Queridos amigos,
La difícil decisión de intercambiar la vida de Gilad Shalit, por 1,027 palestinos -entre ellos criminales terroristas deseosos de morir como mártires- probó ser una victoria moral para el pueblo de Israel. Da fe del valor judío de la vida, sobre la muerte. Del respeto a la vida de un ser humano, cada individuo, por sobre de cualquier causa. No fue Israel quien tasó la vida judía, sino los propios palestinos: mil por uno.
Acceder a un insólito intercambio de esa naturaleza para permitir que Shalit, cinco años secuestrado por Hamas, vuelva a recibir el abrazo de sus padres, motivó enconadas polémicas en Israel. Hay temores, hay miedo, hay rabia, pero también un enorme sentido de orgullo de pertenecer a una ejemplar nación que vela por su gente, que cuida a sus soldados, que tiene ejército porque lo necesita para sobrevivir: vive amenazado desde el primer día por sus vecinos, pero que a cada uno de sus jóvenes los incita a amar, disfrutar, progresar, hacer una familia y soñar con un futuro. Israel no quiere mártires: vela y atiende el bienestar de cada uno de sus soldados. Shalit no ganó su libertad por ser hijo de un gran general ni por tener influencias políticas o poder económico, simplemente fue rescatado por ser un hijo más de Israel.
La liberación de Shalit conmueve. Estremece la unión y las expresiones de júbilo de israelíes y judíos alrededor del mundo. Somos una nación que apela al desarrollo, al crecimiento, a la paz. Actos como este, dan fe que Israel y el pueblo judío destacan por sus valores, por su ejemplar defensa de la vida individual.
Haagudá Lemaan Hajayal México nos sumamos a la bienvenida de Gilad Shalit a casa.
Por este medio recibiremos tus cartas, mensajes o palabras de aliento para hacérselos llegar, para mostrar que somos solidarios con él y con todos los jayalim. Gilad debe saber que desde un sitio tan remoto como México lamentamos su cautiverio, hicimos votos por su retorno, padecimos la controvertida decisión de su liberación y festejamos su retorno a casa.
Enviaremos tus mensajes por medio de nuestras oficinas de AWIS en Israel.
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