Philip Roth (1933- ) ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2012), encaja perfectamente en la imagen del judío americano de los años cincuenta y que poco a poco fue capaz de erradicar el viejo eco del pasado y surgir en un nuevo ámbito.
Philip Roth nació y creció en Newark (Nueva Jersey) donde asistió a varias universidades y fue convirtiéndose en un fiel testigo de toda una generación que más tarde habría de plasmar en su obra, lleno de humor y colorido.
“Adiós Colón”, su primer libro de relatos publicado en 1959 y ganador del National Book Award en 1960, nos muestra definitivamente parte del universo en el cual muchos judíos vivieron en México, Argentina, los Estados Unidos o en cualquier lugar del mundo, una generación entera que lentamente tuvo que cambiar su ‘modus vivendi’ para sobrevivir en una sociedad siempre en cambio.
Existe sin duda un prototipo de Philip Roth, un personaje que definitivamente ha quedado captado de entre las callejuelas de Nueva Jersey, la ciudad de México o uno de los barrios porteños de Buenos Aires.
Nos hallamos ante un fenómeno que durante varias décadas se repitió una y otra vez, personajes procedentes de familias de inmigrantes, el gran miedo interior, la necesidad de aceptación, el temor siempre presente a la persecusión, el querer rebasar a cualquier precio la barrera del silencio y relucir, salir a flote, asirse a una identidad que nuevamente lograra ubicarnos por quienes somos, todo lo que quedó atrás, el pequeño ‘shtetl’ y donde sin piedad tantos judíos fueron atacados una y otra vez, sistemáticamente.
Philip Roth es el escritor que tras el reflejo de una sonrisa y su gran sentido del humor nos condena a vernos a nosotros mismos, la sensación de haber estado, de pertenecer a algo que se refleja en todas y cada una de las páginas de todos y cada uno de sus libros, nos arrastra al pasado, un atrás que llevamos en la piel, un gesto siempre atrabancado históricamente.
En Philip Roth uno se cautiva por la pasión de las palabras, la perfección en cada uno de sus personajes, que para bien o para mal logran rebasar la mediocridad de su entorno, hombres y mujeres que lenta y metódicamente van desnudándose a un universo de siempre intentar recobrar lo eternamente perdido, un lugar en la sociedad, la gran cultura que sobresale de sus poros, el finalmente decidirse a enterrar la larga fila de seres enmudecidos, los que no lograron sobrevivir, el irse adaptando a un mundo real de carne y hueso, Philip Roth sacudiendo todas nuestras raíces, provocando la risa, confrontando a todos los lectores a una imagen de espejo que se da en toda su obra: Huida (1962), Cuando ella era buena (1967), El lamento de Portnoy (1969), El Pecho (1972), La gran novela americana (1974), Mi vida como hombre (1975), El escritor fantasma (1979), Zuckerman (1981), Contravida ( 1987), Decepción (1991) La mancha humana (2001), Engaño (2009), La humillación (2010), Némesis (2011), entre las más sobresalientes.
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