La Espondilitis Anquilosante es una enfermedad reumática que afecta mayormente las articulaciones de los huesos de espalda y caderas, generando una inflamación e hinchazón que con los años genera graves problemas en la mayoría de las vértebras de la columna. Las cuales pueden llegan a unirse, provocando gran dolor y anquilosamiento de los huesos y por ende, la pérdida de movilidad a largo o corto plazo, dependiendo de lo avanzado de la enfermedad o su tardío diagnóstico.
Esta condición clínica es catalogada por la mayoría de los médicos como una forma crónica de artritis al dar positivo el marcador genético HLA-B27, comenzando en algunos pacientes desde los 9 o 10 años mediante una fiebre reumática, como lo explica el Doctor Allan Ebringer, un destacado inmunólogo británico que investiga esta afección desde 1975, la cual es considerada por otros médicos como autoinmune y sin cura aparente.
Sin embargo, los estudios realizados por el doctor Ebringer sobre la Espondilitis Anquilosante desde los años 70, en el Hospital Middlesex de Londres, demuestran que la bacteria Klebsiella pneumoniae, es una de las responsables del inicio de esta alteración en la salud, la cual curiosamente se desarrolla en el intestino alimentándose de cualquier tipo de almidón y causando la inflamación de las articulaciones, así mismo puede desarrollarse más tardíamente en otros pacientes entre los 20 y 40 años.
Por ello, es que me decidí a investigar más profundamente el tema e incluso probar si efectivamente el doctor Ebringer tenía razón, ya que ésta condición clínica que en lo personal no me gusta llamar enfermedad, ha aquejado a mi familia por años. Con lo cual leí sus estudios a fondo y a conciencia, poniendo en práctica sus recomendaciones
alimentarias para así, tratar de traspasar el umbral del dolor, el cual es el principal detonante, junto con la imposibilidad de moverse que aqueja a cualquiera que sufra este trastorno incapacitante.
Así que después de cuatro largos años de ensayo mediante prueba y error, en relación con la implementación de la llamada “Dieta de Londres” recomendada por el doctor Ebringer, la cual radica en mantenerse libre de almidón y por ende de carbohidratos, es que puedo decir que: (Sí funciona y de verdad), ya que efectivamente no será la cura, pero es un enorme paso en cuanto a la lucha contra ésta condición clínica que hasta ahora no tenía solución alguna.
Por tanto, le recomiendo a todo aquel que padezca o conozca a alguien que posea dicha afección que se tome su tiempo en leer las investigaciones del Doctor Allan Ebringer sobre la Espondilitis Anquilosante y luego, ponga en práctica por varios meses e incluso años, su “Dieta libre de almidón”, para que compruebe lo que aquí yo afirmo, en el sentido de que si funciona y es mejor que la serie de “Aines”, (fármacos antiinflamatorios no esteroideos) que a largo plazo generan todo tipo de efectos secundarios y en realidad no ayudan en mucho a los pacientes. Más allá de que en un principio alivian el dolor, pero no posibilitan el recobrar la movilidad que si es posible de adquirir nuevamente, poco a poco, con la supresión del almidón.
Para finalizar, no me queda más que felicitar y agradecer a Carol Sinclair por escribir su libro “THE IBS LOW – STARCH DIET” y al Doctor Allan Ebringer en Londres, por sus investigaciones sin ánimo de lucro, las cuales han ayudado a tantos pacientes que en un momento dado, no veían la luz al final del túnel en relación con los tratamientos tradicionales para esta afección y entre los cuales también me incluyo…
Especial para el Diario Judío.com de México.
Artículos Relacionados: