La comunidad judía de la ciudad portuguesa de Lisboa exigió a las autoridades una protección extra luego de la profanación realizada sobre un monumento a los judíos asesinados en una masacre en Portugal en 1506 en el que escribieron la palabra “Ébola”. Y también pidieron rápida acción policial para dar con el paradero de los vándalos que cometieron este “crimen de odio”.
Además de un aumento en el número de patrullas, los líderes comunitarios pidieron la colocación de cámaras de seguridad en el monumento, considerado una de las presencias judíos más prominentes del país.
La masacre de 1506 constituyó el final de la vida judía en Portugal durante cientos de años, hasta que se abrieron en Lisboa hace dos años, una nueva sinagoga y el centro de la comunidad judía.
El centro fue construido a instancias de la organización Shavei Israel para llegar a los varios miles de judíos que viven en Portugal, así como a los cientos de miles que tienen tradiciones de raíces judías en sus familias.
Los judíos de Portugal fueron expulsados en 1492, durante la Inquisición pero al igual que en España, muchos de ellos debieron manifestarse como cristiano frente al ojo público, mientras que mantenían sus costumbres judíos en privados en el interior de sus familias y hogares.
Estas personas eran conocidas como “conversos” y resultaban la pesadilla de la Iglesia, que pretendía acabar con ellas que actuaba mediante espías para rastrear judíos y ejecutarlos por funcionarios eclesiásticos.
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