Los movimientos clandestinos en Israel: una mirada retrospectiva

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Es increíble como ideologías cobran actualidad. Los movimientos subversivos como el Etzel y el Leji han renacido sobre todo en los asentamientos de Judea y Samaria. Se habla hoy de la herencia (moreshet) de Jabotinsky, y conmemorando el 130 aniversario de su nacimiento tuvo lugar un concurso, donde estudiantes de secundaria y tijón tuvieron que exponer el espíritu de Jabotinsky. Asímismo, en el mes de junio último tuvo lugar en en Centro Beguin la conmemoración del 70 aniversario de la creación de Leji. La gran mayoría de los participantes tienen hoy máa de 80 o 90 anios, y aun en silla de ruedas o ayudados por bastones fieron los héroes anónimos atrídos por el carismático Abraham Stern.

Mi primer contacto personal con algunos de los miembris de los movimientos llamados clandestinos o subversivos y de los cuales escuchábamos hablar a media voz, tuvo lugar cuando en el ano de 1964 asistí al Congreso Sionista que tuvo lugar en la aún entonces dividida Jerusalem. En una de las sesiones hubo una divergencia de opinión entre Rose Halperin, quien encabezaba la numerosa delegación norteamericana de las mujeres de “Hadassah”, y Menajem Beguin, dirigente del oposicionista partido Jerut, y quien en 1977 sería electo Primer Ministro israelí. En lo más álgido de la discusión, Beguin, que era conocido como un magnífico orador, subió al escenario y con voz tronante dijo: “¡Sra. Halperin, sobre su cabeza sólo hay un sombrero nuevo cada día, sobre la mía había una recompensa y un precio!”

La historia oficial del yishuv de la época anterior a la creación del Estado dedicó poca atención al estudio de esos grupos, calificados de “terroristas”. Después de que el partido Likud, formado por la unión de Jerut y Sionistas Generales, llegó a ocupar el poder, los mismos empezaron a ocupar una parte sustancial de la opinión pública. Se han construido pequenos museos en Tel-Aviv, Jerusalem, Binyamina y otros sitios, que explican en forma didáctica la historia de estos grupos, aparecen constantemente libros que dan su propia versión de los hechos, y mucho han logrado con la puesta en escena de la obra teatral Los Rebeldes, escrita por Edna Maze, en base a la biografia de sus padres que militaron en estos movimientos, que no sólo ha sido elogiada por la crítica sino que es actualmente una de las obras más representadas en el teatro israelí.. Todos estos intentos tienen como meta la reivindicación, o si se quiere, la legitimación de estos movimientos, cuyos miembros, en razón de su edad, han estado desapareciendo del mundo.


Encabezados por Abraham Teomi, en 1931 un grupo de comandantes salió de la Haganá (la organización defensiva del yishuv) y formó, junto con otro grupo armado del Betar, una organización clandestina llamada ETZEL (Irgun Tzvaí Leumi, Organización Militar Nacional), en protesta contra el carácter estrictamente defensivo de la política del liderazgo judío en Palestina ante los ataques árabes. En 1937, durante los disturbios árabes, este grupo se dividió, nuevamente por un serio desacuerdo sobre la forma de enfrentar el terrorismo árabe, y la mitad de sus miembros se reintegraron a la Haganá, que estaba controlada y dirigida por la Agencia Judía. Rechazando absolutamente la política de contención (havlagá) de la Haganá, que optaba por no responder por las armas a los asesinatos y ataques terroristas árabes,

el Etzel llevó a cabo varios operativos en Jerusalem, Tel-Aviv y Haifa, colocando bombas en cafés y concurridos mercados árabes y atacando el tren a Jaffa. Estos atentados fueron condenados por la Agencia Judía la cual manifestó “que manchaban los logros morales de los judíos en Eretz Israel y ponían en peligro la seguridad y la lucha política”. Muchos de sus miembros y simpatizantes fueron arrestados por los ingleses, lo cual sólo logró que incrementaran sus actividades. Además, en cooperación con el movimiento revisionista, lograron en esa época introducir ilegalmente a Palestina a miles de judíos.

