El cigarrillo y yo

Por:
- - Visto 593 veces

Empecé a fumar a los diez y seis años de edad.

Había en ese entonces razones “poderosas” que me hicieron tomar ese camino.
Al fumar acentuaba yo mi virilidad, en momentos de stress calmaba mis nervios, eso se me decía, mi personalidad se acentuaba en forma positiva, amen de otras “cualidades” que ahora ya no recuerdo.
La mayoría de los galanes de cine fumaban agregando un plus en su actuación.

Aconteció un día que con el cigarro encendido me encontré con mi padre; tiré el cigarrillo al suelo y lo pisoteé.


–       No lo tires hijo, me dijo mi padre.
–       Puedes fumar delante de mí. Lo único que te pido es que no fumes la víspera y el sábado…
Fue una especie de pacto que yo agradecí sorprendido.

El no fumar la víspera –viernes por la tarde- y el sábado resultaba ser para mí un tormento: Mi carácter me transformaba, me empezaba a sentir mal, algo me faltaba algo me molestaba, me volvía irritable, nervioso…
No exagero, el sábado sin cigarro se convirtió en mi día más difícil de la semana.
Cuando por fin al día siguiente podía encender mi primer cigarrillo, al penetrar las primeras bocanadas en mi ser el sabor resultaba muy desagradable…
Finalmente me estabilizaba y estaba yo “bien” fumando.

En mi juventud me volví deportista iba yo a la YMCA.
Fue ahí donde conocí al Dr. Elías Yunes.
Un día platicando con el en los casilleros salió el tema del cigarro.
–       El cigarro es totalmente nocivo a la salud, no tiene ningún beneficio y si mucho daño… Puede hacerlo impotente sexual…
La charla siguió al respecto… Ya no recuerdo los detalles.

Desde ese día decidí dejar de fumar.
Caminando por la calle tomo la cajetilla de cigarros, los cerillos y los tiré con fuerza a la orilla de la banqueta. Aquí se acabó afirme.

Los primeros tres días de mi renuncia mi malestar físico fue en aumento: irritable, nervioso, no me toleraba ni yo mismo, que mal me sentía.

A no querer me metí en la primera miscelánea que encontré:
– Déme unos cigarros, también unos cerillos.
Como un hambriento a la comida, así yo encendí mi primer cigarro…
Que alivio, que raro placer, volvía a mi “normalidad.”

Este tipo de episodio se repitió en mí ser unos tres o cuatro intentos para dejar de fumar…
No pude… El cigarro era más fuerte que yo.

Fue entonces cuando se me ocurrió. Compre una cigarrera de piel, saque de la cajetilla diez cigarros –contados- los metí en la cigarrera.
Fumaré solo diez cigarros al día me dije.
El primer día eran las doce del día, ya había fumado mis diez cigarros…
Pude aguantar hasta el día siguiente…

Al cabo de un año de esta disciplina, decidí dejar el vicio…
Los días que siguieron no fueron fáciles pero pude dejar de fumar.

Debo decir que años después ya sin fumar cuando veía cuando que alguien encendía un cigarro, se me antojaba muchísimo…

Desde entonces no he vuelto a fumar.

Mi obligación moral al escribir este articulo esta en decir una dolorosa realidad:
Mi madre, mi hermano, mi suegro, mi abuelo, a todos ellos que ya han partido, fueron fumadores y como consecuencia necesaria precipitaron su final.

Acerca de Nissim Mansur

Industrial y asesor en materia de seguros y fianzas, inicia su actividad periodística hace siete años, principalmente en periódicos y revistas comunitarias judías y en el periódico El Asegurador, en su sección "Vivir seguros".

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: