Los hechos son contundentes. Tres empresarios procedentes de Israel e invitados a participar en un encuentro hispano-israelí sobre energías renovables en la Universidad Autónoma de Madrid tienen que refugiarse en un coche policial para protegerse de doscientos “pacifistas”. Los “activistas” acababan de lograr que se cancelara el evento, pero no se conformaron con eso. Cincuenta de ellos rodearon el vehículo de las fuerzas de seguridad, y comenzaron a golpearlo con la clara intención de alcanzar a sus ocupantes. Con uno de ellos lo consiguieron: el israelí Eytan Levy resultó herido en la cabeza.
Los “pacifistas” no se sienten avergonzados por herir a una persona. Cuando es contra Israel, o contra los judíos en general, la violencia parece justificada. En una página que se presenta a sí misma como “el periódico libre, para una ciudadanía informada” (y en la que se publican artículos de Anguita, Cayo Lara y hasta de Fidel Castro) un día antes se animaba a participar en la “concentración de repulsa en cuestión”. Horas después de producirse, y con Levy ya herido, uno de los asistentes se felicitaba en los comentarios de dicha web: “Al embajadorcito le hemos recibido como se merece en la UAM”.
En otros sitios web de extrema izquierda se habla de “éxito de la protesta ante la presencia de instituciones israelíes en la UAM” y, aunque no se presume de ello, nadie lamenta en ningún momento que alguien haya resultado herido. Es más: unos supuestos estudiantes de la Universidad Autónoma proclaman estar “satisfechas/os por la respuesta de los/as participantes en la protesta”. Curiosamente, a los autores de estas congratulaciones les resulta muy molesto el hecho de que la embajada de Israel “tilda a lxs (sic) solidarixs (sic) de supuestos pacifistas”. Al menos, en este caso no tratan de disimular.
Estos solidarixs, “pacifistas” y “activistas propalestinos” no son tales. Son antisemitas. Los palestinos son la excusa, no les interesan en absoluto. De otra manera, denunciarían el terror diario al que son sometidos los habitantes de Gaza por parte de Hamas o el uso de niños como escudos humanos por parte de esta misma organización terrorista y otras.
Mientras atacaban y herían a Eytan Levy, los solidarixs gritaban “fuera de Gaza”. Curiosamente, esta franja está bajo control de Hamas. Hace setenta y ochenta años los antisemitas centroeuropeos escribían en las paredes un lema: “¡Judíos, marchaos a Palestina!”. Ahora, esas pintadas han sido sustituidas por otras que exigen: ¡Judíos, marchaos de Palestina! Esta idea no sólo está en muros, la repiten ante cámaras y micrófonos personajes aparentemente distintos pero que al final comparten una fobia que suelen negar.
Mahmud Ahmadineyad ha reclamado una y otra vez que los judíos deben marcharse de Israel a Europa, ya que según él son de este continente. Ahora esa misma reclamación la hace suya la decana de los corresponsales de prensa en la Casa Blanca, la muy “progresista” Hellen Thomas. El uno y la otra prefieren olvidar que gran parte de los israelíes son hebreos expulsados o que tuvieron que huir de los países árabes, y que otros llevan viviendo en lo que hoy es el Estado judío desde hace muchísimas generaciones. Desde la supuesta flotilla solidaria fueron más sinceros al hablar por radio con la armada israelí. Su respuesta al requerimiento para parar la marcha fue un contundente “volved a Auschwitz”.
Fuente: Factual.es
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