Dos contrastantes conmemoraciones en la prensa rusa al tema de los ataques del 11-S

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Cuando el ejército ruso se vio obligado a realizar su masiva retirada de la región de Kharkiv, eufemísticamente descrita como reagrupamiento, los columnistas rusos evitaron cuidadosamente tocar el tema y buscaron otros temas alternos. Muchos optaron por comentar sobre el destino de la monarquía británica tras el fallecimiento de la reina Isabel II. La debacle militar también coincidió con el aniversario de los ataques terroristas al World Trade Center en la ciudad de Nueva York y proveyó un espacio seguro.

MEMRI presenta dos artículos opuestos que aparecieron publicados en la prensa rusa. El columnista Boris Tolchinsky, en un artículo escrito para el diario en la red Vzglyad, no elogia la acción directamente, sino que describe las torres gemelas como unas torres de Babel modernas diseñadas para glorificar a Mammon (un ser malvado). El ataque fue la sentencia de muerte del orden mundial unipolar estadounidense y del dominio occidental en general. En lugar de evaluar sobriamente su postura, los estadounidenses enloquecieron al invadir primero Afganistán y luego Irak. Sus acciones allí más su traición a los aliados en la Primavera Árabe agravaron el problema del terrorismo. Ahora bien, los estadounidenses le están entregando armas muy sofisticadas a Ucrania, mientras ignoran la probabilidad de que las armas que ahora disparan contra los rusos caigan en manos de terroristas.

Andrey Kortunov, quien encabeza el Consejo de asuntos internacionales de Rusia escribió un artículo diferente. Kortunov ha escrito con cautela sobre el aislamiento de Rusia como resultado de su invasión a Ucrania.[1] En este artículo, Kortunov recuerda con nostalgia la colaboración internacional contra el terrorismo que siguió a los acontecimientos del 11-S. Este teme que el terrorismo esté resurgiendo debido a la falta de confianza entre los principales actores y conflictos como el de Ucrania que aumentan la disponibilidad de armas y debilitan el orden de la economía mundial.


Los artículos de Tolchinsky y Kortunov pueden leerse a continuación:

El ataque al World Trade Center (Fuente: Interfax.ru)
El ataque al World Trade Center (Fuente: Interfax.ru)

En un artículo titulado «El 11 de septiembre, 2001, el mundo unipolar colapsó», Boris Tolchinsky ve el ataque como una forma de castigo a los Estados Unidos que recientemente celebró el colapso de la URSS. Este escribió lo siguiente:[2]

«…Los rascacielos del World Trade Center (Torres Gemelas), los dos edificios más altos del mundo para ese momento, personificaban para muchos de nosotros ese lejano y poderoso cosmos. Estos edificios encarnaban el sueño milenario de los individuos más arrogantes sobre la Torre de Babel. Ellos trataban así de alcanzar a Dios y convertirse en su par, si no espiritualmente, entonces poderosos comercial y financieramente. En un mundo coronado por las torres gemelas, estas actuaban como templos, solo que no para Dios, sino para Mamón, a la capital mundial. En ese mundo, que fue destruido el 11 de septiembre del año 2001, estos edificios eran el símbolo más visible, comprensible y poderoso de la dominación global estadounidense.

«Al ocurrir el cambio de milenio, la omnipotencia del ‘excepcionalismo estadounidense y «faro esperanzador»‘ parecía ser un curso de la historia inexpugnable y en gran medida justificable. Los escritores en Occidente proclamaron con entusiasmo el ‘fin de la historia’ y su ‘llegada al final’, el triunfo de la democracia liberal universal.

«Diez años antes de ello, hubiésemos perdido el país donde nacimos y que tanto amamos y apreciamos. Constantemente nos persuadían de que el camino hacia el socialismo era un error, que todas las victorias y logros de la URSS no eran más que una ilusión, que deberíamos arrepentirnos por la historia de nuestro país, por los logros y hechos de nuestros padres y abuelos, que el mercado global lo juzgará todo y a todos, tal como es universalmente aceptado en el ‘mundo civilizado’. En cambio, nos ofrecieron un camino hacia un brillante pasado capitalista, el cual también es nuestro futuro.

