Estimado Diego:
Bienvenido.
Y también bienvenidos todos los jugadores y directivos del “Atleti”.
Independientemente del resultado de ayer, quiero expresarte el beneplácito de toda la afición por tenerlos aquí en su casa.
Los lazos con España son muy afectivos al igual que con tu natal Argentina.
Pero, bueno, basta de tanto protocolo y vayamos al tema de mi carta semanal:
Diego, en primer lugar, quiero felicitarte por el extraordinario trabajo que has hecho con tu equipo.
El “Atleti” no invirtió ni la mitad del dinero en contrataciones que el Barça o el Madrid invirtieron la temporada pasada.
Estuviste a dos minutos del la doble corona. Liga y Champions. A dos minutos…
Sin embargo, esta pasada temporada nadie te la quitará.
Ni a ti ni a los colchoneros se les olvidará.
Gran temporada y muchos pantalones.
—La firma de la casa—.
Desde jugador hasta entrenador.
Y te aclaro, que soy cien por ciento Madridista.
Pero sin duda reconozco y admiro tu temporada del año pasado.
Cambiando el tema:
A tu llegada a México declaraste que tenías interés de contar con el Chicharito en tu equipo.
Ojalá y haya sido cierto.
Y ojalá no nos hayas choreado por tratar de ser diplomático.
Como sabes, mi querido Diego, el Chicharito es un centro delantero nato.
Huele y olfatea el gol.
No es ni drogo ni alcohólico.
Es un muchacho cien por ciento limpio y cien por ciento dedicado a su familia y a su trabajo.
¿Pero cuál es su gran problema?
No tiene a un Diego Simeone que le enseñe y que lo impulse.
El Chicharito empezó muy bien con Ferguson en Manchester, y terminó muy mal con el último entrenador, corrido a patadas, por el ridículo que hizo.
Chicharito no ha tenido continuidad y creo que por eso no ha triunfado.
Si te lo llevas y lo pones a jugar de una forma regular, te aseguro que el “Atleti” duplicará su inversión.
Juégatela con él.
No es una apuesta arriesgada.
Es —más bien— una apuesta segura.
Piénsalo por favor y contrátalo ya.
Harás a millones de mexicanos muy felices.
Por último, quiero felicitarte también por tu honestidad del porqué rechazaste dirigir a tu selección.
El aceptar que aún no estás preparado, habla de tu ética y honestidad.
¡Mil felicidades!
Pd.¡Contrata al Chicharitooooo!
Cada vez que leo sus “cartas” me da risa y ganas de vomitar.