Por fin judaísmo de derecha puro y estable, sin necesidad de adulterarlo o disfrazarlo con la incorporación de un puñado de judaísmo liberal y democrático que no tiene mejor ocurrencia que dar preponderancia a valores humanos universales. El poder del pueblo judío, ese que ahora está al frente de la única democracia en Medio Oriente, hoy siente el gran alivio de haberse desprendido de ese exceso de equipaje que representaba el peso ideológico del judaísmo traicionero de izquierda. Ya en el año 1999 Netanyahu se adjudicó públicamente el derecho de excluir a la izquierda del judaísmo: “la izquierda judía se olvidó lo que significa ser judío”[1]
Por fin Netanyahu sin antifaz, con toda su corte de extrema derecha, sin generales que creen en un ejército humanista con brújula moral (Moshe Yaalon, Ministro de Defensa hasta hoy) y con el apoyo de dos tercios del electorado judío de Israel. En una brillante maquinación táctica, el Rey Bibi incorporó a su gobierno al extremista Liberman, demolió al partido de izquierda Avoda mientras que propinaba una bochornosa humillación a su Presidente Yitzhak Herzog.
El verdadero significado y consecuencias previstos en esta jugarreta de política sucia de Netanyahu no hace falta buscarlo en las referencias de la oposición. Los futuros y trágicos resultados de esta confabulación de Netanyahu se pueden captar claramente de declaraciones de miembros de su propia ala política como de analistas carentes de identificación partidaria.
Beni Begin, hijo del famoso Menajem Begin y miembro del parlamento por el Likud de Netanyahu, declaró que la decisión de Netanyahu de nombrar a Liberman como Ministro de defensa es una “irresponsabilidad hacia la seguridad y los ciudadanos de Israel”. Para Moshe Arens, ex Ministro de Defensa de Israel también del partido Likud de Netanyahu “es imposible que un país asuma semejantes riesgos”.
El periodismo independiente no fue menos crítico. Para Ron Ben Yshai de Ynet, “el nombramiento de Liberman pone en peligro la seguridad Nacional”. Amir Oren, su colega del área de seguridad de Haaretz sostiene que, “para garantizar su permanencia como Primer Ministro, Netanyahu está dispuesto a tirar al carajo a Israel”.
La troika Netanyahu, Liberman y Bennet ahora dispone de todo el poder en Israel y se convirtieron en la avanzada del liderazgo del pueblo judío en el mundo. La incorporación de Liberman al centro de las decisiones permitirá adornar al judaísmo con una serie de perlitas dignas del pueblo del libro y el elegido por Dios.
Es totalmente irracional suponer que en un Estado Judío todos los ciudadanos tengan los mismos derechos. “Se debe combatir sin compromisos y negar totalmente la concepción que Israel es el país de sus ciudadanos. La razón de Israel de ser un estado del pueblo judío es justamente que, en caso de contraposición entre valores democráticos con la conservación del carácter judío de Israel, el Estado Judío prevalece. Hay una identidad total entre religión y y la pertenencia al pueblo judío y no se puede separar entre religión y el Estado”[2].
Para el nuevo Ministro de Seguridad de Israel, de ahora en más el mundo debe reconocer el derecho especial de los judíos de discriminar todo ciudadano o residente no judío de Israel. Está claro que toda crítica a esta valiente y democrática posición debe ser catalogada como antisemitismo y penada automáticamente por los sirvientes de Israel en el mundo.
Como Ministro de defensa de Israel ya se sabe que Liberman elevará a su grado máximo su predilección por valores aberrantes que indefectiblemente pasaran a ser parte inseparable del judaísmo moderno. Pena de muerte a terroristas palestinos (terrorismo judío es una invención del antisemitismo), aniquilar hasta el último miembro de Hamas en Cisjordania y Gaza (lo que implica reconquistar y dominar nuevamente esa franja), bombardear la represa de Asuán en Egipto y arrasar Teherán para dar una lección a los Ayatolas.
El pueblo judío, básicamente sumiso y aleccionado a soportar una disciplina ideológica prusiana, agachará la cabeza y soportará las consecuencias sin mayores reproches. En Israel se encerrará en su casa ante el aroma a pólvora y sangre que comienza a esparcirse por el aire.
Nosotros, los judíos que vivimos en Israel, sabemos muy bien que la asunción de Liberman como Ministro de Defensa nos dicta una acción inmediata: preparar los refugios y las habitaciones de seguridad.
El liderazgo de las comunidades judías de la diáspora, seguramente, continuará con su función de apoyo absoluto a Israel, convenciendo de esa manera a las sociedades que los circundan y acogen que no son más cómplices de ese judaísmo liderado por Netanyahu y Liberman que cada día acumula en su haber más y más caracteres racistas y opresores.
Bajo esa conducta deben tener muy claro que no podrán contener la hostilidad y el aborrecimiento que se proyectara en manifestaciones antijudías cada día con mayor intensidad. No hay manera de impedirlo: racismo israelí en nombre del judaísmo es el caldo de cultivo más efectivo para multiplicar y legitimar manifestaciones antijudías.
Si las direcciones comunitarias judías continúan con su histórica función de servilismo incondicional a gobiernos israelíes, muy probablemente cada miembro de esas colectividades se vea en la necesidad de subir al altillo y verificar el stock y condiciones de sus maletas. Puede ser que en el futuro las necesiten.
Ojalá me equivoque.
Daniel Kupervaser
[1] Grabación de Radio B, Israel, octubre 1999
[2] “La visión del partido Israel nuestra casa”, Pagina Web del partido.
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