Después de la publicación del “Libro Blanco” británico en 1939, que restringía la inmigración judía a Palestina y controlaba la venta de tierras a los judíos, el Etzel volcó sus actividades primordialmente contra las instalaciones e instituciones del gobierno inglés. Curiosamente, en esa época contaron con el franco apoyo del gobierno polaco, que estaba interesado en resolver su problema judío por medio de la inmigración a Palestina, y los ayudó en el adiestramiento militar de sus miembros y los surtió de las armas que les eran tan necesarias. En represalia, los ingleses realizaron arrestos masivos, pero, al estallar la Segunda Guerra Mundial, el Etzel declaró una tregua, alentando a sus miembros a pelear al lado de los ingleses en contra de los nazis, organizados en unidades palestinas y posteriormente en la Brigada Judía. Esto provocó una segunda escisión en junio de 1940, y la formación de un nuevo grupo clandestino llamado Leji, Lojamei Jerut Israel (Luchadores por la Libertad de Israel), encabezados por Abraham Stern, conocido por su seudónima “Yair” quien fue asesinado en 1942. A este grupo se le apodó popularmente como la “Banda Stern”.Sus partidarios lo consideran el “pilar de fuego que precedió al campamento”.

David Raziel, el comandante del Etzel, cayó cerca de Bagdad en una operación conjunta con el Servicio de Inteligencia Británico en contra del régimen pro-nazi de Iraq, lo cual indica que, en ocasiones, estos grupos tan opuestos y en constante pugna colaboraban en contra de un enemigo común. Lo sucedió Yakov Meridor y, en 1943, Menajem Beguin.

Casi al final de la Segunda Guerra Mundial, al empezar a conocerse en toda su dimensión los resultados del Holocausto, y en virtud de que los ingleses seguían imponiendo las medidas del Libro Blanco, tanto el Etzel como el Leji declararon la guerra total al gobierno británico, bombardeando estaciones policiales, vías ferroviarias y capturando armas y municiones. Las autoridades británicas reaccionaron nuevamente y 251 miembros del Etzel y Leji fueron deportados a Eritrea. Pero, debido a que el Leji había asesinado a Lord Moine en el Cairo en 1944, no hubo una reacción organizada por la comunidad judía en contra de las deportaciones, y la Haganá y la Agencia Judía decidieron proceder drásticamente en contra de esos grupos. En esta campana, conocida como la “sezón” (temporada de cacería), varios de sus dirigentes fueron raptados y entregados posteriormente a las autoridades británicas. Aunque restringidos en su fuerza militar, los grupos subversivos siguieron fieramente su lucha contra los ingleses.

Cuando la política antisionista del gobierno británico terminó de cuajo con las esperanzas de la post-guerra de lograr un hogar judío en Palestina, la Haganá se unió a estos grupos clandestinos formando el “Movimiento de Resistencia Hebreo” (1945), y realizaron en conjunto ataques y sabotajes contra ferrocarriles, puentes y botes de patrullaje, a fin de permitir el ingreso de barcos con inmigrantes ilegales. El frente común se desintegró cuando los líderes de la Agencia Judía fueron arrestados, pero los grupos clandestinos siguieron atacando incesantemente. El más conocido ataque del Etzel es el que llevaron a cabo bombardeando un ala del Hotel King David en Jerusalem, donde se encontraban las instalaciones del comando militar inglés. Y así, en un círculo vicioso, a cada acción británica seguía una reacción del Etzel y Leji. Los ingleses impusieron arrestos, toques de queda, deportaciones y matanzas de varios líderes: cuatro de ellos fueron colgados en la prisión de Acre, entre ellos Dov Gruner, dos más se suicidaron, y al llevarse a cabo el enjuiciamiento de otros tres, el Leji secuestró y colgó a dos oficiales británicos; amplia divulgación tuvo el ataque que realizaron colocando una bomba en la Embajada Británica en Roma.

Tanto el Etzel como el Leji tenían su propia estación de radio y distribuían libremente panfletos con su emblema, que mostraba una mano con un rifle contra el trasfondo de un mapa de Eretz Israel que incluía Transjordania (las dos riberas del Jordán, como lo dicen en su himno).

