La necesidad del ser humano desde que nace, es ser amado. De bebe lo manifiesta a cada rato de su recién estrenada vida… Llora, llora, vuelve a llorar, inconscientemente, hasta lograr el cariño de su madre que es su ser más próximo.
En su niñez esta necesidad se traduce en deseo de caricias, apapachos, regalos, a los afortunados hasta caprichos…
En la adolescencia y juventud esa necesidad de amor de hijos a padres se transforma en una “amistad comprensiva”… Entiendo tus problemas, tus necesidades. “Seré en adelante un compañero tuyo en el camino… Mi experiencia estará contigo para tu bien”.
En la edad adulta y esto es bien importante, esa necesidad de ser amado se va desdibujando para que al llegar a la madurez lejos de necesitar ser amado, el ser humano debe amar, a sus hijos, familia, y demás seres humanos.
La madurez se alcanza cuando se ama y se acepta al semejante tal cual es; guardando siempre un sensato equilibrio.
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