El objetivo del presente artículo es compartir de manera breve, con uds, queridos lectores la experiencia vivida en la misión de ayuda humanitaria a la que tuve oportunidad de asistir, en coordinación con el grupo CADENA (Comité de ayuda en desastres y emergencias naturales) al que pertenezco orgullosamente ya desde hace algunos años y con los que he podido participar en varias misiones, y el grupo Isra-Aid, grupo paralelo a Cadena en Israel.
En ésta ocasión, la misión tomó plaza en un lugar mucho más lejano a lo acostumbrado. Vanuatú, ubicado en Oceanía en el Pacífico Sur es un archipiélago de origen volcánico, localizado a unos 1750 km al este de Australia, 500 km al noreste de Nueva Caledonia, al oeste de las Islas Fiji y al sur de las Islas Salomón, cerca de Nueva Guinea. Su nombre colonial era Nuevas Hébridas.
El 6 de marzo de 2015, Vanuatu; entre otras ubicaciones, es golpeado con fuerza por el ciclón tropical Pam (Huracán cat 5 según la escala Saffir-Simpson), con vientos de hasta 270 kph y acompañado de lluvias torrenciales, destrozando viviendas precarias, interrumpiendo los servicios públicos e inundando localidades que ya padecían malos sistemas de drenaje y saneamiento, país considerado como uno de los de menor desarrollo del mundo.
“Pam” es considerado como el peor desastre natural en la historia del país. Un total de entre 15 y 16 personas perdieron directa o indirectamente la vida y otras más resultaron lesionadas. El ciclón afectó la mayoría de la estructura de Vanuatu. Se estima que más del 94 % de la infraestructura fue dañada, las telecomunicaciones paralizadas y el agua potable escaseada por el sistema.
En éste apartado en particular, tomó lugar la ayuda que Cadena envió a través nuestra, en la que junto al doctor que me acompañó, logramos, entre lluvias, mediante vuelos en pequeños aviones cesna y pistas improvisadas, cruzando olas de 8 metros de altura y más en pequeñas embarcaciones, o en vehículos realmente antiguos sobre caminos de tierra y fango, que tuvimos que empujar en varias ocasiones, repartir los 200 filtros de agua de tecnología de punta que llevábamos, e instalarlos en los tanques comunitarios de las poblaciones, escuelas, iglesias, centros de salud o plazas de las aldeas más importantes de la localidad, resolviendo de manera inmediata el problema de desabasto del preciado líquido que tenían, y que debido a la contaminación del mismo, originada por el paso del huracán era inminente resolver, ya que aún hirviendo el agua, no alcanzaba los grados mínimos de potabilidad.
En éste momento quiero dirigir éste trazado a la reflexión que generó en mi persona y por la cual decidí escribirlo y deseo compartirlo con ustedes.
La gente de Vanuatú según estadísticas oficiales, está considerada entre la gente más feliz sobre éste planeta, y esto lo pude comprobar, a pesar de la desgracia y la desolación que atravesaban, con el 94% de sus casas y construcciones arrasadas por el huracán, con escasez importante de agua y la mayoría de sus árboles arrancados de raíz, ésta gente conservaba una sonrisa en sus rostros, se les veía optimistas, iniciando la reconstrucción de sus espacios, felices de vernos en sus tierras, mostrándonos orgullosos la belleza de las mismas a pesar de la desgracia, jugando, bromeando y con un espíritu de esperanza y unión admirable, cantando en las noches en familia y apoyándose unos a otros. Nada más que gente positiva, gente agradecida con lo que tiene y con lo que le tocó vivir. Gente que sabe ser feliz con lo mínimo, que aprecia, valora y comparte, gente que respeta la naturaleza de su entorno y la aprovecha.
Ejemplo de esto, la forma en que sabiamente han aprendido a usar en su gastronomía los recursos con los que cuentan, por ejemplo los variados platillos que hacen con la raíz de Cassava, con el Manioc y la Cava y que nos ofrecieron con gusto y orgullo.
“Ser y tener”…Esta gente verdaderamente “Es” a pesar de lo poco que “tiene”, al principio pensé que esto podía confundirse con conformismo o mediocridad, pero a medida de que los fui conociendo, me percaté de que son gente realmente agradecida, gente sin ningún tipo de malicia, y que con sus escasos 34 años de existencia como nación independiente (notemos que se independizan de Francia e Inglaterra en 1980)son una sociedad organizada, respetuosa, empática, pero sobre todo feliz.
Nos alojaron en sus casas (bastante precarias) con gusto y emoción, ofreciéndonos sus propias recámaras para dormir sobre los tapetes (un tipo de petates) que ellos mismos tejen con materiales naturales.
Bañarme en el único baño (bastante separado de la casa) construido con ramas de bambú, cortezas de árboles como muros y techumbre, con un plástico translúcido como cortina, acarreando agua con una cubeta desde un tambo de agua recolectada de las lluvias, y con un pocillo perforado en su parte baja a manera de regadera, fue toda una experiencia, el agua fría sobre mi cuerpo me hizo estremecer y no por la temperatura, sino por pensar lo que nosotros SI tenemos y POCO valoramos, sobre lo afortunados que somos, y lo MUCHO que a veces nos quejamos, sobre las comodidades con las que contamos y que creemos merecer, además de verlas como algo cotidiano. Pero de nuevo me pregunto, nosotros, con nuestras grandes casas, con nuestros automóviles y avances tecnológicos, con nuestro sofisticado modo de vida, “SOMOS” ¿ o sólo “TENEMOS”.
¿En qué radica la FELICIDAD que han logrado a pesar de sus carencias?, ¿cómo logran mantenerse optimistas en medio de una situación como la que vivieron?, que hemos perdido en el camino que a pesar de la abundancia y los múltiples bienes que tenemos, en ocasiones nos sentimos abrumados y no sabemos ser felices?
Creo que estas interrogantes pueden ser respondidas con una misma palabra…ACTITUD, la actitud que han decidido adoptar ante tal situación, la ACTITUD que han decidido adoptar ante la vida misma y sus problemas, porque también los tienen. Una ACTITUD positiva vence obstáculos, mueve montañas y supera cualquier adversidad. La ACTITUD proactiva de ésta gente los mantiene ocupados en su recuperación, los mantiene tranquilos y felices sabiendo que van en camino al mejoramiento y les permite valorar su entorno a pesar de las dificultades y las carencias. Bien conocido es el ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío, el enfoque y perspectiva que deseemos aplicar, será el que determine como vemos éste vaso, como vemos nuestras vidas, nuestros logros pasados y lo que nos depara el futuro.
Depende de nosotros disfrutar o sufrir, ver lo que tenemos y no lo que nos falta, lo que aún podemos lograr con nuestro esfuerzo y no lo que perdimos.
Es nuestra responsabilidad entender éstas diferencias, es nuestra responsabilidad ser felices.
Salomón Dajab Camhi
Voluntario Cadena
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