“Y sucedió, de repente (¡como nadie se lo esperaba!), estalló, colapsó de la manera más despiadada, en vivo y en tiempo real… Todo sucedió ante nuestros propios ojos. Fue nuestro futuro el que colapsó ese día y no el de nadie más. Es cierto, hoy todos nos damos cuenta de que fue una ilusión, pero para ese entonces parecía muy claro y verdadero.

«En la frase ‘nuestro futuro’ me refiero a un futuro común para los estadounidenses, rusos, europeos, el futuro de todos los que confiaron en el mercado global como árbitro imparcial, capaz de resolver las cosas, de todos los que depositaron su confianza en los Estados Unidos como el faro de luz de la civilización mundial.

«Pero tan pronto como las torres cayeron, quedó del todo claro: Mamón es un dios falso. Este solo puede desorientar y seducir; él es libre de otorgar préstamos por valor de trillones, haciendo que billones de personas queden endeudados, tiene el poder de otorgar palacios dorados a sus más leales oligarcas-sacerdotes y consuelos engañosos a sus adoradores más comunes; pero muy ciertamente exigirá obediencia en el pago de todos sus ‘préstamos’ y la sangre de aquellos que rechacen estos términos.

«Si el colapso de la URSS en 1991 fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo 20, entonces el colapso de las torres gemelas 10 años después se convirtió en la mayor catástrofe geopolítica de este siglo 21. Este colapso abrió nuestro siglo y definió su dirección.

«Estoy hablando sobre la dirección del colapso de 500 años de dominio global por parte de Occidente y el resurgimiento de un mundo multipolar, la estructura normal y natural de la civilización humana, como siempre ha sido desde la antigüedad y antes de la conquista europea del Nuevo Mundo.

«Las convulsiones de un mundo unipolar comenzaron inmediatamente después del colapso de las torres gemelas. Estados Unidos invadió Afganistán con el propósito de perseguir y castigar a los extremistas de Al-Qaeda, los perpetradores de los ataques del 11-S, quienes fueron protegidos por los talibanes. Los estadounidenses derrocaron rápidamente a los talibanes y utilizaron su poder militar para instalar un régimen de su escogencia en Kabul.

“Pero exactamente 20 años después, los mismos talibanes tomaron nuevamente el poder en el país y fijaron la fecha de toma e inauguración de su gobierno, precisamente el día 11 de septiembre, 2021. Esto no es tanto ‘troleo’, sino una cruel burla de la historia. La historia disfruta de tales burlas, nunca pierde oportunidad de mostrarle a la gente el cómo la fuerza bruta, desprovista de verdad y sentido común, llega a resultados diametralmente opuestos a lo esperado.

«Luego vino la invasión armada a Irak. El régimen despótico de Saddam Hussein gobernó allí durante un cuarto de siglo, pero mantuvo al país firme en su lugar, asegurando la paz y orden. Bueno, supongo que excepto por las protestas, la guerra Irán-Irak, el deterioro de la economía, la invasión a Kuwait, los levantamientos chiitas… – Anatoly. Los estadounidenses acusaron a Hussein de desarrollar armas de destrucción masiva (lo cual resultó ser una gran mentira), derrocaron y ejecutaron a Saddam Hussein. El orden en Irak fue reemplazado por caos, que en consecuencia había abierto el camino a movimientos extremistas aún más peligrosos que Al-Qaeda, tales como el Estado Islámico.

“De un país que después de la Operación Tormenta del Desierto del año 1990 no amenazó a nadie, Irak se ha convertido en un semillero y caldo de cultivo del terrorismo internacional que ahora amenaza al mundo en su totalidad.

«Decenas de miles de combatientes de todo el mundo llegaban allí para unirse a las filas del Estado Islámico, mientras que cientos de miles de refugiados, obligados a huir de sus hogares y posesiones, se dirigían a Europa, desencadenando nuevas oleadas en la ya crisis migratoria. Los extremistas también se han infiltrado en las filas de estos refugiados y han perpetrado ataques terroristas en ciudades europeas pacíficas.

