A treinta días de su fin, en este día de muertos, desearía uno componerle al gobierno de Felipe Calderón un réquiem no para honrarlo sino porque por fin termina.
He visto pasar muchas administraciones federales pero no había sido testigo de una administración de tan bajo perfil, de tanta medianía, donde el Presidente prefirió colocar a sus amigos en los puestos del más alto nivel del gobierno, aún cuando no supieran absolutamente nada sobre el ramo que tendrían que encabezar. La mayoría, totales desconocidos y desconocidas en la vida pública mexicana, pasarán a la historia manteniendo esa característica pues no hicieron mayor cosa para cambiarla.
A veces, a modo de juego les pido a mis amigos que nombren rápidamente a cinco miembros del Gabinete actual. Los que primero vienen a la mente son Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública, Guillermo Galván Galván, de la Defensa Nacional, Francisco Saynez Mendoza de la Marina y Maricela Morales de la Procuraduría General de la República. A lo mejor alguna persona recordará al recientemente fallecido Alonso Lujambio uno de los pocos hombres del gabinete que tenía trayectoria pública y luz propia o al Dr. Córdova por su amable presencia y sus apariciones en relación con la epidemia H1N1. La mayoría del resto permanece en la obscuridad. Por ejemplo ¿usted recuerda el nombre del Secretario de la Reforma Agraria? Y a lo mejor hasta preguntaría si todavía existe esa Secretaría, o ¿se sabe el nombre del amigo o pariente de Calderón a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales?
En una etapa tan compleja, definitoria y riesgosa para el futuro del país a uno se le antojaría preguntar y ¿a dónde está mi gobierno? Y la respuesta sería pues peleando en una guerra que ha sumido a muchos territorios del país en condiciones semejantes a las de la Revolución Mexicana. Ahora y ante la ausencia de Estado, verdaderos cuatreros, delincuentes organizados y oportunistas están despojando de sus vidas, de sus tierras, de sus propiedades y de sus negocios a miles de pequeños y medianos empresarios pues la mayoría de los más grandes han huido al otro lado de la frontera. También están reclutando y secuestrando a miles de jóvenes para formar sus ejércitos y entrenarlos para cometer los más arteros asesinatos; jóvenes víctimas que se vuelven victimarios ante las amenazas de muerte o ante la ausencia de opciones de empleo e ingresos por el precario desempeño de la estable, pero estancada economía mexicana y la prolongada contención salarial.
En fin, una guerra donde se lucha por las ganancias derivadas de los diversos delitos que se cometen contra la vida, libertad, integridad, ingreso y posesiones de los mexicanos, desafortunadamente en connivencia con una parte de las élites políticas y económicas que han visto aumentar sus riquezas en negocios de lavado de dinero o por corrupción.
Y es precisamente por eso que nos acordamos de los nombres de los miembros del Gabinete de Guerra de Calderón y no del Gabinete Social, ni del Económico, aún cuando en los últimos días el Presidente no ha dejado de inaugurar obras, hablar de los maravillosos programas que ha llevado a cabo y decirnos que ya todos los mexicanos tenemos el derecho universal a la salud, nada más que no aclara en qué hospitales, clínicas, laboratorios, equipamientos, con qué doctores y personal, podemos hacer exigible ese derecho.
Sólo algunas cifras para refrescar el recuento de “logros” de esta saliente administración. INEGI señala que entre 2007 y 2011 se cometieron 95 mil 632 asesinatos documentados. La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha registrado de 2006 a 2012, 5 mil 397 expedientes de personas reportadas como extraviadas o ausentes.
Un grupo de organizaciones sociales ha documentado 3 mil casos de desaparición forzada entre 2006 y 2011; otros grupos manejan cifras de hasta 10 mil. Los casos de tortura en México son motivo de preocupación en los mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas.
De acuerdo al Reporte Global de Desplazados Internos de marzo de este año, 160 mil personas viven desplazadas en nuestro país y el año pasado 26 mil 500 tuvieron que dejar sus hogares. En el norte del país cada día aparecen abandonados más pueblos y viviendas, mientras que en ciertas ciudades, empiezan a surgir colonias de desplazados. Acapulco, Monterrey, Torreón y Reynosa entre otras importantísimas ciudades mexicanas viven en el terror. Por su parte, ciudades históricamente pobres del Estado de Texas está siendo ampliamente beneficiadas por el traslado de mexicanos con sus recursos.
La Relatoría de Libertad de Expresión de la ONU señala que de 2000 a 2010 fueron asesinados 66 periodistas y 12 están desparecidos más los que se agregan en 2011 y 2012.
El día de ayer a raíz de un atentado a un alcalde de Michoacán, se informaba que en esta administración han muerto 31 presidentes municipales.
Eso sí de 2006 a 2012, el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública aumento en 238%, los de Marina y Defensa crecieron en cerca de 65% respectivamente, en tanto que el de la Procuraduría sólo 21%.
Por su lado, observamos un aumento del desempleo y de la ocupación en el sector informal y en cambio, el ingreso promedio por hora trabajada se redujo un 10% y el salario mínimo continúa cayendo. Los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres.
Fin de este breve réquiem de despedida.
Despues de casi 40 años de ausencia de mi querido México natal
me duele mucho leer el articulo de la sra. Jusidman y ver que nada a cambiado para mejor, y que los problemas que ya habian solo han agravado y ademas hay nuevos….
David Livne (Lazdeiski)
Rehovot, Israel