Los espacios urbanos son el proscenio en el Teatro del Mundo y la política de la Memoria. Su abuso o aprovechamiento, sujetos a comparación o contraste, marcan el desarrollo de las sensibilidades sociales y compromisos al recuerdo y la justicia de cara a la Historia.
La semana pasada se cumplieron tres años del atentado en el Casino Royale, un jueves 25 de agosto de 2011 en Monterrey, Nuevo León. Grupos del crimen organizado ingresaron al establecimiento comercial ubicado en Avenida San Jerónimo 205, esquina Jesús María González. Rociaron gasolina, prendieron fuego en el recinto y accionaron sus ametralladoras. Entre el pánico, la gente que se encontraba adentro vio imposibilitado el escape por el acceso principal y buscó vías alternas que estaban clausuradas. El resultado: 52 muertes y la ignominia estatal (empezando por el gobierno del priísta Rodrigo Medina).
Luego se supo que el sucio negocio casinero embarraba a jueces corruptos, funcionarios del gobierno de Calderón y el entonces presidente municipal panista (hoy diputado federal) Fernando Larrazabal y a su hermano Jonás El Quesero, fulminados por videos como lo recuerda Roberto Zamarripa, al recapitular este caso junto al reciente balconeo de panistas de abolengo y teiboleras en Puerto Vallarta, por la misma vía de la filmación filtrada.
Cuando los dueños originales recuperaron la propiedad (en uno de los últimos actos de Calderón, antes de dejar la presidencia) mandaron trabajadores para que recogieran las cruces y ofrendas colocadas por familiares de víctimas y representantes de organizaciones no gubernamentales, y las tiraran a la basura. Fue sólo por intervención directa de los ciudadanos y parientes, que ese material pudo ser recuperado.
La CEDH emplazó al gobierno del estado y el municipal, para que juntos colocaran una instalación cerca del casino. Se sometieron algunos proyectos que dieron la pauta de lo que acaecería más tarde: hace dos semanas, para ser exactos.
Lo inauguraron a contrarreloj, el veinticinco de agosto pasado: casi a escondidas, extraoficialmente y sin que se presentara funcionario alguno.
El resultado encarna en una especie de horrendo Triunfo de la Muerte, el Cinismo y el Kitsch. Los cursis ‘pensamientos’ vertidos en tipografías igualitas a las de las placas en la el Complejo Escultórico ‘Tu Vida’ que son equiparables a esas fuentes de sabiduría, contenidas en las tarjetas de felicitación que se venden en Sanborns, o Hallmark en los Estados Unidos y que circulan en Internet, expresan lo siguiente:
“Que el correr de esta agua mantenga vivo el recuerdo de nuestros seres queridos y dé fuerza a nuestros corazones para vivir con su ausencia”.
“Que el correr de esta agua quite la violencia de nuestra sociedad y enjuague las lágrimas de quienes sufren por ella”.
Los mosaiquitos azules que cubren este adefesio, no estarían fuera de lugar en un baño o WC cualquiera. Los chorretes de agua son expulsados por mangueritas de PVC. Dos placas de acrílico mal instaladas, y coronadas por un corazón estilizado que más bien parece logotipo de expendio de pretzels.
A dos semanas de suinstalación, ya no bombea agua la fuente ‘Tu Vida’, estratégicamenteubicada en el camellón entre dos arroyos vehiculares.
El murete azul compite con letreros políticos y anuncios espectaculares en el camellón de la avenida donde se encuentra el casco del casino
La falta de sensibilidad y desprecio hacia el grupo más interesado en que se erigiera un objeto digno en Monterry también contrasta con el trabajo directo -junto con expertos y organismos de la sociedad civil- realizado por familiares de víctimas del operativo ‘News Divine’ de la policía capitalina que costó la vida de nueve jóvenes y tres elementos de seguridad el 20 de junio de 2008. En la Ciudad de México sí se está construyendo un Memorial en la antigua discoteca, que cumple a cabalidad con todos los requisitos y estándares internacionales, y que deberá ser inaugurado a fines de año (el tema de la Justicia sigue pendiente, pues como se sabe varios cuadros directamente involucrados, como Joel Ortega Cuevas y el policía Luis Rosales Gamboa, siguen trabajando en la administración de Miguel Ángel Mancera, pero esa es harina de otro costal).
