Occidente herido de muerte

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Los sucesos acaecidos en Bruselas no son más de lo mismo. Hace ya rato que, por uno otro camino-con la esporádica violencia del terrorismo o la migración desesperada-, el Islam moderado ha sucumbido ante la voluntad siniestra y asesina de sus vástagos más delirantes. Ha llegado la hora, piensan algunos que conozco, de deportar chilabas y pantuflas, de erradicar del seno tolerante de Europa a quienes abierta o tangencialmente bendicen los crímenes que se cometen en nombre del dios de los desiertos incandescentes, del dios cuya omnipotencia es sólo suya. Es cierto que no vemos declaraciones en masa de musulmanes en contra de ese crimen cíclico que son los atentados, lo cual nos advierte sobre su indiferencia al respecto o bien sobre su tácito acuerdo. Pero tampoco los vemos defender su cacareada religión de paz criticando acerbamente a quienes atentan contra la nuestra. De tanto en tanto se publican en la prensa artículos de eruditos islámicos que hacen lo posible por separar el trigo de la paja sin conseguirlo. El crimen de inocentes no se justifica, ni tampoco el desprecio a la vida propia y ajena. Lo que está ocurriendo es posible porque aún hay muchos en Occidente que al día siguiente de la matanza salen a la calle para repartir abrazos y dibujar corazones. Que es como decirles a los terroristas: ¡os queremos igualmente! Paz, paz y amor no son los mensajes que salvarán a la civilización occidental de sus depredadores.

Hay que cerrarles el paso donde más les duela y como sea. Y sobre todas las cosas hay que sacarse de la cabeza que nosotros somos culpables de todos sus males. Los auténticos responsables son los señores de los emiratos, comenzando por Arabia Saudita.

Todo lo contrario, Occidente ha hecho, está haciendo y hará por el Islam mucho más de lo que éste ha hecho o hace por el mundo, mucho más de lo que Irán con sus ayatolás ha concedido a la Humanidad. Pero Occidente tiene la enfermedad de los remordimientos, deudas imaginarias, complejos que atenazan y paralizan su capacidad de reacción. Estar a la defensiva en casa no es la solución. Nosotros ponemos las víctimas y los musulmanes los espectadores cuando no los cómplices. En un espacio en el que los shahids o mártires se multiplican con cada nuevo asesinato masivo, los asesinos sólo piensan qué rédito humano les proporcionarán sus abominaciones, es decir cuántos jóvenes más seguirán ese camino. Tal es la primera instancia, aquello que los criminales buscan: que se incremente su ejemplo. Después, claro, que lo que han llegado a odiar se derrumbe y aplaste bajo el peso de su ira.


Occidente tiene que aprender nuevas tácticas de defensa y forzar a las comunidades musulmanas pacíficas que viven en su seno a manifestarse en público y de modo masivo contra tales actos de horror. Mientras eso no ocurra, de esas masas silenciosas e irreductibles surgirán ravioles envenenados. Esperar a que esa tarea la lleven a cabo los partidos populistas de derecha haría que el remedio sea peor que la enfermedad.

Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.