El tiempo y la dedicación que se invierten en la elaboración de los puros Davidoff, nos regalan bocanadas sabrosas y memorables. Son puros que se paladean, que se disfrutan despacio y que envuelven los sentidos.
Al igual que los manjares culinarios, los puros Davidoff nos regalan sabores únicos en cada bocanada, provocando sensaciones e intensidades dependiendo del estilo que se escoja, y como los vinos, los hay con cuerpo, con sabor medio y suaves, además, difieren entre su tamaño, grosor y origen. Las piezas de arte Davidoff son hechas de forma artesanal, y en su cautivante sabor influyen factores como la calidad del cultivo, el factor humano durante su producción, así como su conservación y añejamiento. Para conservarlos en las mejores condiciones, hay que considerar que los puros también se añejan para que se intensifiquen sus sabores, tornándolos más refinados y complejos, esto se logra al conservar a las hojas del tabaco a la temperatura y humedad exactas, por lo que la paciencia es la clave para crear un puro perfecto.
Quien los fuma se rodea de un encanto particular, pues su poderosa presencia atrae las miradas y su aroma es como un imán: hay que admitirlo, fumar un puro siempre llama la atención.
Distinguiéndose del resto de los puros que existen, Davidoff cuenta con el impecable respaldo que se ha ganado a lo largo de los años, siendo el más importante la preferencia por parte de quienes los prefieren. Para elegir el puro Davidoff que mejor se ajuste a nuestros gustos, hay que probar diferentes tipos para comparar sus características entre sí.
La línea Davidoff Winston Churchill, es un homenaje a los amantes de los puros, a través del nombre del Primer Ministro inglés, quien fuese uno de sus más grandes adoradores, por lo que estos puros son de gran tamaño.
En esta línea cada vitola tiene una deliciosa complejidad. Los maestros torcedores han logrado el reto de diseñar y combinar una serie de tabacos excepcionales, como el carácter de Sir Winston Churchill, mostrando una rica mezcla de buenas cualidades mediante la armonización de tabacos de Nicaragua, México, Ecuador y República Dominicana.
El proceso de elaboración de cada puro merece un destilado de igual calidad, que al unirse a las bocanadas de humo resulte en un momento sabroso y memorable. Los puros Davidoff son una delicia que se disfruta despacio, se paladea y envuelve los sentidos, obteniendo sensaciones e intensidades distintas a las que regalan cada uno por separado.
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