Asimismo, el descuido e ignorancia en Monterrey marcan un aberrante desmarque en el entorno internacional si volteamos, por ejemplo, hacia la capital del estado de Oklahoma. El antiguo edificio federal Alfred P. Murrahes, desde el año 2000, el Memorial y Museo Nacional de Oklahoma City administrado por el sistema o Servicio de Parques Nacionales en ese país. Ahí murieron, en un atentado con bomba perpetrado por Timothy McVeigh, el miércoles 19 de abril de 1995, 168 personas, entre ellas, diecinueve niños, todos menores a los seis años de edad, muchos de los cuales se encontraban en una estancia infantil que cumplía ese propósito dentro del inmueble gubernamental. La instalación fue formalmente inaugurada por Bill Clinton, exactamente un lustro después del ataque terrorista.
Destaca un amplio estanque inspirado en el de la Ciudad de Washington, y dos estructuras que lo enmarcan con la hora en que transcurrió la tragedia: de las 9:01 a las 9:03 de la mañana, ese día. Entre los cimientos, escalones y paredes en donde antes se hallaba el edificio se yergue el recuerdo vivo de los que no debieron morir. Sillas escultóricas con ciento sesenta y ocho nombres, que se iluminan al caer la tarde. Un olmo frondoso y hermosísimo que sobrevivió al ataque, tal y como ocurrió con el Árbol Sobreviviente de las Torres Gemelas en Nueva York al que se le asigna la misma importancia que al de Oklahoma.
Año 2000. El discurso de Bill Clinton durante la inauguración del Memorial Nacional en Oklahoma City, Oklahoma.
No se trata de copiar acríticamente lo que hacen otros países, pero sí de acercarse a estos ensayos para incorporarlos a los eventos que han marcado nuestra historia. Ni siquiera es un tema que depende de grandes presupuestos o proyectos descomunales.
De nueva cuenta: el remedo de ‘Memorial’ es, en toda la extensión de la palabra, un insulto a las víctimas y sus familiares promovido por el gobierno estatal neoleonés y el ayuntamiento de Monterrey se encuentra a metros de distancia del casino, local devuelto a sus propietarios originales –aunque usted no lo crea- por Felipe Calderón en uno de sus últimos actos como presidente. Podría incluso ser reabierto como casa de juego (¿por qué no, si estamos en México?). El murete compite con el tráfico de la avenida, y otros letreros o anuncios espectaculares que le hacen sombra.
La obrucha apenas es digna de decorar mingitorios, o fachadas de moteles. Es la antítesis de los que debería ser el rescate de la memoria. Una invitación al olvido desde la irrelevancia y el quehacer burocrático, con su improvisado ‘diseño’ y las vacuas obviedades contenidas en sus dos acrílicos: anverso y reverso de la trivialización y barbarie. Un ofensivo ‘conjunto’, al que las familias directamente afectadas rechazan con justificada razón.
¿Nos conformaremos con este ínfimo monolito, murete hecho a las carreras, que esconde el sentido de la tragedia? ¿Sin cincuenta y dos nombres ni apellidos (de cualquier manera no cabrían, la superficie disponible es muy pequeña): medida exacta de las preocupaciones y prioridades de funcionarios en una ciudad –y entidad, y país- empeñados en extirpar cualquier trazo de memoria individual o colectiva?
A continuación, tres citas relevantes:
‘A tres años del ataque, sólo unas cuantas familias han logrado cobrar la indemnización del seguro de responsabilidad civil del Casino.
La póliza del seguro de responsabilidad de la casa de apuestas es de cinco millones de pesos dividida entre 52 personas equivale a poco más de 90 mil pesos.
Muchas familias han desistido del proceso burocrático que conlleva un trámite de esta naturaleza’.
‘El cabildo destacó que la instalación del monumento fue acordada por autoridades estatales, municipales y los deudos, además de que cumple con el requisito de ser un sitio público cercano al lugar donde operó el centro de apuestas, como lo dictó la recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos’.
‘…a escasos 10 metros del memorial se encuentran tiradas las coronas florales enviadas por el gobierno estatal en recuerdo del trágico hecho el pasado 25 de agosto, y sin que ningún departamento de limpia acuda a recogerlas para evitar dar una mala imagen…’
Mejor hubiese sido no colocar nada. Se acendra la tradición oficial de asignarles para siempre el anonimato al confinarlos a la categoría de los Sin Nombre negando su identidad individual.
Memoria provisional del Casino Royale: una fuente sin agua, trascendencia o propósito, denominada ‘Tu Vida’.
¿De veras no pudieron esforzarse un poquito más, y guardar algo mejor las formas? ¿Fue demasiado quebradero de cabeza concebir ese esperpento, existiendo fuentes portátiles para terraza o de escritorio (‘pizarra de color negro de agua característica moderna fuente del jardín’), en alibaba.com o Mercado Libre?
Artículos Relacionados: