Ratas asquerosas.
La semana pasada La Razón publicó la noticia de que sus hijos estudian en escuelas privadas. No me espanté. Yo asumí que la decisión que ustedes habían tomado era porque como padres de familia conscientes no iban a permitir que sus hijos estudiasen en ninguna escuela pública de Oaxaca, ya que sus maestros estaban muy mal evaluados y que, por tal motivo, sus hijos no iban a ser rehenes de los pésimos docentes de la Sección 22 de la CNTE.
Supongo que también habrían pensado en los dizque profesores que jamás daban clases y que se la pasaban bloqueando carreteras y robando camiones del sector privado.
Y supongo que también tomaron en cuenta que esos maestros mal preparados, jamás iban a dar a sus hijos la educación de calidad que ellos merecen. Y supongo también que mediante un gran esfuerzo y sacrificando muchos de sus gastos familiares decidieron darles una mejor educación al pagar escuelas privadas. ¡Claro que sí! Sus hijos merecen lo mejor… Cueste lo que cueste… ¡Faltaba más!
Y es así como hoy están educando a sus hijos: Haciendo enormes sacrificios en la economía del hogar.
Por otra parte, supongo que, como padres de familia, deben estar muy contentos porque la marcha de ayer fue un rotundo fracaso. Parece que no llegaron ni quinientos maestros. Que medio completaron las ochocientas personas con las lacras del sindicato de electricistas.
En fin, estimados canguros: Lo que ayer pasó parece un aviso de que sus agremiados ya no les van a hacer mucho caso y que prefieren alinearse con el IEEPO para no perder sus privilegios. Parece que esta marcha pudiera ser el inicio de la crónica de una derrota anunciada.
Las declaraciones del nuevo secretario de Educación Pública han sido muy claras.
Se les acabó su fiesta y que esta vez… ¡el que la haga… la paga! Y parece que ustedes la hicieron y la están pagando.
Cada día se quedan con menos recursos. Cada día los maestros de verdad están más conscientes de que el Gobierno federal no está jugando y que va a cumplir con la ley.
Y si ustedes o sus agremiados dejan de presentarse a dar clases por tres días sin ninguna justificación… ¡hasta la vista, baby! ¡Se van! Y esto es apenas el inicio.
Cada día se quedarán con menos dinero para operar. Cada día les va a costar más trabajo subsistir. Y cada día ustedes sufrirán para pagar a sus hijos la escuela particular.
Así es la vida… ¡Y así será! Y, por favor, ratas asquerosas: ¡ya dejen en paz su discurso de “no a la Reforma Educativa”! Ya dejen de usar en sus mantas la imagen del Che Guevara. Ese señor perteneció al siglo pasado. Y una última recomendación: Ya dejen de amenazar a la sociedad, ya dejen de presumir de una fuerza que no tienen.
Mejor cállense la boca, renuncien y búsquense otra chamba, porque ustedes ni sirvieron como maestros ni sirvieron como líderes sindicales y sobre todas las cosas… ¡no sirven para nada!
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