Con la experiencia de haber ocupado durante décadas diversos cargos directivos en empresas tan relevantes como Monsanto Mexicana –que luego se transformó en Industrias Resistol–, Benito Bucay Faradji, homenajeado por la Universidad Nacional, hizo un balance impecable y contundente: “Al recordar loque logró ser la industria química nacional en décadas anteriores, hoy tengo que criticar a una industria que fue o que pudo ser”. Y es que, abundó en entrevista el universitario egresado de la Facultad de Química, “el empresario mexicano ha faltado a su cita con la imaginación, con el desarrollo, con la investigación, con la creación. Ha sido más fácil copiar, imitar, irnos por el camino del ahí se va, del ya pasó, y eso nos ha hecho muy poco competitivos”.
Si no “dominamos el arte de crear conocimiento, de investigar, de desarrollar, vamos a ser esclavos siempre”, añadió. Sin embargo, sostuvo también, no es un reto inmanejable: “Sabemos cómo hacerlo, pero necesitamos el concurso de toda la sociedad para llevarlo a cabo. Por lo demás, no hay otra alternativa: Podemos y vamos a hacerlo”.
Pero Benito Bucay, además de su faceta en la industria, también ha sido un reconocido profesor universitario en su Alma Máter, la FQ. Acerca de esta experiencia, comentó: “El gusto de dar clase es tan intenso que si la pregunta fuera: ¿Sinsabores del profesor? Yo diría: No los supe nunca, no los viví, fueron todos momentos muy ricos”.
El profesor, estableció, necesita entregar las herramientas con las que ese ser humano se va a desarrollar. “Lo que tiene que aprender el alumno no es a memorizar conocimientos, sino aprender a aprender, a adquirir, a transformar, a crear conocimiento”. Otra etapa de su relación entrañable con la FQ, se dio en los años 80, cuando se inició una campaña financiera encaminada a recaudar fondos para la institución.
“Tuvimos muchos colaboradores. Por ejemplo, Javier Padilla peleaba por la vieja Escuela de Tacuba que estaba llena de recuerdos y en el abandono. La Universidad la rescató de las preparatorias populares. La campaña fue exitosa, el Patronato de la Facultad se constituyó y nos dio mucho gusto pasar el patrimonio recolectado a este organismo, para que siguiera con las tareas que ha realizado”, señaló sobre esta labor.
En aquel momento, precisó Bucay, “la Facultad de Química tenía nuevas necesidades, una nueva disciplina: La Química de Alimentos, que ya no cabía en las instalaciones físicas y era prácticamente imposible que la UNAM destinara todos los recursos necesarios para ello. Finalmente, esa campaña financiera logró recaudar lo necesario para que tuviéramos nuestro Edificio de Alimentos”.
Fuente:Quimica.Unam.mx
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