Jeremy Gordin, uno de los periodista más reconocidos de Sudáfrica, murió asesinado en su hogar cuando ladrones ingresaron a robar a la noche. Gordin, de 70 años, había denunciado los niveles de delincuencia en Johannesburgo, una de las ciudades más violentas del mundo.
La policía local caratuló el hecho como “un robo que salió mal”, pero no describió la causa exacta de la muerte. Siete personas fueron arrestadas en Johannesburgo dos semanas después; uno manejaba un auto que había sido robado de la casa de Gordin.
Nacido en Pretoria, Gordin provenía de una familia judía con ascendencia letona y lituana. Estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Entre sus trabajos más destacados, publicó un libro en 1998 basado en sus conversaciones con el líder del escuadrón de la muerte del gobierno del apartheid, Eugen de Kock y una biografía del expresidente de Sudáfrica, Jacob Zuma.
Sin ser practicante, la identidad judía de Gordin aparecía en sus artículos de manera asidua. Su columna final, publicada el día antes de su muerte, explicaba y criticaba la reforma judicial propuesta por el gobierno israelí.