Purim: ¿El milagro de la salvación?

PURIM: ¿EL MILAGRO DE LA SALVACIÓN?

La historia de Purim, tal como llega a nosotros, asocia a esta festividad con la idea de exterminio físico del pueblo judío y el milagro de la salvación. Sin embargo, profundizando sobre el relato original, en la fuente misma de la historia, el libro de Ester – Libro del Tanaj – podríamos decir que algunas imprecisiones originadas por el tiempo, y tal vez también por la tradición, modifican significativamente su interpretación.

Las fuentes que representan en cierta forma el pensamiento tradicional nos llevan a la idea de  “Esta festividad nos enseña a tener siempre fe en Dios, el guardián de Israel”. Este concepto, después de haber pasado nuestro pueblo por la Segunda Guerra Mundial, interpretándola solamente como el milagro de la salvación, tal vez, pierda su sentido.

Tras un repaso del relato original cabe destacar algunos puntos significativos:

– Ester no era sobrina de Mordejai, sino prima (Ester 2:7).

– El discurso que pronunció Aman frente al Rey (Ester 3:8) podría ser considerado como una pieza de antisemitismo de colección. Su contenido y estructura no difieren de la doctrina nazi e incluso de argumentos que pueden encontrarse en revistas nacionalistas en la Argentina, a pesar de que fue pronunciado hace más de 2500 años. Ester 3:8 –  Y dijo Amán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir.

– De acuerdo con nuestra historia, Ester intercedió frente al Rey para lograr la abolición del decreto de exterminio de los judíos salvando así a su pueblo. De acuerdo a ley Persa, los decretos reales eran irrevocables hasta por el propio Rey (Ester 8:8) En realidad, lo que Ester logró del Rey fue que se enviará otro edicto por el cual se facultaba a los judíos a defender sus vidas (Ester 8:11). Cuando conocieron los judíos este nuevo edicto, recobraron su ánimo y se prepararon para la defensa salvando sus vidas luchando y dando muerte a sus agresores.

– De acuerdo a la meguilá, el 14 del mes de Adar los judíos dan muerte a los 10 hijos de Aman (Ester 9: 7-8-9-10) Sin embargo, este mismo día Ester solicita al Rey que se autorice a su pueblo a ejecutar a los 10 hijos de Amán (Ester 10:13). El Rey accedió a su solicitud colgándolos nuevamente el 15 de Adar, lo cual aparentemente aparece como una contradicción en el texto bíblico, posibilidad, inaceptable desde la concepción tradicional de la Biblia.

PURIM: EL MILAGRO DE LA SALVACIÓN

Los judíos, al tomar conocimiento del edicto del Rey que ordenaba su muerte, “tenían gran luto, ayuno, lloro y lamentación” (Ester 4:3). Solo “tuvieron luz y alegría, gozo y honra al conocer el nuevo edicto del rey que los facultaba a defenderse” (Ester 4: 15-16).

Cabe entonces preguntarse ¿qué hubiese ocurrido con los judíos si Ajashverosh no hubiera rubricado el segundo decreto? ¿Hubiesen permitido que los maten? ¿Depositando su confianza en la salvación divina, el milagro de la salvación, hubiesen conservado sus vidas?

Curiosamente el  libro de Ester es el único del Tanaj  que no parece ni una vez mención alguna a Dios.

Nuestra historia de persecuciones nos ha enseñado que no podemos esperar milagros para salvar nuestras vidas. Quizás la razón por la que no aparece Dios en este relato resida en que este libro nos invita a pensar en la resistencia y la autodefensa.

“Ayúdate y Dios te ayudará”, la iniciativa debe surgir del hombre. Sobre esto nos invita a pensar un Mordejai, no el de Purim, sino el de Varsovia, Mordejai Anilevich.

Esta meguilá fue compuesta durante la época del Segundo Templo, cuando los judíos vivían en su propio país como súbditos de una nación extranjera, y la intención que animó a su autor fue sin duda la de proponer a sus compatriotas el espíritu de lucha contra los extranjeros. Con el ejemplo de este venturoso episodio en su pasado inmediato, pretendía infundir en sus contemporáneos la confianza en sus propias fuerzas y la fe en su próxima liberación.

“Ayúdate y Dios te Ayudará”, la iniciativa es del hombre; una lección de plena vigencia en nuestros días, cuando aún existen los Amán dispuestos asesinarnos, y las Ester, dispuestas a poner en peligro sus propias vidas por defender a su pueblo.