La discusión es vieja, tiene más de un siglo. Empezó en serio en 1919, cuando el sociólogo norteamericano Thorstein Veblen publicó un artículo académico titulado La preeminencia intelectual de los judíos en la cultura europea. Planteó allí una idea que se ha convertido en lugar común, porque la estadística la ha hecho incontestable: muchos de los cambios revolucionarios en la cultura occidental son obra de un puñado de judíos. Sin Marx, Freud, Mahler, Kafka, Einstein o Arendt, la política, la psicología, la música, la literatura, la ciencia y la filosofía serían muy d…
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