Pensadores y Pensamientos, Eva Illouz

Por:
- - Visto 612 veces

Los judíos fueron la primera comunidad transnacional de la historia. En momento en que las comunicaciones y el transporte eran dificultosos, los miembros de este credo, en distintas partes del mundo tejieron relaciones profundas y por lo tanto constituyeron una unidad sociológica excepcional que trascendió los conceptos de localidad y espacio. Compartían lazos de solidaridad con sus pares distantes pero a la vez se distanciaban de los no judíos con quienes convivían. Esto se produjo dado la creencia de su misión en el gran plan que D-os dispuso para la humanidad y la eternidad. Pero lo que hizo del pueblo judío, único, es que esta exclusión geográfica sistemática resonó con una poderosa teología judía que hacía hincapié en la separación radical entre Judios y no Judios. Los Judios diaspóricos, idearon un conjunto de leyes que les ayudaron a superar y contrarrestar la violencia de la mayoría circundante, resistiendo la tentación de la conversión o la asimilación. El concepto del goy, que en hebreo bíblico significa simplemente ” un pueblo ” llegó a tener un significado negativo con el tiempo, llegando a marcar los límites estrictos entre los miembros del grupo.

Las diásporas tienen esta característica: están obsesionadas con su identidad, con lo que las distingue. El hecho de que el nacionalismo judío se inició en la diáspora y no en un territorio tuvo un efecto central: hizo que el Estado de Israel se conciba a sí mismo como una extensión de la unidad étnica judía. Esto es totalmente legítimo para la diáspora pero no para un estado liberal. El moderno Estado de Israel mezcla estado y religión y al hacerlo se convierte en la nación de un pueblo definido en términos religiosos.

Cuando nos fijamos en la cultura política del Israel moderno, la implicación profunda y masiva de los partidos religiosos en la política, las crecientes referencias a la condición judía en la esfera pública, tenemos que concluir que el modelo israelí de ciudadanía que no separó la religión del Estado está en problemas. Según el columnista de Haaretz, Carlo Stranger, esto ha pasado porque se le otorgó a una pequeña facción de este grupo – los ortodoxos – el derecho de controlar la definición de la membresía en el judaísmo. En otras palabras, el Estado voluntariamente entregó la más poderosa prerrogativa de las naciones – el derecho a definir los ciudadanos – a los mismos rabinos ortodoxos que habían controlado la vida en el gueto. Para colmo, la visión de los Judios ortodoxos no reconoce las teologías y las soluciones creativas que otras corrientes judías han encontrado en el mundo moderno.


La verdadera marca de una sociedad liberal: no es sólo si las minorías tienen derechos, si tienen acceso a los recursos materiales. Lo más importante es que los miembros de las minorías estén autorizados para representar a la colectividad (como Benjamin Disraeli que nació Judio del siglo XIX en Inglaterra, como el Judio León Blum en Francia, o Barak Obama hoy en los EE.UU.). La prueba de liberalismo de Israel, es, pues, simple: ¿los árabes israelíes podrían representar el interés colectivo ? No pueden. Esto se debe a que la identidad y la cultura del estado son demasiado judías, precisamente en una forma que impide la posibilidad de que un no-Judio represente los intereses del colectivo.

El movimiento sionista , que pretendía proporcionar una revolución secular para el pueblo judío , adoptó un modelo religioso y lo adaptó al Estado en forma de ley de ciudadanía perpetuando así una identidad que no es adecuada para una mayoría que debería gobernar por preceptos e instituciones liberales y universalistas. Se basa en el mismo modo de pensamiento que considera que la vocación principal de Estado de Israel es “preservar” la judeidad – entendida como una categoría genética, étnica y religiosa.

El nacionalismo judío hace que sea muy difícil para los no-Judios incluso tratar de reconocerse a sí mismos y entrar en su cultura. Más que eso: Los símbolos colectivos de la sociedad israelí no son sólo símbolos del judaísmo, algunos de ellos activamente excluyen a los no-Judios. La bandera israelí, los días de fiesta por ejemplo en Purim (Haman debe ser destruido), de Pesaj (los egipcios terminan ahogándose ), la Shoah (en la que todo el mundo abandonó a los judíos), Iom Hazicarón ( donde los soldados fueron asesinados por árabes ), son todos acerca de “nosotros” (los Judios) frente a “ellos” (el resto del mundo, los nazis, los árabes, los amalequitas).

El Estado de Israel debe transformarse en universalista alineándose a la neutralidad de los estados liberales. Israel puede y debe tener una cultura nacional judía, pero esta cultura debe ser como la de sus homólogos occidentales liberales, mucho más sutil. Esto implica tratar a Judios y no judíos por igual. Supondría el desmantelamiento del rabinato como entidad del estado; alentando el pluralismo religioso y tratando a todas las corrientes judías por igual, trocando los símbolos nacionales por otros universales, abarcando la enseñanza de la historia de la otras tradiciones, la creación de un canon de clásicos de la literatura árabe y judía, para que sea más fácil para los no-Judios convertirse en ciudadanos.

  • Compilación de dos artículos de Haaretz:
    ‘In a single moment, I stopped being religious’ – Magazine Israel …
    23/11/2013
    Is Israel too Jewish? Mar. 23, 2013.
    Publicado en Identidad Uruguay, Marzo de 2014.

Acerca de David Malowany

Nací en Montevideo en 1967. Egresé de la Universidad de la República en 1992 con el título de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.Soy docente universitario en la cátedra de derecho comercial en la Universidad Católica y en la Universidad de la República, en las carreras de contador público y administración de empresas.Desde el 2008 soy columnista de Mensuario Identidad.

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: