Rabino Yosef Garmon – הרב יוסף גרמון en Canal 27.
Hace como 300 años un campesino invitó a un rabino a pasar Shabat en su casa. Durante la noche escuchó al rabino llorando en su habitación, así que le preguntó por qué estaba llorando, a lo que él le responde que era por el templo que había sido destruido. El campesino sorprendido le pregunta que hace cuánto había sucedido aquello, a lo que el rabino le contesta, que hace ya dos mil años. Intrigado y confundido el campesino le dice: “Si pasó hace dos mil años, ¿por qué lloras ahora?”, entonces el rabino le responde: “Para que venga el mesías y nos lleve a Israel”.
El campesino le dice: “Espera un momento, yo no sé si mi esposa quiera ir a Israel, aguarda a que le pregunte”. Regresa el campesino le dice al rabino: “Mi esposa no quiere ir a Israel, hace poco compramos cosas para la casa, y estamos bien aquí, así que para de llorar, no queremos que venga el mesías a llevarnos a Israel, no lo necesitamos”.
Así que el rabino le dice: “Mira, sí necesitamos al mesías, porque cada cierto tiempo los kozakos y empiezan a matar judíos; en Israel estaremos mejor, estaremos protegidos”. El campesino fue a contarle a su esposa lo que acababa de decirle el rabino y al regresar se dirige al rabino: “Rabino, dice mi esposa que está bien que venga el mesías, pero que venga y se lleve a los kozakos a Israel”.
El tema del mesías siempre ha ocupado un sitial importante en cualquier religión del mundo, siempre cuando se presentaban problemas, vaticinaban que el mesías vendría pronto y arreglaría las cosas. Esto conllevó a veces cosas buenas como esperanza y fe, pero también sucedieron cosas no tan buenas, pues aparecieron personajes como Bar Cojva, o Shabtai Tzvi, o hasta oscuros personajes como Moshe Eisi, que decía ser la reencarnación de Moshe Rabeinu. Este último intentó llevar a un grupo de personas a Israel y buscando partir el mar otra vez; sólo logró que finalmente muchas personas perecieran ahogadas. Estos personajes se aprovecharon de la esperanza que tenían en ese momento muchos de recibir un mesías y que creían en sus palabras.
Los musulmanes hicieron algo muy sabio, una vez dijeron que el mesías llegaría en el año 800, luego dijeron que llegaría en el año 900 y luego dijeron que llegaría en el año 1000, pero al final decidieron simplemente no poner una fecha, si no que el mesías vendrá en el momento en el que él quiera decidir que llegará.
Nuestros sabios dicen que hay que esperar la llegada del mesías, pero está prohibido calcular y poner fechas. El mesías se creó como un sinónimo de solucionar problemas. Es así que cuando no hay problemas las personas dicen: ¿pero para qué debemos esperarlo?
Cuando les hablé del mesías a unas personas, estas me dijeron que por favor le dijera que llegara después de diciembre, puesto que ahora estamos en temporada alta.
Nosotros debemos vivir en el presente, y solucionar nuestras dificultades en el presente en el ahora, no solo esperar a que llegue el mesías a solucionar nuestra vida.
Hoy regresé de Auschwitz, lugar donde quedaba uno los campos de concentración de los nazis. Cada centímetro contiene una historia larga y triste. Tuve la oportunidad de escuchar los relatos de todos los sufrimientos que padecieron los prisioneros. Lo más interesante fue que los sobrevivientes en lugar de pensar en un futuro y en la llegada del mesías, únicamente pensaron en vivir el presente y fue así que lograron establecer más tarde el estado de Israel.
En la Parashá de esta semana Ree aparece la prohibición de escuchar a un profeta falso, es decir, la Torá anticipa que cuando las personas comienzan a tener problemas, comienzan a pensar en el mesías que vendrá a solucionárselos. Lo mejor es que la Torá también anticipa que aparecerán personajes que se aprovecharán de los sentimientos y de los pensamientos de las personas para hacerles creer que ellos son el mesías, cuando la realidad ellos no son más que un falso mesías y que sus palabras no contienen ninguna verdad. Por ello existe esta prohibición: no escuchar ni creer en profetas falsos.
La Parashá de esta semana empieza con “ustedes tienen que ver hoy”, ¿por qué agrega la palabra hoy?, pues para decirnos que tenemos que vivir bien y ver el hoy, el presente, no estar siempre pensando en el futuro.
Tres hermanos querían comprarle cada uno un regalo a su mamá, quien cumplirá 80 años. El primero le compró casa grande y hermosa con muchas habitaciones y lujos dentro de ella, el segundo le compró un precioso carro Mercedes Benz último modelo y el tercero recordó que su mamá quería escuchar la Torá, pues como ya era muy anciana, le era difícil ir a la sinagoga. Así que le compró un loro que recitaba toda la Torá. Entonces la señora reunió a sus hijos y le dijo al primero: “Hijo, la casa está muy bonita, pero es demasiado grande, yo ya estoy vieja y dime, ¿cuándo voy a terminar de limpiar una casa tan grande?, yo solo necesito una habitación”. Al segundo le dijo: “Hijo, el carro es hermoso, pero yo ya estoy muy vieja para conducir, así que dime, ¿qué puedo hacer yo con ese carro?” Por último le dice al tercero: “Tú fuiste el único que supiste lo que de verdad quería y lo que era lo mejor para mí; el pollo estaba delicioso”.
El mesías siempre será un tema muy especial, un concepto muy importante y necesario, pero hay que saber cómo usarlo, hay que hacer algo en el presente para poder disfrutar del futuro.
Durante Tisha be Av hay mucha gente llorando y sufriendo, pero hay que saber que no es suficiente llorar y lamentarnos, hay que saber lo que hay que hacer para traer al mesías, no solo llorar.
Que D–os nos ayude a sellar este mes con alegría y B”H la próxima semana entrar al mes de Elul con mucha alegría.
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