Arabia Saudita negó un reporte previo que indicaba que permite trabaja a judíos dentro del reino.
El Ministerio de Trabajo saudita emitió un comunicado oficial desmintiendo un reporte del diario saudita al Watan que indicaba que judíos no israelíes podrían por primera vez recibir visas de trabajo.
El reporte surgió luego que el Ministerio de Trabajo permitiera a los trabajadores extranjeros que solicitan una visa de trabajo seleccionar la categoría de “judaísmo” como su religión; sin embargo el comunicado oficial indica que eso no significa que se permita a los judíos trabajar dentro del país del Golfo.
“Judaísmo”, junto con “Comunismo” y “sin religión” figura entre los diez cultos del sitio web del Ministerio de Trabajo.
En un informe inicial aparecido en el rotativo al Watan se señalaba que los trabajadores extranjeros sin religión no podrían acceder a una visa de trabajo.
“Nosotros prohibimos la entrada [a Arabia Saudita] solamente de aquellos que tienen ciudadanía israelí. Estamos abiertos a la mayoría de las nacionalidades y religiones”, expresó una fuente anónima del Ministerio de Trabajo, en un reporte traducido por MEMRI, el Instituto de Investigación de Oriente Medio.
“Por ejemplo, si un trabajador es un ciudadano del Yemen, pero practica el judaísmo, la Embajada [saudita en Yemen] no le objetará una visa de trabajo para el reino”, añadió la fuente, tratando de demostrar la apertura saudita a todas las religiones.
Arabia Saudita, que tiene una de las políticas de ingreso más restrictivas del mundo, no otorga visa a los israelíes o a quienes tengan estampado una visa israelí en su pasaporte. Aunque Riad dice que no discrimina a los turistas en base a su afiliación religiosa; algunos viajeros han tenido dificultades para obtener visas tras ser identificados como judíos.
En los años setenta, los visitantes debían firmar una declaración jurada afirmando que no eran judíos.
Arabia Saudita tiene una población de 31 millones de habitantes, en la que viven más de nueve millones de trabajadores extranjeros. Los trabajadores extranjeros provienen de Occidente, Oriente Medio y el Sudeste Asiático, y registran una variedad de historiales religiosos y profesionales, que van desde médicos e ingenieros hasta jornaleros y sirvientas.
Arabia Saudita es el único país del Golfo que aún prohíbe el establecimiento de templos de otras religiones que no sean el islam.
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