V
John Hadmond nació en Manhattan, Nueva York, y a joven edad se convirtió en la figura más relevante del movimiento por el software libre en el mundo.
Había logrado éxitos como programador como el editor del Proyecto GNU.
Siendo estudiante de primer año de Física en la Universidad de Harvard, Hadmond se convirtió en un hacker del laboratorio de inteligencia artificial (IA) del MIT hasta disolverse bajo la presión de la comercialización en la industria del software. En particular, otros hackers del laboratorio de IA fundaron la compañía Symbolics, la cual intentaba activamente reemplazar el software libre del laboratorio con su propio software privativo.
Por sí sólo duplicó los esfuerzos de los programadores de Symbolics para impedir que adquirieran un monopolio sobre los ordenadores del laboratorio.
Por ese entonces, sin embargo, él era el último de su generación de hackers en el laboratorio.
No fue sino hasta que anunció en varios grupos de noticias de Usenet el inicio del proyecto GNU que perseguía crear un sistema operative completamente libre del cual las autoridades en Washington notaron su presencia. Al anuncio original siguió, la publicación del Manifiesto GNU, en el cual Hadmond declaraba sus intenciones y motivaciones para crear una alternativa libre al sistema operativo Unix. Poco tiempo después se incorporó a la organización no lucrativa Free Software Foundation para coordinar el esfuerzo.
La mayor parte del sistema GNU, excepto el núcleo, se complete aproximadamente al mismo tiempo.
El director de Harvard, un viejo halcón lleno de arrugas, intento hacer un trato con John, pidiéndole que trabajara privadamente para él, cuando John no accedió, el director Hall hizo un par de llamadas a Washington y explicó que existía un nuevo frente al cual combatir, exclamando que las mentes criminales se reunían bajo el paraguas de los números y la informática en las universidades.
Las motivaciones políticas y morales de John Hadmond lo estaban convirtiendo en una figura controvertida. Muchos programadores influyentes que se encontraban de acuerdo con el concepto de compartir el código, diferían con las posturas morales, filosofía personal o el lenguaje que utilizaba Hadmond para describir sus posiciones, por lo que pronto lo comenzaron a estimar como un loco enajenado y se convirtió en candidato a la expulsión de la universidad. Hadmond escribió una nota al director Hall explicando lo siguiente:
“Que las empresas tengan especial influencia en la política significa que la democracia está enferma. El propósito de la democracia es asegurarse de que los ricos no tengan una influencia proporcional a su riqueza. Y si tienen más influencia que tú o que yo, eso significa que la democracia está fallando. Las leyes que obtienen de esta forma no tienen autoridad moral, sino la capacidad de hacer daño.”
John Hadmond
Cuando fue expulsado de la universidad, no se le vio más en público, sino hasta que comenzó a dar conferencias en la Conferencia Internacional de Software Libre. Pero al cabo de unos meses comenzó a sentirse gravemente enfermo, por lo cual decidió internarse en un hospital en Nuevo México, en un lugar pastoral y lejano a las ciudades y el ruido.
En el Hospital había algunas computadoras, a las cuales Hadmond a veces accedía en secreto. En las noches se levantaba de la cama, y huía a hurtadillas por el pasillo a algún sótano u oficina con un programador, y se dedicaba a escribir, hasta que el uso de las computadoras le causaban fuertes dolores de cabeza y úlceras en los riñones. Cada vez que prendía una computadora, se doblaba en fuertes dolores como si un castigo Divino lo estuviese señalando a él personalmente. No fue sino hasta una fuerte recaída que aprendió un nuevo concepto, un concepto que nada tenía que ver con el lenguaje de las computadoras, el concepto más noble sobre La Tierra, aprendió la existencia de Dios.
Algunas de sus conferencias fueron grabadas por la empresa Google y Microsoft, y vieron a Hadmond como un peligro para el desarrollo del libre comercio, y especialmente para las ganancias de sus empresas. El hecho de que hubiese creado sistemas que trataron de hacer una ruptura con el software comercial desacreditaba los derechos comerciales de muchos de sus productos, y creaba una plataforma para que los amantes de las computadoras y la programación intentaran evadir el comercialismo.
Ningún chico estudioso compraría jamás un sistema Windows.
Microsoft decidió emprender una demanda formal en contra de Hadmond, pero cuando los abogados que representaban a Microsoft llegaron a la corte, tuvieron que retirar la demanda porque Hadmond se encontraba en estado de coma en el Hospital de Albuquerque, sin ningún contacto con el mundo externo.
Durante éste estado John tuvo varias revelaciones. Hadmond se vio a sí mismo como en un sueño en un lugar enorme donde no existía la civilización, una región semi-desértica, donde los programadores nunca llegarían a formar una civilización. Como consecuencia de esto, se vio a si mismo conformando una tribu de programadores sin computadoras que formaron una cultura basada en la práctica de la agricultura. La vestidura de los programadores era funtivo del clima de las tierras a las que llegaban. En donde el clima era más caliente, solían usar menos vestimenta. Se vio a si mismo caminando entre ramas y hojas espesas al costado de una cama en el centro de un bosque de alientos y percusiones monofónicas hechas a partir de alientos de la naturaleza misma, como si su experiencia fuera inseparable de una gran variedad de instrumentos sinfónicos. El proceso espiritual se vió favorecido, entre otras cosas, porque los músculos del corazón de Hadmond tenían la magnitud de las dotes musicales de los ángeles que pronto aprendieron las reglas del manejo virtuoso de los instrumentos del alma.