Bejamin Zeroni, fué fundador, dirigente y organizador tanto del Etzel como de el Leji. Lo conocí casi recién llegada a Israel debido a que su esposa es mexicana. El título de su libro autobiográfico Orgulloso, Generoso y Cruel está tomado de un poema de Zeev Jabotinsky que fue el himno del Betar; el él hace un relato detallado de todas las actividades en que participó y de los ataques en que se vio involucrado: colocación de bombas, ataques a árabes y británicos. Fue arrestado en numerosas ocasiones y deportado a Eritrea, de donde escapó para ser nuevamente capturado. Durante los casi cuatro anos que estuvo en Africa, escibió su libro El Sueno, donde expone sus convicciones ideológicas. Sobre su cabeza, al igual que sobre la de Beguin, había una jugosa recompensa. Recuerdo haber visitado en el Museo de Tel-Aviv una exposición de “posters” de Palestina de los anos 40. Los carteles, típicos de esa época llamaban al trabajo agrícola y a afiliarse a la Asociación de Trabajadores, representaciones gráficas de un régimen que aún era socialista en esencia; y ahí, repentinamente, había uno con la foto de Benjamín Zeroni ( de joven), mencionando sus diversos seudónimos y ofreciendo una recompensa por su captura. Al volver, me encontré precisamente con él.”No lo vas a creer, Benjamín, te acabo de ver colgado en un muro del Museo de Arte de Tel-Aviv”, le dije. No creo que mi comentario haya sido de su agrado.

Zeroni falleció hace poco a la edad de 90 anos de edad. Lúcido como siempre, no cambió ni un ápice en su posición frente a un estado judío, su relación vis-a-vis los árabes, su enorme frustación por lo la Israel a raíz de los acuerdos de Madrid, Oslo y Sharm el Sheik; su tremendo antagonismo hacia la creación de un Estado Palestino, que para él significaba el fin del estado judío. Su enojo se vuelcó asimismo hacia personalidades como Beguin, con las cuales militó en conjunto. De Netanyahu no quiso ni hablar.

En 1947, él y todos sus companeros, a raíz de la resolución de las Naciones Unidas sobre la partición de Palestina en dos estados, salieron de la clandestinidad y ayudaron en la lucha contra los árabes, pero continuaron atacando instalaciones británicas para capturar armas. Al surgir el Estado en 1948, los Altos Comandos del Etzel y Leji ofrecieron desbandar ambas organizaciones e integrar a todos sus miembros al éjercito. Pero mientras esto se concretaba, actuaron independientemente, especialmente en Jerusalem, donde mal coordinados con la Haganá, atacaron el pueblo de Dir Yasin con nefastas consecuencias. En junio de 1948, durante la primera tregua árabe-israelí, el barco “Altalena”, fletado por el Etzel, llegó en forma clandestina a las costas de Israel, cargado de enormes cantidades de armas y municiones (tan necesarias para el recién creado ejército), y con cerca de 800 jóvenes que habían recibido entrenamiento militar. Durante las negociaciones con el gobierno provisional encabezado por Ben Gurión, exigieron el 20% del cargamento para sus propias actividades en Jerusalem. Ante su negativa al ultimátum del gobierno para entregar el barco y su carga, el mismo fue bombardeado por la artillería israelí frente a la costa de Tel-Aviv, acontecimiento sobre el cual está dividida la opinión pública del país hasta el día de hoy.

Poco reconocimiento han tenido hasta ahora estos luchadores, muchos de ellos ahorcados y fusilados. ¿ Fueron heroes que lucharon por sus ideales, convencidos de que sólo el uso de la fuerza podría detener los ataque árabes contra la población civil judía, y sacar a los ingleses del país?. ¿Fueron “terroristas” que no midieron las posibles consecuencias que sus ataques y asesinatos podrían tener? El mismo Beguin considerado “terrorista” por muchos israelíes es uno de los líderes m;as respetados de Israel. ¿ Hasta dónde influyeron sus actividades en la decisión británica de abandonar Palestina, lo cual, a la larga, condujo a la creación del Estado?

Creemos que todas estas dudas requieren más respuestas y un estudio más completo por parte de los historiadores que se ocupan de la época anterior a la creación del Estado.

Publicado en Aurora, 25/09/2010.

Acerca de Tzila R. de Chelminsky

Nacida en México y cursando sus estudios hasta la preparatoria en planteles de la red judaica, obtiene en la UNAM el título de Licenciada en Economía.Su actividad social en México y en Israel ha sido intensa, llegando a ser Presidenta de varias organizaciones. En Israel ha sido fundadora y directora del Fondo Rosario Castellanos para llevar a esas tierras la cultura mexicana. Ha sido agregada cultural de la Embajada de México en Israel de 1993 a 1998 y asesora en asuntos culturales hasta el día de hoy. Colaboró en varios periódicos y revistas en México y desde hace 13 años escribe mensualmente desde Israel en "Foro".

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