Con 30 votos a favor de los 58 posibles que componen el Consejo Ejecutivo, Audrey Azoulay obtuvo el derecho para asumir la dirección de ese organismo de la ONU que se encarga de proteger el patrimonio natural y cultural del mundo. De esta forma sustituye a la búlgara Irina Bokova quien ha ocupado el cargo por los últimos ocho años.
La funcionaria de 45 años nació y creció en París en el seno de una familia de inmigrantes marroquíes. Para muchos que apoyaron su candidatura, Azoulay encarna los vínculos fuertes que unen las dos riberas del Mediterráneo.
Obtuvo su título de pregrado en administración de la Universidad París – Dauphine en 1994, posteriormente obtuvo una maestría en administración de negocios de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido. Después de eso, integró la institución francesa de estudios políticos Sciences-Po Paris y la prestigiosa Escuela Nacional de Administración de donde salen muchos de los altos funcionarios de la administración del país.
Desde el inicio de su carrera, la nueva directora general de la Unesco ha trabajado en el sector de la cultura, en particular en el mundo audiovisual. Fue encargada del Centro Nacional del Cinema francés durante 9 años. Azoulay reconoció que ese periodo fue fundador para ella y la ha ayuda a formar su visión de la cultura al nivel mundial.
Azoulay se desempeñó como Ministra de Cultura en el gobierno del expresidente François Hollande desde febrero de 2016 hasta mayo de 2017, fecha en la que renunció a su cargo para dedicarse completamente a su candidatura para asumir la dirección de la Unesco que se encarga de proteger el patrimonio natural y cultural del mundo.
Su candidatura fue polémica puesto que tradicionalmente el país de la sede de la organización no puede proponer candidatos. Pero Azoulay ha logrado a imponerse a pesar de los comentarios antisemitas que puede haber sido pronunciado contra ella.
Durante su campaña, Audrey Azoulay insistió sobre la necesidad de renovar la organización y de volver a dar a la Unesco su misión universal declarando: “Tengo una gran determinación para mi misión con la Unesco porque esa lleva valores universales y humanistas”.
La “UNESCO”, desafortunadamente atrapada hasta ahora en las garras de los activistas del comunismo internacional, terminó convertida para desgracia de la cultura y del patrimonio mundial en “UN_ ASCO”. Confiemos en que la nueva directora mundial logre rescatar del desprestigio y de la pérdida total de confianza a esa institución internacional, lo que será un reto casi imposible de cumplir. Esperemos que, por otro lado, la señora Audrey Auzolay, no sea otro de esos personajes de origen judío que a veces son peores enemigos del judaismo y de Israel, que los mismísimos comunistas o que los islámicos radicales.