«Habiendo creado el caos en Afganistán e Irak, la auto-proclamada hegemonía global todavía no estaba satisfecha del todo. La teoría del ‘caos controlado’ adoptada por la administración Obama exigía nuevas víctimas. Las autocracias laicas del Cercano y Medio Oriente, aliados confiables de Estados Unidos, se convirtieron en las nuevas víctimas, pero cayeron traicionados por los norteamericanos y fueron barridos por la fuerza de la Primavera Árabe, en su lugar vinieron fundamentalistas, enemigos declarados de Estados Unidos y de toda la civilización occidental.

“El caos reinaba en Egipto, el país más grande e importante del mundo árabe. Solo gracias al ejército, que tuvo la determinación de asumir la responsabilidad del destino del país, fue que Egipto se salvó del destino de Irak. Siria pudo haberse convertido en la próxima víctima de la Primavera Árabe después de Irak, pero la operación rusa de mantenimiento de la paz, lanzada a petición de las legítimas autoridades de ese país, puso fin a los planes de los extremistas y sus cómplices.

«El mundo unipolar de la hegemonía estadounidense colapsó junto a las torres gemelas, para no volver a renacer nunca más. Aquellos que aún sueñan con un semblante norteamericano en nuestro país, de hecho lo que hacen es perseguir un espejismo, un sueño del pasado: los Estados Unidos que sirvieron como su modelo a emular, llegó a su fin ese mismo día de ocurrir el 11-S y todo lo que le sucede a él, a nosotros, al mundo después de cruzar ese hito simbólico es resultado natural del colapso de esas torres de Babel. Estas han caído hace ya mucho tiempo en la realidad física, pero en el tiempo histórico seguirán cayendo, hiriendo a todos con sus escombros: Irak, Libia, Egipto, Siria, Afganistán y en todas partes, es decir, los lugares donde el desmoronado mundo unipolar trata en vano de preservar su dominio.

«En cuanto a Rusia, este no tiene nada por que reprocharse a sí mismo en este triste aniversario.

«Desde el principio, este ha apoyado la lucha común contra el terrorismo internacional con determinación y consistencia. Hemos tenido nuestra propia y complicada experiencia combatiéndolo en la zona norte del Cáucaso y en las ciudades centrales, donde sucedieron los ataques terroristas. Rusia, después de salir victoriosa de esta guerra en Chechenia, extendió su mano amiga con total sinceridad a todos aquellos que habían sufrido del terrorismo y estaban dispuestos a resistirse a este.

«El 11 de septiembre del 2001, Vladimir Putin fue el primer líder mundial en llamar a George W. Bush para expresarle sus condolencias y apoyo. Sin embargo, el mismo Bush invadió Irak a pesar de las persistentes advertencias de Rusia. No es culpa de nuestro país que luego los argumentos de la parte rusa continuaron siendo ignorados y Estados Unidos, con su característica arrogancia, siguió actuando según su propia arbitrariedad.

«De la misma manera, rechazar todos los argumentos, comentarios y advertencias hechos por Rusia desde el principio, ellos continúan actuando luego del lanzamiento de la operación militar especial de Rusia en Ucrania. Nosotros podemos ver qué resultado les ha traído esto y es fácil imaginarnos las consecuencias a futuro.

“Las armas que Estados Unidos le está suministrando al régimen de Kiev que con temeridad criminal están disparando contra los rusos hoy día, pero que mañana pudieran terminar en manos de terroristas de algún otro grupo ‘Al-Qaeda’, quienes odian mortalmente a los Estados Unidos.

“Una serie de fracasos políticos y militares (y, lo que es más importante, de moral) parece haber enfriado un poco la beligerancia de la hegemonía. En cualquier caso, Joe Biden, quien se desempeñó como vicepresidente de la administración Obama, hasta ahora se ha mostrado reacio a enviar a combatir a soldados estadounidenses. ‘Estados Unidos está regresando’, anunció el presidente, al comienzo de su mandato. Y Estados Unidos ha regresado, pero ¿a dónde?