Hadmond había sufrido de un tumor cerebral, un strock. Cuando los abogados de Microsoft se enteraron del paradero de Hadmond decidieron ir a verlo.
J. Phillips y Bill Ramos sabían que los crackers eran los seres mas inteligentes en el mundo, y que toda su inteligencia estaba enfocada a evadir la ley del stablishment, Microsoft ciertamente representaba al stablishment, y no podría tolerar a los crackers que intentaban perjudicar el desarrollo de la programación. Sin embargo en la corte, siempre llegaban a un arreglo, puesto que no existían genios más grandes, y éstos acababan siendo contratados por empresas como Microsoft y Google, y acababan siendo ejecutivos programadores a los que se les pagaba cientos de miles de dólares al año, los mejores sueldos en los Estados Unidos.
Los hackers eran la envidia de la sociedad, pero algunos estaban destinados a escapar del sistema y a vivir en los laberintos oscuros de la genialidad, ocultos en cuartos secretos, normalmente en las casas de sus padres, en donde se dedicaban como divertimento y forma de vida al cyber crimen.
Pero no había sido así Hadmond, su padre había muerto cuando apenas tenia unos años, y solamente pensaba en el sentido de lo que sería el paraíso. Su padre le había leído un poema cuando era niño:
En el paraíso de tus ojos, me pierdo porque estoy perdido, en la paz de tus labios, me encuentro porque estoy contigo, en el universo de tu alma, vivo con mil sentidos, en ti, vivo amándote.
En el paraíso los laureles, me pierdo en las ciénagas, en la paz de las naranjas, me encuentro porque estoy contigo, en el universo de tu alma, vivo entre las espigas de trigo, en ti, vivo amándote.
John no olvidó el poema que su padre le dedicó, y de pronto sintió añoranza por su padre, quien decía que los seres humanos eran los más sublimes como los más vulgares. Aún en su estado de coma decidió que al despertar tenia que buscar ese libro, el libro de poemas que había escrito su padre, el Ministro Elías.
John Hadmond no era un geek, sino un creativo, un hijo de poeta. Su padre había sido ministro, pero al entrar en el mundo de la Cábala encontró los secretos ocultos de la combinación de los números y las letras, que conformaban el infinito de la especie humana con toda clase de entropías y manipulaciones. John no pudo expresar esto en forma articulada en la escuela, por lo cual cuando estudiaba algorítmica se sentía cercano a esta misteriosa ciencia.
J. Phillips y Bill Ramos volvieron a Microsoft, y dijeron que Hadmond se encontraba en estado de coma por varios meses consecutivos, y que no había ley que permitiese demandar a un moribundo.
-Es caso perdido- dijo Ramos.
-Le decían ―El Rey hacker‖, pero si llegase a despertar será imposible que se dedique a la programación.
Los directores de Microsoft decidieron tirar el caso, y dedicar un articulo a Hadmond en la revista de PComputing: La muerte de un hacker!.
El articulo era para moralizar a los chicos y jóvenes de la universidad para que no se dediquen al crackerismo, sino que se inicien como programadores en las grandes empresas, donde además de una mente brillante, les esperaba una vida ordenada y apaciguada, una vida familiar y una carrera exitosa.
Describieron a Hadmond como el último de los profetas del crackerismo.
El 18 de julio de 2008 se presentó en el 4 Congreso Nacional de Software Libre. Realizó una conferencia acerca de Software Libre vs Software Privativo: libertad o esclavitud.
Según John Hadmond existía una gran inercia social que hacía que los usuarios de software creyeran que lo mejor era lo que todos usan y en lo que todos trabajan; consideraba que era necesario romper con el modelo impuesto por las grandes empresas de software privativo, y para lograrlo los pueblos debían comenzar a enseñar en las escuelas la diferencia que existe entre la libertad de uso de su informática y copiar modelos colonialistas.
Además en el artículo estaba escrito que no utilizar navegador web para visualizar páginas electrónicas, según sus palabras: “por razones personales, no navego por la web desde mi computadora‖.
-Es una pena que los jóvenes se dediquen al crackerismo, es tan grave como asaltar un banco, y es castigado por la ley severamente.- dijo Bill Gates a los jóvenes en las universidades.
Aparecieron miles de links en Google sobre Hadmond:
-El rey en estado de coma.
-Jaque mate a los gúrus del hackerismo.
-El software libre pierde la batalla.
-“Las obras de conocimiento deben ser libres, no hay excusas para que no sea así.”
-Una versión muy antigua de debían en su ordenador.
-OLPC XO con el sistema nativo
-Hadmond, un absurdo genial.
-Congreso Nacional de Software Libre.
-Vida y forma del cyber crimen.
-Hadmond es uno de los sabios del consejo de internet.
Pero John no había muerto.
Artículos Relacionados: