El 5 de Iyar de 5708 (14 de mayo de 1948) quedó grabado en los anales de una nueva nación y en la historia de un milenario pueblo, que de acuerdo a la tradición desciende de los hijos de Jacob, las doce tribus que llegaron a un concepto colectivo “Am Israel o Bet Israel”, hasta la división posterior del reino de Salomón.
Desde aquella época y posterior a la destrucción del Segundo Templo, la soberanía como nación no existió, hasta la terminación del Mandato Británico para la Palestina, en donde una partición fue dada a un importante e histórico territorio, que ha sido testigo de infinidad de conflictos políticos y de las principales religiones monoteístas.
El próximo miércoles 14 de mayo, se inician los muy merecidos festejos de 60 años de independencia del Estado de Israel, un país que ha dado ejemplo de inteligencia, unión y prosperidad ante un medio geográfico y político sumamente hostil. Todavía la intransigencia de sus vecinos causa dolor y tragedia, pero su estabilidad y existencia a niveles internacionales, ya ha quedado demostrada sin duda alguna; en una palabra, se ha concretado en el concierto mundial de naciones democráticas.
Esperamos que en un poco más de tiempo, se den en definitiva las condiciones para una paz duradera y cooperación sin cortapisas. ¡Jag Sameaj! para la nación y su pueblo.
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