Decía Isak Dinesen que “La cura para cualquier cosa es agua salada: sudor, lágrimas o el mar”. El mar tiene una magia única y un encanto incomparable.
La mayoría de la gente, al describir Punta Mita, usa repetitivamente la palabra ‘mágica’. Nunca ha habido una descripción más certera. Este es un lugar mágico, de fantasía, paradisiaco.
Enmarcado por una exuberante selva tropical y la majestuosa Sierra Madre, rodeado por agua de color turquesa y nueve millas y media de costa, donde la fauna exótica y la cultura huichol habitan todavía, se encuentra el paraíso terrenal de Punta Mita. Con vista a las icónicas Islas Marietas este santuario para los sentidos ofrece una experiencia de excelencia y lujo en playas mexicanas.
Punta Mita pasó de ser tierra de artesanos, comerciantes y pescadores a uno de los destinos más lujosos de playa en el país. En este paraíso terrenal está el hotel W Punta de Mita, un cautivador hotel que transforma la estancia en una de las experiencias memorables, por su alto nivel de hospitalidad, lujo y cercanía con la historia cultural de la zona.
El concepto y la idea detrás de los hoteles W, donde sea que se encuentren en el mundo, es una de lujo a través de experiencias, donde ambientes dinámicos y momentos de asombro y diversión hacen de nuestra estancia algo único y memorable.
W Punta de Mita, un cautivador hotel que transforma la estancia en una de las experiencias memorables por su alto nivel de hospitalidad y cercanía con la historia cultural de la zona, mezcla la belleza natural con lo extraordinario de la imaginación. Crea un ambiente moderno pero acogedor, donde los elementos nos abrazan con la misma calidez que el calor del clima que caracteriza a la región.
La riqueza de la vegetación de sus enormes jardines y la serenidad de su playa privada, crean una espectacular vista privilegiada, donde cada detalle es una invitación para fotografiar una escena de postal. En este escenario de paz y confort, las delicias gourmet están presentes en sus restaurantes, como la Chevicheria donde se convirtió a un Chevrolet de los años 50 en un original bar.
En este idílico lugar se mezclan la belleza natural con lo extraordinario de la imaginación, creando un ambiente moderno pero acogedor, donde los elementos nos abrazan con la misma calidez que el calor del clima que caracteriza a la región. Así se viven los tratamientos de su AWAY Spa, en el que nos rodean los sonidos de la selva mientras nos preparamos para consentirnos con un masaje energizante, y nos refrescamos con agua de clorofila y las bebidas de la barra de jugos. Las salas de tratamiento privadas se ubican sobre el extremo del estanque con vista a la selva, y cada una de sus camillas para tratamientos están ubicadas sobre recortes de vidrio en el piso que permiten ver los peces del estanque.
El hotel es un conjunto en armonía con la naturaleza, las raíces culturales y la modernidad, que conspiran para crear el escenario ideal para una visita inolvidable.
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