En los últimos días Israel a través de su Embajadora en Argentina, se ha manifestado en contra de la postura del Gobierno Argentino, de elevar al estatus de Embajada a su representación en la Autoridad Palestina con sede en Ramallah (Cisjordania).
La Embajadora hizo las declaraciones en el 121 aniversario de la AMIA, donde manifestó que este cambio de estatus no ayuda en absoluto a el estado de tensión actual, donde la ola terrorista iniciada por palestinos con ciudadanía israelí y/o palestinos de Cisjordania, ya han causado víctimas en un clima que deja entrever una posible tercer intifada.
Hay que destacar que últimamente se ha constituido en Argentina el Movimiento Musulmanes para la victoria, que es apoyado por el Gobierno y por contrapartida recibirán los votos en las próximas elecciones. En Argentina se calcula que en la Capital Federal y el primer cordón suburbano existen aproximadamente 400 mil musulmanes, y en todo el País se habla de un total de 3 millones de esta creencia religiosa.
La Autoridad Palestina no está reconocida mundialmente como Estado Soberano, y la actual Representación Diplomática está a cargo de Eduardo Lionel Demayo.
Pero lo más ridículo de esta situación es que mientras que el Embajador de Argentina en Israel, también lo es en Chipre; ¿no sería más lógico y normal que este atienda los temas en la zona de la Autoridad Palestina por la cercanía, y que Chipre tenga un Embajador permanente?
¿Cuántos Argentinos residen en la Autoridad Palestina?, seguro una cantidad insignificante
Esta es otra ridiculez más de la situación de las Embajadas Argentinas en el Extranjero, hoy en estado deplorable, por haberse designado a funcionarios de La Campora, no de carrera diplomática.
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