Moralistas los españoles

El presidente de Israel, Shimón Peres, llegó esta semana a España en su primera
visita oficial como jefe de Estado; la misma se encuadra en los actos de
celebración del 25º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas
entre España e Israel.
El partido politico español “Izquierda Unida” y varias organizaciones progres
expresaron su rechazo a la llegada de Peres y entregaron una carta en ese
sentido al Ayuntamiento de Madrid manifestando que el líder israelí es “persona
non grata” y su visita “reprochable”.
Una vez más el supuesto progresismo español aporta un toque de distinción en lo
que a ética y moral se refiere: Despotricamos contra todos menos contra nosotros
mismos.
En momentos en que modelos de impunidad impuestos en otros países, ven caer su
legitimidad y su legalidad, los moralistas de España aún no entienden que sería
oportuno que su país – bastante responsable de dichos modelos, por cierto –
asuma su propia problemática y autorice que miles de asesinos franquistas, que
encarcelaron, torturaron, mataron y son responsables directos de la desaparición
de centenares de miles de ciudadanos inocentes, sean juzgados y dejen de andar
libremente por las calles por esas cosas de “lo pasado pisado” y “una transición
democrática sin vencedores ni vencidos”.
No es posible que un estado de derecho, como ellos se autodefinen, permanezca
silencioso y sus iluminados políticos minimicen la situación de quienes pasaron
por el sistema de campos de concentración franquistas y de quienes sufrieron
exilios angustiosos.
Tampoco es factible que miles de familiares de víctimas españolas vean pasar los
años de democracia en silencio y humillación, mientras se les va la vida sin
conocer el destino de quienes sufrieron actos planificados de exterminio, y que
no puedan, aún con datos fidedignos en la mano, proceder a la recuperación de
sus restos en forma legal, llegando al absurdo de jueces que se niegan a
proceder de conformidad con las normas legales y que, muchas veces, ni siquiera
encuentren un abogado dispuesto a asistirles.
En la muy galardonada serie televisiva “Cuéntame cómo pasó”, que pretende
mostrarnos “fidedignamente” a España en la época del franquismo, no le
alcanzaron a los guionistas 10 temporadas (!) y más de 200 capítulos (!) para
mencionar los términos “desaparecidos” o “campos de concentración”, cosa que
seguramente no hubieran omitido si tuvieran que relatar el pasado inmediato de
Argentina, Chile, China, la ex Unión Soviética y muchos países de África.
Si en España piensan que escondiéndose detrás de conflictos internacionales
conseguirán tapar las vergüenzas propias, especialmete en una era donde la
tecnología abre archivos y proporciona protocolos, van mal. O como dijo el ex
canciller alemán Helmut Kohl: “Un pueblo que no quiere conocer su historia, no
puede comprender su presente ni construir su porvenir”.
Así que señores de Izquierda Unida y asociados, cuando quieran tratar acerca de
crímenes de lesa humanidad, conviene que en lugar de ver un planisferio, miren
al espejo. En esa materia, Shimón Peres tiene mucho que aprender de los
españoles.