Los expertos en la salud indican que un programa de ejercicio moderado de 30 a 45 minutos, 5 ó 6 días a la semana puede reducir la glucosa en la sangre, la presión arterial, bajar el colesterol “malo” y elevar el “bueno”, mejorando la habilidad del organismo de utilizar la insulina y bajar el riesgo de un ataque cardíaco o un infarto cerebral.
Los conocedores en la materia y los estudios realizados al respecto han demostrado que las personas con un nivel de pre-diabetes, (cerca de 100 mg/dl) se benefician haciendo ejercicio 15 min. a la semana y bajando su peso de 5 a 10 kilos, logrando prevenir o dilatar la aparición de la diabetes tipo 2. Suena bien, ¿verdad?
Sin embargo, antes de comenzar a ejercitarse consulte con su médico. Una mezcla de ejercicios aeróbicos con levantamiento de pesas o prácticas de esfuerzo, debe ser supervisada por un entrenador. Por ejemplo, si el enfermo tiene problemas en los nervios de los pies o las piernas, no debe correr o golpear sobre una máquina caminadora o ejecutarlo en el pavimento.
Es indispensable monitorear el nivel de la glucosa antes y después del ejercicio. Si su azúcar es demasiado baja o demasiado alta antes de comenzar el ejercicio, se debe esperar hasta que los números se nivelen. Si comenzara a ejercitarse con un nivel de 300 mg/dl, su glucosa se incrementará, por lo que es necesario monitorearla cada 15 minutos.
Tampoco es recomendable hacer ningún ejercicio si la indicación está por encima de 250 mg/dl y aparecen cetonas en la orina. La actividad física de rutina hace al organismo más sensible a la insulina y el nivel puede bajar demasiado después del ejercicio. A esto se le llama hipoglucemia.
La hipoglucemia es el mayor riesgo si se sufre de diabetes tipo 2, debido al efecto que hace el ejercicio a la insulina. El incremento de la glucosa que entra por medio de los músculos produce una baja de glucosa, que puede durar de 12 a 24 horas. Las reacciones de la hipoglucemia incluyen: desde temblor y sudor excesivo a un exceso de hambre, dolor de cabeza, aceleración del ritmo cardíaco y cambios de humor abruptos. (Consulte a su médico en caso de presentarse cualquiera de estos trastornos durante o después del ejercicio).
Hay “llamadas de alerta” para las personas con diabetes. Una simple ampolla en los pies puede infectarse. Es absolutamente necesario revisar los dedos, plantas y todo el pie, diariamente poniendo atención en caso de aparecer alguna lesión o cortada, por pequeña que sea, sobre todo si se está haciendo ejercicio, y acuda al médico. Use siempre calcetines de algodón gruesos para prevenir ampollas y para mantener los pies secos, evitando el pie de atleta. Los zapatos o tenis que se usen, deberán ser confortables, amplios y sin que molesten en ningún sitio.
Algunos ejercicios de resistencia pueden dañar a las personas con retinopatía o alguna enfermedad de los ojos relacionada con la diabetes. Los aparatos mecánicos para hacer esfuerzo, o los ejercicios de banda pueden elevar la presión y causar sangrado en los ojos. En cualquier caso, consulte con su oftalmólogo e investigue cuales son los ejercicios apropiados.
Artículos Relacionados: