Me entero del fallecimiento de mi amiga Débora unos días después de acaecido y pienso, pienso ¡qué bonita era! La recuerdo siempre con la sonrisa a flor de labio; la sonrisa del optimista que ve la luz al final del túnel cuando para otros sólo hay oscuridad.
Cuando los amigos se van y la distancia impide tomar la mano de los que quedan para comunicar con un apretón nuestro pesar, viene a la memoria -como si fuera sólo ayer- la dulce etapa adolescente que compartimos. Con Débora y el resto de la generación que inauguró el nuevo plan de estudios del ’64 con el tercer año de prepa añadido, convivimos un cachito de la vida que empezábamos a saborear como jóvenes preparatorianos en la vieja Escuela Yavne de la Colonia Escandón.
Fueron años cuando se formaron alianzas entrañables y quedó grabado para siempre el significado de compañerismo ¿Cómo olvidar que apenas éramos 5 o 6, ¿o seríamos 7? jovencitas en un salón de clases donde las hormonas bullían y se ventilaban chistes y palabras de doble sentido en la clase de anatomía o en la de química del maestro Higuera. Parecería que pasamos de noche pero muertos de risa las clases de física que daba nuestro octogenario profesor, y ni se diga, también las de cálculo con Israelito. Sólo con la magnífica Clarita Bendesky escuchábamos sin chistar otro episodio de la historia de la Independencia. ¡Qué tiempos aquéllos querida amiga que sólo ahora con tu despedida emergen del olvido donde se encontraban.
El círculo de la vida es una serie de celebraciones: nacimientos, Bnei Mitzvot, bodas – y también divorcios- y las despedidas que lo cierran con broche de oro. Y aunque los que tomamos rumbos distintos más allá de la geografía mexicana nos hemos perdido de muchas, aquí estamos, pensando en los que se han ido, agradecidos por los buenos tiempos compartidos.
Esta vida solo es un ensayo, y todos pasaremos a mejor vida.
Gracias por compartir tus recuerdos haciendo revivir los mios… soy exalumna de la Yavne generacion 1972.
Yo tampoco me pude despedir de Debora personalmente pero tube el placer de verla como un mes antes de que se fuera de nosotros y recordar el largo viaje por esta vida que pasamos que su viaje a la luz sea corto era una gran amiga y persona descance en paz
Goldy (Zahava) Hoffman
Han pasado muchos, muchos anos desde mi salida de Mexico a Estados Unidos, pero las veces que iba a Mexico, siempre me reunia con mis amigas de la Escuela Yavne, donde estudie hasta la secundaria. Recuerdo los desayunos, donde Deborah, Raquel y Yolanda haciendo tiempo de sus muchas ocupaciones, para poder visitar conmigo y saber noticias de las unas y otras. Despues deje de ir a Mexico, pero siempre trate de mantener algo de contacto con mis amigas de la Yavne. Hubo tiempos en que me excribia con algunas y me mandaban correos electronicos. Las primeras amistades de nuestra juventud, nunca se olvidan, buenos y tristes momentos quedan impregnados en mi mente y de pronto me doy cuenta que a pesar de los anos,l no fue justo que Deborah batallara por tantos anos y al final perdiera su guerra personal. La muerte de Deborah dejo muchos recuerdos, pero dejo una memoria carinosa en la vida de amistades, de su marido Samuel, y sobre todo de sus 3 hijos y nietos. Este donde este, ella velara por los suyos, con la misma fuerza con la que perdio su batalla. Que descanse en paz . Fanny Finkler Stavorowski