Tendencias y adhesiones

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En el paroxismo de nuestra molestia, preguntamos: ¿Qué quieren de nosotros?.

Los agresores quieren ver eliminado al estado de Israel. Los “culturalistas” quieren ver a Israel reducido a fronteras indefensibles. Los indiferentes no quieren saber de conflictos sin importarles quién sale afectado. Los antisemitas…Bueno, de los antisemitas ya sabemos lo que siempre han propugnado.

De los primeros ya conocemos sus múltiples declaraciones, iniciando con sus cartas de “raison de etre”, sus documentos básicos, pero que también saben cómo manejar a la UNRWA para que sus líderes continúen viviendo en lujosos villas a la orilla del mar, tengan millones en bancos suizos y, para más, sean protagonistas en los diversos medios de comunicación controlados por el dinero de sus socios petroleros.


Los que llamamos culturalistas son los que, según nuestro lenguaje mexicano, son los “comodinos”. Son los que desean sobresalir como pacifistas, dueños de la verdad intelectual, asistentes consuetudinarios a los cafés de lujo y las reuniones de burócratas de alto nivel y que gozan de subsidios “en pro del desarrollo igualitario” y de las prebendas gubernamentales, figurando inclusive en las nóminas de las instituciones educativas y promotoras de las arte. Algunos de ellos, de innegable capacidad literaria, figuran en las páginas de los suplementos culturales impresos y electrónicos. Viven alrededor de Central Park, N.Y., pero cómo se preocupan por los desheredados.

Israel y su gobierno, para ellos, no son políticamente correctos. Más bien. Son agresores, ocupantes, represores, racistas, etc.

Los indiferentes forman una legión singular. Su lema es, muy a la mexicana: “me vale”. Pero no se crea que son “ajenos”. Hay muchos entre los nuestros también. Tienen sus problemas propios, no tienen tiempo ni interés por nada que no signifique beneficio personal.

En nuestras Comunidades vemos a muchos de ellos.

De los antisemitas podría escribir tomos completos, pero ha habido gente mucho más calificada que ha entendido, razonado, explicado esta peste que nos ha caído encima por siglos.

Manifestaciones de todas estas tendencias, inclinaciones, agrupaciones, ideologías o lo que quieran ser, están presentes hoy, exactamente delante de nuestros ojos, de nuestra atención (si tenemos interés). Aquí van dos.

La primera: una flotilla de barcos se dirigirá a Gaza con el pretexto de dar ayuda humanitaria a la población de la franja.

La segunda: la ONU se apresta a someter a votación el establecimiento de un estado palestino.

En el primero de los casos, algunos inefables colaboradores del Washington Post y el New York Times se preparan para formar parte de los viajeros. (Me extraña que Ha’aretz no se haya pronunciado al respecto y hubiera ya designado a alguno de sus columnistas a agregarse a la misión ).

Todos ellos suponen que la presión internacional va a hacer mella en las decisiones del gobierno y pueblo israelíes, mas creo que se equivocan. Nadie entra a tierras o aguas judías sin autorización, sea quien sea, ni tampoco Israel permitirá la intromisión de nadie en los asuntos que atañen a sus propias negociaciones.

Reacciones: Los agresores usarán esto como argumento; los intelectuales continuarán diciendo que Israel es el súmum de la discriminación; los indiferentes seguirán su pauta: a nosotros déjenos en paz.

En el segundo tema, la ONU tendrá que votar a favor de la existencia oficial de un estado palestino. Los límites geográficos no importan, la geografía política tampoco. Lo que importa es que viste mucho – sobre todo teniendo dos terceras partes de la votación de la Asamblea General en manos de los países musulmanes y sus adláteres políticos antiyanquis. Luego tiene que ir la votación al Consejo de Seguridad. Podría ser que EUA vetara la resolución, pero, con Barack Hussein Obama, quién sabe…

El coro de los dos primeros grupos tiene puntos importantes en común: señalar a Israel. Unos, para esconder sus trapacerías; otros, para tratar de justificar su existencia. Mas en lo que ambos fallan es en un concepto muy sencillo y a la vez muy complicado: la Libertad.

Eso que ninguna de las cuatro divisiones quiere reconocer.

Ninguno quiere ver ni reconocer que el pueblo de Israel, con todas sus fallas políticas, religiosas y conceptuales, tiene lo que muchos carecen. Libertad.

Es claro que el pueblo de Israel heredó de Koraj la protesta. ¿Por qué necesitamos a un líder – Moisés – si tenemos al Señor y Sus reglas?

Mas al final del camino, el convencimiento de que queda una sola alternativa, ayudó a mantener la cohesión. Quien de nosotros conoce el ambiente político y social de Israel y de las comunidades en el Galut, sabe de nuestra manera de opinar.

Nuestra ideología no nos permite afiliarnos a ninguno de los cuatro grupos descritos. Sabemos lo que puede suceder. Ya lo hemos vivido.

Ninguno de ellos habla de esa, la mayor bendición que es, a la vez la mayor obligación. ¡Somos libres! Ninguna directriz ni tendencia como las de esos grupos nos obliga a pensar o actuar de modo uniforme. Sigamos así. No permitamos que nadie, por poderoso que sea, nos dicte nuestro destino. Sólo El nos marca la ruta y el paso. Defender lo nuestro es el Destino.

Acerca de Salomón Lewy

Nacido el 30 de Enero 30, 1939, se considera oriundo de Orizaba, Veracruz, donde residía su familia y fue llevado a los tres días de nacido.Su Creación Literaria abarca grandes reconocimientos como: Primer Lugar en los Certámenes XVIII y XIX del C.D.I., Mención Honorífica en el Certamen XX del CDI.Dentro de sus publicaciones podemos encontrar: MI AMIGO ISAAC, EL CORAZÓN NO ES UN PASAJERO (Editorial Libros para Todos, EDAMEX).Idiomas:Español, Inglés, Alemán, Hebreo, Yiddish.Especialidades:Temas Judaicos, Israel, Política Mexicana, Relaciones Internacionales, Costumbrista Mexicano.

1 comentario en «Tendencias y adhesiones»
  1. Aprecio DiarioJudio.com por la apertura que maneja los diversos temas. Tengo mis opiniones sobre las flotillas, tengo mis opiniones sobre la declaracion de independencia del estado judio y definitivamente tambien tengo mi opinion sobre la libertad del pueblo de Israel y en todas difieron sustancialmente en la opinion del estimado Señor Salomon. Yo no soy ningun comodin, comodino y deseo la paz. Casi es ofensivo que alguno asuma que su opinion es la verdad y que los demas son idiotas.

    Es un hecho innegable que el Estado de Israel es fuerte, esta muy armado y tiene una politica militarista. Dejemos de llorar sobre el odio que nos tienen, en gran medida somos los responsables del mismo. Esta semana el fallido linchamiento de un chofer que se equivoco de camino y entro en un barrio de Jerusalem es una muestra de lo terrible de la situacion. Y los que atacaron al chofer eran niños de 10 años entre otros.
    Sin nos seguimos encerrando en concepciones erroneas, lloraremos muy rapidamente la caida del tercer templo

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