Mujeres de aquí y de allí

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A juzgar por lo que dice la tele, en el mundo hay casi cincuenta países en los que se aplica la ablación o extirpación del clítoris, la mayoría de los cuales están en el Africa musulmana. Uno podría alegrarse de vivir en Europa, pero la cifra de mujeres maltratadas aquí por sus maridos, vejadas y asesinadas, no es sino un eco lejano de aquella ofensa tremenda todavía en uso y abuso en ciertas geografías abandonadas por la piedad y, sobre todo, alejadas del conocimiento exacto de lo que el cuerpo humano es y representa. El del hombre,  la mitad oculta de la mujer, y el de la mujer la mitad amagada del hombre, de modo que si se hiere a uno el otro también se mutila, el otro también padece aunque no lo sepa. Fastidia e indigna oír cómo, día a día, hombres despechados, borrachos o simplemente molestos con sus parejas deciden aporrearlas o dividirlas a hachazos perpetrando crímenes que ni siquiera son pasionales a la manera de Romeo y Julieta o Tristán e Isolda, vejaciones sin cuento ni calidad que en esta tierra, España, deben mucho a un machismo rancio no del todo superado.

Desconozco las estadísticas, pero estoy seguro de que después de Sicilia y España, y muy por detrás, vienen el resto de Italia, Francia e Inglaterra, en donde hay menos asesinos de señoras pero sin duda más brutales, comenzando por Jack el Destripador. Sospecho que en Holanda o en Alemania, en los Países Bajos o en Escandinavia,  donde las mujeres ocupan puestos cada día de mayor relieve y los hombres se han vuelto, como corresponde, más domésticos, a nadie se le ocurre dirimir un problema o acabar una relación a tiros o a cuchilladas. Todo se hace de modo más civilizado y melancólico tal vez, pero sin duda más respetuoso para con las féminas. Mientras que en los países que practican la ablación del clítoris o, peor aún, la infibulación que consiste en recortar los labios mayores y los menores y luego coser la vagina,  como ofrenda al hombre futuro en la vida de tal o cual mujer, en España se las desprecia y arrincona hasta que, no pudiendo más y atreviéndose a protestar, reciben un inmerecido castigo. ¿Qué es peor entonces, que te quiten el órgano de placer y te dejen vivir para constatarlo, o que te maten porque exiges un poco más de respeto y dignidad para con tu persona? Ante la duda, mujeres del mundo¡ uníos!

La genética primero y luego la psicología han demostrado que en todo hombre vive una mujer, el anima de la psicología profunda, y en toda mujer un hombre, el animus. Si en lugar de aprender a revelarnos unos a otros las partes negativas para transformarlas, como en la fotografía, en positivas, nos dedicamos a herir al otro creyendo hacer algún tipo de oscura justicia, nuestro futuro empieza a llenarse de ruinas antes de que se termine de construir el templo de la convivencia, ciertamente difícil, pero el premio a cuya laboriosa estructura es la paz del corazón y la amplitud de la mutua tolerancia. En el fondo de todo crimen hay un desprecio en primer lugar y un suicidio en segundo, y por eso muchos de los asesinos terminan con su vida no bien han despachado a su mujer. Por tanto, es el tema del desprecio el que hay que analizar si queremos que nuestra vida se más digna y noble. Hoy, que la fuerza bruta no sirve para nada, la inteligencia tiene la palabra. Y la inteligencia es mujer. Me pregunto si no es eso lo que molesta a tantos hombres.


Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.

1 comentario en «Mujeres de aquí y de allí»
  1. Los seguidores africanos del islam son definitivamente unos salvajes e ignorantes con una marcada tendencia al ginecidio.
    Debieran estar enjaulados.

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