En el 2007 había dicho que los judíos habían convertido la ciudad bielorrusa de Bobruisk en una “pocilga”.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, criticó a Semyon Shapiro, el gobernador de Minsk, que es judío, por no tomar “a todos los judíos del país bajo control”, como él se lo había ordenado. Sus comentarios se hicieron durante un discurso que dio a la población general la semana pasada.
Según la radio Free Europe, “judíos” es en realidad una referencia a un solo hombre, Yury Ziser, propietario del proveedor de servicios de Internet más grande de Bielorrusia, incluyendo el sitio web tut.by.
Presumiblemente, Lukashenko intenta de ese modo evitar que reclamos democráticos o críticas al gobierno se multipliquen por las redes de Internet, pues está en el poder de este estado de la ex Unión Soviética desde 1994, reteniendo el cargo en forma autoritaria.
Lukashenko también elogió a los judíos por resistirse a la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, pero lo hizo del siguiente modo: “A los judíos no les gusta ensuciarse las manos o luchar, pero se ensuciaron sus manos junto con nosotros”. En el 2007 había dicho que los judíos habían convertido la ciudad bielorrusa de Bobruisk en una “pocilga”.
El presidente de la Federación Judía de Bielorrusia, Borys Herzen, minimizó la importancia de los comentarios del presidente y dijo que Lukashenko “es una persona emocional y muchas veces no se expresa con mucha elegancia… En realidad no vemos aquí en Bielorrusia signos de antisemitismo”.
De acuerdo al censo del 2009, en Bielorrusia viven cerca de 13.300 judíos, un porcentaje muy pequeño, teniendo en cuenta que habitan el país nueve millones y medio de personas. EACh
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