lo que aprendí me dejaba vacío, hasta esta cuarta década de mi vida, en que he ido comprendiendo, como un invidente, que SU LUZ me daba calor, pero mis ojos no se abrían para contemplar. No tengo certeza de raíces judías, pero si apellidos que evocan a España y Portugal; hay algo de aspecto autóctono de Mesoamérica, como mis hermanos, aunque también algo más bien propio de Medio Oriente, o quizás hindúes, a la par que mis hermanas (de mismo padre y misma madre) delatan rasgos caucásicos, semejante a algunas personas eslavas que veo en Chicago. (¡Curioso es que nuestros genes pudieran haber viajado a la India, Medio Oriente y países eslavos para terminar con apellidos andaluces y portugueses y yo intentando decirme “Shemá” cada mañana!) Me asombra encontrar familiares sexagenarios con nombres poco comunes en esta zona y en esa época (como “Rebeca” o “Rubén”), igual que esa inclinación a buscar a Di_s, más no al clero, y la tradición de unir a la multitudinaria familia paterna cada fin de semana, consumiendo la tradicional “birria” de cabrito. Por el lado materno también fue raro notar la discreción y el silencio sobre el pasado, así como el poco festejo ante eventos tradicionales mexicanos, como las posadas y otras semejantes. Y cómo negar velas encendidas en casa, aunque mucha ignorancia sobre el sentido de ello. Hoy he superado muchas cosas que distinguen a un hijo de Noé respecto a quien se inclina ante hechuras humanas. No sé a quien acudir, sólo acabo de conocer a algunas personas judías que comercian cosméticos y me ayudan a corregir mi estudio autodidacta del hebreo y de su fe. Leo otros sitios judios como el de Diego Edelberg, al Rab Yechiel Eckstein, Aish, Jabad… evitando otros que mezclan con la predicación de Shaul. No sospecho a donde me lleve todo esto, pero una chispa dentro de mí me invita a seguir y si ÉL lo está haciendo, yo me dejaré guiar. Gracias nuevamente. Jose Martin Quezada Tabarez. [email protected]

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