Esta no es una historia

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El relato de Caín y Abel, esta semana-la primera lección en el ciclo anual de estudio de la Torá- es una de las historias formativas de nuestra cultura. Un recordatorio de la fragilidad del pacto tácito que une a la humanidad.

Después de que los humanos fueran expulsados del Edén, el asesinato de Abel por parte de Caín es lo primero que el narrador bíblico siente la necesidad de contarnos.

El profesor de la Universidad de Princeton, Ricardo J. Quiñones, señala:


“Aunque el mundo se ha enriquecido con historias que hablan de unidad, armonía, crecimiento pacífico y comunión, también ha encontrado necesario enfrentarse a los hechos de la diferencia, la discordia y la dislocación”.

El fratricidio de Caín en manos de Abel, añade el rabino Raphael Pattai, “expresa, por primera vez en la Biblia, la idea de que Dios no puede impedir el sufrimiento de los inocentes causado por sus semejantes. El castigo del agresor llega, como siempre, demasiado tarde. Abel no es devuelto a la vida, ni tampoco, en casos posteriores, el sufrimiento de los inocentes es reparado por el castigo o la retribución impuesta al transgresor. ”

La defensa de Caín ha sido su desconocimiento de lo que significa “matar” a alguien; antes no había la muerte en el mundo. ¿Cómo podía Caín saber lo que es la muerte y el asesinato? Sin embargo, debió haber experimentado la sensación que proporciona matar: el producir un efecto irreversible en otro ser.

Este deseo común, casi incontrolable, de estar por encima de los demás (o al menos el no poder aceptar que uno sea como los demás) desmiembra el sentido de fraternidad. Es el combustible que anima la matanza ejercitada por los Putin y Assad del mundo; los asesinos en las calles, escuelas y lugares de trabajo, y de oración de nuestras ciudades.

Al colocar la historia de Caín y Abel al comienzo mismo de sus lecciones a la humanidad, la Torá no quita a Dios de la ecuación que enmarca el concepto de hermandad. El sentimiento de hermandad no resulta de un imperativo biológico; la sangre en común no es algo que se experimente directamente.

La fraternidad resulta del hecho que otra persona posee los mismos padres.

La idea de la fraternidad humana resulta de la creencia bíblica de que, en última instancia, todos los seres humanos son descendientes de un mismo Padre.

Las Escrituras no sólo borran la idea de humanidad generada a partir de múltiples padres. También aplica la analogía de la paternidad, donde el padre transfiere a los hermanos la responsabilidad del uno por el otro. Génesis nos dice que la tarea humana es la de velar sobre la seguridad y el bienestar de nuestro hermano.

En lugar de convertir el instinto asesino humano en un decidido “no matarás”, sin excusas y sin peros, los humanos nos hemos convertido en sofisticados expertos en resquicios de todo tipo. Nos decimos a nosotros mismos que el asesinato no siempre es asesinato. Existe la defensa propia, la pena capital, el homicidio involuntario, la guerra, la eutanasia, el infanticidio, el geronticidio, el sacrificio religioso, etc. Pero, por más que tratemos de suavizar y hacerla palatable, siempre se trata de la muerte inexcusable de nuestro hermano. Esta es inexcusable por la simple razón de que “el hermano” es cada uno de nosotros.

El hecho de que el asesinato desempeñe un papel tan preponderante en nuestro entretenimiento, contribuyendo a aumentar la aceptación del asesinato entre hermanos y hermanas, difícilmente puede ser algo que pueda ser atribuido a nadie más que a nosotros mismos.

Que este siglo vaya a ser tan asesino como el anterior-el mundo en el que vivieron nuestros padres-o vaya a proporcionar un terreno más seguro para nuestros hijos y nietos, depende principalmente de lo firme que seamos hoy en transmitir a aquellos en posiciones de liderazgo que el asesinato y los asesinos no son aceptables.

Miles de años atrás, la Biblia entendió que esta es una de las cuestiones que definen a la sociedad humana. Desafortunadamente esta cuestión seguirá estando presente mientras sigamos escondiéndonos detrás de resquicios legales, morales y religiosos, encontrando excusas y tolerando que el asesinato siga formando parte de lo que observamos para entretenernos

Acerca de Moshe Pitchon

Moshe Pitchon es un pensador judío y el director de BY un centro de estudios e investigación del judaísmo contemporáneo basado en el sur de la Florida en los Estados Unidos.

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