Sí ya lo sé.
Hierbas y terapias similares son para parlanchines, brujas, hechiceros y simples habladores ¿o no?
Bueno, pues quizás sí y quizás no.
La verdad es que actualmente la medicina está enfocada en resolver, más que las enfermedades sus síntomas lo cual nos deja medio desamparados cuando lo que queremos resolver es el origen, motivo de la enfermedad o el malestar mismo.
Personalmente siempre tuve mis dudas sobre las hierbas y sus funciones pero por otro lado sé que de esas hierbas se extraen los ingredientes de múltiples medicamentos muy eficientes.
No, no creo que todo se cure con hierbas y tés. Creo que hay momentos en que la salvaje medicina occidental debe tomar las riendas y detener la enfermedad pero si me estoy convenciendo, primero -como todos bien sabemos- que el efecto placebo es muy poderoso.
Si creemos que algo sirve, en muchos casos va a servir nada mas porque lo creemos.
Por otro lado me queda claro que ciertos productos son mejores que las medicinas.
Un vaso de agua con una tapita de vinagre es mejor solución que una “tums” y como éste podría repetir algunos otros casos similares.
Sin embargo y a pesar de que no estoy convencido que estas curas reemplacen a las medicinas sí creo que tomar estos productos y seguir estas recetas podrían ayudar al lector a sentirse mejor y como tampoco puedo dudar de todo lo que al respecto se dice, me atrevo a sugerirles que lean este libro y tomen sus propias conclusiones.
Probablemente cada uno tomará diversas suposiciones, probará diversas recetas y encontrará más o menos soluciones a sus problemas en este libro. Lo que sí es seguro es que nadie perderá nada consultándolo y quizás aprendiendo un poco sobre el mundo de las hierbas, los “menjurjes” y los hechizos naturales y si algo de esto le sirve al lector para controlar, superar o evitar el desgastante estrés que nos autoimponemos y que tanto daño nos hace, ya con eso valdrá la pena la lectura de esta obra.
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