El expreso / El local que abrió en diciembre pasado en la esquina noreste de las avenidas Víctor Emilio Estrada y Miguel Aspiazu Carbo, en Urdesa, implicó en su momento todo un flirteo con la aventura. En Guayaquil no hay más de 30 familias judías y el restaurante, aunque abierto al público en general, está vinculado de manera directa con este segmento poblacional: ofrece alimentos bajo los preceptos del ‘cashrut’, las leyes dietéticas que rigen en todo el mundo para esta comunidad religiosa. Pero alguien tenía que abrir un local así.
Con tantos restaurantes de comida rápida en la ciudad, ninguno de ellos estaba apto para atender la demanda de alguien como el israelita Ofir Belaishe, quien reside en la ciudad desde hace cuatro años. Dueño de un negocio dedicado a la importación de productos de belleza, siempre se sintió atraído por la línea de los restaurantes. Mientras residió en Estados Unidos abrió un local, pero no le resultó. “Acá en Guayaquil los judíos no tenemos dónde comer”, comenta Belaishe, quien para suplir esa necesidad de los miembros de su comunidad realizaba cada cierto tiempo noches de shawarma. “Entonces se me presentó la oportunidad de conversar con Johnny Czarninski, quien es líder de la comunidad judía en Guayaquil. Le gustó la idea de un local así”.
Esto facilitó que se concretase el proyecto Kósher Pita Grill, un restaurante que está abierto para todo el público, pero que se rige con la norma de manejo de alimentos denominada kósher, que determina los tipos de animales que se pueden comer, así como el tratamiento de la higiene, sobre todo de los vegetales. También mantienen un horario de servicio relacionado con el judaísmo. Los viernes atienden de 11:00 a 15:00, mientras que los sábados abren a las 20:00 y cierran a las 03:00 del día siguiente.
“El restaurante no solo es para los judíos. En Estados Unidos la certificación de calidad kósher está superando a la que se genera con el sello orgánico. Por la higiene con la que manipulamos y tratamos los alimentos”, detalla Shahar Matza, quien administra el local. “Parte de la materia prima, como el pan falafel, pita, baguette, la preparamos aquí; mientras que las carnes con el sello kósher las conseguimos en la cadena de Mi Comisariato”. Hay personas que llegan hasta esta esquina pensando que es un nuevo restaurante de comida rápida como los que funcionan en cualquier calle principal de la ciudad, pero pronto se dan cuenta de que no es así.
En ningún otro establecimiento es posible encontrar haciendo fila de vez en cuando a familias cuyos hombres visten sus típicos trajes de tonos oscuros y sombreros de ala ancha o kipá, mientras que las mujeres van con sus cabellos cubiertos con pañuelos grandes y vestidos largos.
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