«¿Está regresando a sí mismo, para hacerle frente a sus problemas, que son enormes, tales como su deuda nacional de 30 trillones de dólares? ¿O vuelve a las ideas de ‘exportar democracia’ y ‘caos controlado’? Ahora se le denomina ‘lucha de las democracias contra las autocracias’, es decir, una teoría tan ridícula como falsa.

«¿Podemos estar seguros de que en el futuro, Dios no lo permita, siempre que ocurra un nuevo evento trágico en los Estados Unidos, este no se apresurará a encontrar a los culpables, designando de izquierda a derecha a los culpables, para instaurar sus reglas lejos de las fronteras estadounidenses?

“A dondequiera que Estados Unidos regrese, este siempre volverá a sus cenizas, a las ruinas del Centro de Comercio Internacional, a su 11 de septiembre. Fue el colapso del antiguo Estados Unidos y el trauma del nacimiento del nuevo lo que aún tenemos que ver, cuando (y si) el país realmente encuentre por sí mismo la fuerza para sobrevivir y superarlo”.

Boris Tolchinsky (Fuente: Boris Tolchinsky.ru)
Boris Tolchinsky (Fuente: Boris Tolchinsky.ru)

Andrey Kortunov cree que el mundo ha tenido la suerte de evitar atrocidades terroristas de tal escala como la del 11 de septiembre, pero es necesario pasar de la sospecha a la cooperación si se quiere combatir la creciente amenaza terrorista. Kortunov escribió lo siguiente:[3]

«Como todo lo demás en este mundo, la memoria humana tiene sus propias limitaciones. A medida que nos alejamos más y más del pasado, incluso en los episodios increíblemente vívidos y penetrantemente dramáticos de nuestras vidas, estos inevitablemente se oscurecen y desvanecen; se eclipsan gradualmente por otros acontecimientos más recientes y por nuevas vivencias.

«El 11 de septiembre del 2001, fui testigo presencial del ataque terrorista más importante en la historia moderna, es decir, los aviones de pasajeros que fueron secuestrados y se estrellaron contra las torres del World Trade Center en el bajo Manhattan.

«Veintiún años después, comienzo a dudar de que esto de hecho me sucedió a mí: las intensas luces cegadoras color naranja ante el cielo azul de septiembre, gruesas columnas de humo y de humaredas grises se arrastran lentamente por las estrechas calles, la cacofonía de bomberos y coches de policía, sirenas, multitudes desconcertadas que no tenían idea hacia dónde correr o qué podía suceder al minuto siguiente.

«Desde los sucesos del 11 de septiembre, el tema del terrorismo internacional, tal como era de esperarse, se puso en boga. Al igual que muchos de mis colegas, participé en numerosas conferencias, seminarios y proyectos de investigación dedicados a este tema. Además, he tenido la suerte de disfrutar de una rara oportunidad de conocer a destacados estadistas internacionales como Vyacheslav Trubnikov (ex-primer viceministro de asuntos exteriores de Rusia), Richard Armitage, Thomas Pickering, Kofi Annan y muchos otros, que han hecho mucho para construir un grupo de cooperación internacional destinado a contrarrestar la amenaza terrorista.

«En cierto sentido, sus esfuerzos han dado sus frutos: En 21 años, nada similar a los ataques terroristas del 11-S ha ocurrido en el mundo.

«Y, sin embargo, debemos reconocer que la guerra contra el terrorismo nunca ha culminado en una victoria total. Cientos, si no miles, de personas han muerto en importantes ataques terroristas importantes en París y Madrid, en Beslán y sobre el Sinaí, en Gamboru (Nigeria) y en Mumbai (India) y esta trágica lista aun continúa. Los ataques terroristas se han vuelto menos frecuentes en los Estados Unidos, pero su número se ha incrementado en Europa, por no hablar del Medio Oriente. La reciente explosión ocurrida cerca de la embajada rusa en Kabul es un recordatorio más de que el problema del terrorismo sigue sin resolverse. ¿Por qué no se ha logrado el objetivo fijado hace ya más de dos décadas?

