Los Judíos y el Imperio Musulmán

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La religión musulmana, la segunda religión basada en los mensajes directos de Dios, surgió en el siglo                                                                                                               

VII de nuestra era en Medina. Los musulmanes se identificaban como descendientes de Abraham y su primer hijo, Ismael. Como el judaísmo era una religión del Verbo revelado que requería la tradición escrita y la oral para definir la ley que la rige, Mahoma, recibió los mensajes del arcángel Gabriel  y pensaba que los judíos le seguirían; a pesar de sus esfuerzos los judíos se rehusaron a cambiar su ser y fueron expulsados, sus mujeres e hijos vendidos como esclavos.

La nueva religión se extendió por donde había grandes comunidades judías mientras se ocupaba en la creación de un imperio que comprehendía desde India al Atlántico y de Arabia a los Pirineos causando cambios profundos en la estructura del mundo judío: los judíos dejaron de ser agricultores o trabajadores manuales para establecerse en las grandes ciudades mahometanas donde tenían la condición de protegidos, se inició una revolución económica por su establecimiento como comerciantes y artesanos. El desarrollo de la industria y el comercio favorecieron una rica burguesía judía. Los cambios descansaban sobre profundas afinidades: árabes y judíos, los únicos en la historia de un hecho único: una religión revelada a una nación particular y adoptada por numerosos pueblos de la tierra.


La simbiosis iluminó parte de la Edad Media al agrandar los horizontes espirituales; el encuentro  provocó un renacimiento general frente a la oscuridad medieval de Europa.

Los judíos adoptaron el idioma de del imperio, en lugar del arameo que hablaban desde su retorno de Babilonia -586 A de C- y les dio los medios para estudiar el hebreo de manera diferente, por primera vez fue estudiado por lingüistas y gramáticos; en el siglo X se publicó el primer “Diccionario de la Biblia”, se fijaron las reglas y provocaron un renacimiento del hebreo.

Por otra parte, dominar el árabe abrió las puertas a la vida cultural pública, a la actividad en el foro del progreso y la creación cultural. La teología y la filosofía se desenvolvían casi exclusivamente en árabe, los sabios judíos escribían en árabe y fueron traducidos años más tarde al hebreo.

La organización interna del Judaísmo fue renovada: los califas árabes les dieron lugar en el círculo del poder, el Rbah Galuta, saludado como El Hijo de David, tenía su lugar en la corte del califa, era instalado en sus funciones por el califa personalmente, quien nombraba a los dignatarios del Imperio.

La decadencia del califato de Bagdad y la fracturación del Imperio culminaron en la desaparición del centro babilónico que desempeñó un papel decisivo en la historia del judaísmo. El califato se desmoronó con la llegada de los turcos selyucidas en 1055.

El único esplendor en la Edad Media paso al califato de Córdova, en la España musulmana.

Los judíos que salieron del aislamiento bajo la influencia de los musulmanes  conocieron  las obras maestras de la filosofía griega traducida al árabe. En Islam, La filosofía griega introduce el movimiento Mu’tazila al racionalismo, quienes  rechazan la tradición materialista y sienten la necesidad de justificar racionalmente la fe. En el siglo VIII definen en términos filosóficos los grandes problemas de la teología: unidad de Dios, creación del mundo, libertad del hombre, justicia divina, el bien, el mal y su sanción, en su búsqueda de las respuestas los mutazilistas usan un método de investigación, el kalam, y da  nacimiento a la teología; a partir del siglo IX  los pensadores se enfrentan a las nuevas exigencias del saber.

En el siglo IX nació uno de los primeros humanista judíos, Isaac  Israelí, que se aplica a redefinir las perspectivas del judaísmo. El otro es Saadia Ibn Joseph que murió en 942 y provocó una vuelta a las fuentes y un despertar espiritual del judaísmo con el sistema Kalam. Fue en España donde el judaísmo vivió la Edad de Oro de su historia con Hasdai Ibn Shaprut, ministro del califa de Córdova y Samuel Hanaguid ministro del Sultán de Granada que apoyan el renacimiento intelectual y espiritual del judaísmo: filósofos, teólogos y poetas como Salomón Ibn Gabirol, Bayah Ibn Pakuda, Juda Halevy y Moisés Maimonides. Quienes pertenecen tanto a la historia del judaísmo como al patrimonio común de la humanidad.

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La obra principal de Ibn Gabirol -1020-1050- Fuente de la Vida fue traducida al latín en el siglo XII y al hebreo en el siglo XIII tuvo el inesperado destino de ser considerada cristiana y estudiada como tal hasta que Salomón Musk en 1846 disipó una confusión tan duradera como significativa.

Moisés Maimonides, 1135-1204, supera el Kalam y el neoplatonismo adoptando lo más adecuado de Aristóteles; traspaso las fronteras del pensamiento judío con brillantes y ha sido citado muchas veces por el cristianismo. Su teoría de los atributos de Dios fue rechazada por la mayoría de los teólogos judíos posteriores sin causar daño por mucho tiempo y sirvió para iluminar otros senderos del judaísmo.

A principio del siglo XV la situación política en España cambia: avanza su lucha contra árabes y judíos. Los cristianos conquistan  terreno y multiplican su persecución de árabes y judíos quienes se repliegan ante la derrota.

En 1492, con el triunfo de los cristianos, el califato fue destruido y los judíos fueron expulsados de España por un edicto abrumador.

 

Acerca de Alicia Korenbrot

Nació en la Ciudad de México, terminó sus estudios de Filosofía en la UNAM, es Escritora y traductora. Actualemente reside en Israel.

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