Andrés Roemer es la máxima representación de que para alcanzar los sueños, la felicidad y el éxito, hay que ser curioso y constante, tener deseos por aprender, superar el miedo, y no temer enfrentarse a las adversidades.
Su brillante trayectoria académica y profesional incluye ser Doctor en políticas públicas, economista y abogado, además de mente brillante, haber sido embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, ser defensor de los derechos humanos y múltiples reconocimientos. Andrés es un ser humano brillante, con un alma generosa.
En estos momentos históricos, lejos de sumergirse en pensamientos negativos, decidió alimentar su creatividad, por lo que entre sus muchos proyectos, empezó a escribir su nuevo libro titulado Homo Sentiens, como él mismo dice, escrito a mano, a la antigua, para después ser transcrito una vez que lo finalice.
En una interesante y amena entrevista, el Dr. Roemer nos comparte su historia personal, nos habla de su familia, de los libros que lo marcaron, cómo es que sus vivencias han formado al hombre que es, y sobre todo, nos da su opinión sobre el impacto inmediato y a futuro del COVID19.
Homo Sentiens nos plantea que el motor de la conducta está basado en las emociones, y cómo a partir de ellas forjamos el sistema de creencias que nos mueve a seguir y a actuar. Plantea como ejemplo, que en un currículum vitae solemos escribir nuestra trayectoria académica y laboral, cuando en realidad lo que nos define como personas son nuestras emociones, nuestros valores, el trato que tenemos hacia las personas, el planteamiento y manejo de los propósitos de vida, en fin, no se limita al ámbito académico sino a cómo somos en esencia. Como parte de sus reflexiones nos comparte que lo más profundo del pensar es el sentir.
Al compartir sus pensamientos, vemos cómo un hombre que podría haber tenido una vida ordinaria, decidió cultivar sus habilidades y desarrollar su potencial, en una búsqueda interminable de sí mismo y de la felicidad.
Que pena, su capacidad intelectual y su poder lo usó indebidamente.