«Primero, la comunidad internacional no ha logrado llegar a un acuerdo sobre un entendimiento común de las fuentes, las fuerzas impulsoras y la naturaleza del terrorismo. Lo que algunos actores imaginan inequívocamente como terrorismo, otros lo ven como un movimiento de liberación nacional o de hecho como una lucha legítima de una minoría religiosa por sus derechos. Traten de remover el tema del terrorismo de Cachemira en una conversación con hindúes y pakistaníes y notarán que es casi imposible encontrar un denominador común allí.

«En segundo lugar, cualquier lucha exitosa contra el terrorismo presupone un alto nivel de confianza entre las partes involucradas, aunque solo sea porque, por definición, incluye el intercambio de información bastante importante y restringida. La situación del tema de la confianza en el mundo moderno de hoy no es nada buena.

«Existe un claro y creciente déficit de este recurso, no sólo entre Moscú y Washington, sino también entre Pekín y Bruselas, entre Riad y Teherán, entre El Cairo y Addis Abeba, entre Bogotá y Caracas, etc.

«Tercero, el terrorismo internacional tampoco se detiene. Este se transforma y evoluciona constantemente: se vuelve más móvil, más inteligente, más ingenioso. Al igual que lo hacen los virus peligrosos, la amenaza terrorista muta, generando constantemente más y más cepas nuevas.

«Hoy día, aunque parezca paradójico, no es el terrorismo de los movimientos y grupos extremistas transnacionales bien conocidos lo que parece particularmente amenazante, sino el de los solitarios y aficionados anónimos. Porque esos solitarios son ahora más difíciles de identificar y neutralizar, mientras que las acciones de los aficionados son más difíciles de predecir.

«La dinámica actual de avances en tecnología militar y las muchas tendencias en desarrollo en el entorno internacional presagian un nuevo incremento en las actividades terroristas en un futuro muy cercano. La infraestructura social y económica cada vez más compleja de hoy día, especialmente en las grandes áreas metropolitanas, facilita oportunidades potenciales siempre nuevas para llevar a cabo ataques terroristas a gran escala y de alto perfil.

“Además, los conflictos internacionales y civiles (tales como el del territorio de Ucrania) incrementan drásticamente la disponibilidad de sistemas de armas sofisticadas ante los posibles terroristas.

«Agreguemos a este rubro una disminución general en la estabilidad de la economía global, la cual se ve plagada de crecientes problemas sociales y el inevitable incremento del radicalismo político y el extremismo en una amplia gama de estados. No es muy difícil pronosticar que en este «caldo de cultivo» un virus del terrorismo incompletamente erradicado obtendrá de por si todas las oportunidades para lograr crecer sólidamente.

“Es muy probable que tengamos suerte y no ocurra una segunda edición de los eventos del 11 de septiembre en los próximos años. Pero la solución al problema del terrorismo solo puede surgir si la humanidad avanza hacia un nuevo nivel de gobernabilidad global. Por lo tanto, los principales actores mundiales poseerán suficiente sabiduría y energía para ello, o la carga fiscal sobre nuestra civilización común, impuesta por el terrorismo internacional, lo que hará será crecer constantemente».

Andrey Kortunov (Fuente: Kp.ru)
Andrey Kortunov (Fuente: Kp.ru)

[1] Véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 10076 – Experto ruso en asuntos internacionales Kortunov: Las suposiciones oficiales de multipolaridad son incorrectas, Rusia tendrá que andar con mucho cuidado en un orden internacional caracterizado por la ‘bipolaridad asimétrica’, 12 de julio, 2022.

[2] Iz.ru, 11 de septiembre, 2022.

[3] Iz.ru, 11 de septiembre, 2022.

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El Instituto de Investigación de Medios de Información en Medio Oriente (MEMRI) explora el Medio Oriente a través de los medios informativos de la región.

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