Vivir en pleno siglo XXI, no representa garantía alguna en prácticamente ningún lugar de este Planeta y mucho menos, si con ello creemos, estar exentos de actos contrarios a los principios que postula la Declaración Universal de Derechos Humanos, misma que fue promulgada después de la Segunda Guerra Mundial, como respuesta a las atrocidades cometidas durante el Holocausto, por parte del “nacional socialismo” encabezado por Hitler, a vista y paciencia de muchos gobiernos de aquella época.
Porque ya para ese momento, dentro de la conformación histórico-social de Alemania, se había dado una coyuntura política y económica, la cual generó que esta Nación, perdiera su rumbo en todos los sentidos que abarca el termino, al negarle la condición de Seres Humanos, primeramente a los Judíos y luego a quienes se opusieran a su régimen de exterminio y muerte, incluyendo en esa lista a los sindicalistas, comunistas, sacerdotes católicos y pastores protestantes, junto a los discapacitados, homosexuales y gitanos que estuvieran en su contra, además de un estimable número de 17 millones de rusos.
El Holocausto, casi acaba con gran parte de la Humanidad que habitaba la antigua Europa y que por lo visto, ahora también se enfrenta a una nueva oleada de violaciones a la integridad de quienes no pueden, profesar abiertamente ningún tipo de creencias, más allá de las que alientan aquellos mercenarios de la fe, mismos que están sembrando la discordia alrededor del Mundo.
Nos compete a todos como Sociedad Mundial, el hecho de no permitir que estas atrocidades vuelvan a repetirse, ya que más allá de alzar la voz, debemos en conjunto reaccionar ante una nueva Catástrofe, la cual está azotando a la Humanidad hoy en día.
Sumado a lo anterior, ningún gobierno ha querido plantear una solución real, más allá de mirar hacia otro lado, obviando lo obvio y que en todo caso es la mercantilización de la fe, como nueva forma de lucrar en este siglo XXI, donde un pensamiento único busca otra vez imponerse, sobre las creencias de los otros quienes también, han defendido su historia y tradiciones por siglos pese a todo.
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
En memoria de todas las víctimas de Sri Lanka.
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