Cuando hablamos sobre la pintura costarricense tenemos muchos referentes en la cultura de este país pero hay uno que es muy representativo para muchas personas ya que nos recuerda el hecho de que a pesar de las adversidades que la vida nos depare siempre tenemos la capacidad de transformarnos o cambiar superando cualquier obstáculo en nuestros caminos y destinos, siendo capaces de levantarnos una y otra vez.
O también volar transformados en mariposas las cuales se proyectan hacia el infinito en búsqueda de nuevos atardeceres y realidades, experiencias que en fin son las proyecciones de nuestros propios destinos.
Y eso es precisamente lo que Julia Sabah ha hecho con su vida porque en el camino podemos perder a nuestros seres queridos ya sea por una enfermedad, accidente o situaciones que están totalmente fuera de nuestro control pero lo que no podemos perder es el coraje de sobreponernos frente al dolor y la partida.
Es la lucha incansable de vivir más allá de toda pena porque como me relató ésta pintora y poeta en un momento de su vida se le apagó el color a sus pinceles y hasta silenció su voz por un tiempo donde no encontraba la palabra precisa que pudiera explicar lo que la desgarraba por dentro y menos plasmar la soledad que vivía por la enfermedad que le arrebató la vida a su esposo a través de una pintura o una poesía.
Pero la historia de Julia Sabah estaba apenas por comenzar ya que encontró entre las tinieblas que la envolvían día con día una luz que le daría de nuevo sentido a su vida y esperanza a través de la poesía y pintura de “Mariposa en Despoblado” su nuevo poemario y caballete de exposición sobre las mariposas, esos pequeños seres alados que viven una parte de sus vidas como orugas. Y luego envueltas en sus capullos ajenas al mundo que las rodea, despiertan a la vida después de un largo sueño desplegando sus alas al amanecer.
Así la poesía y pintura de esta Sefardita de origen turco radicada en Costa Rica, nos remite a una importante lección y esta es que en nuestras vidas podemos seguir como orugas alejadas de la realidad y envueltas en un capullo de oscuridad pero está en nosotros mismos salir de la crisálida y volar hacia nuevos lugares y situaciones que nos hagan vivir y experimentar la fortaleza que hay dentro de cada uno de nosotros sin olvidar de dónde somos y hacia dónde vamos porque ahí es donde radica la magia de lo que significa vivir.
Entonces, para todos aquellos que en un momento dado de sus vidas sientan que ya no pueden más o que les ha tocado vivir demasiada adversidad, recuerden a las mariposas y piensen que a pesar de lo frágiles que pueden parecer siempre nos traen un mensaje de esperanza y de cambio donde lo que para algunos es algo feo como un gusano envuelto en sus hilos, pronto se convertirá en un ser alado que volara más allá de toda sombra.
Por lo tanto, Vuelen, vuelen como las mariposas, recorran el cielo ya que solo de esta manera podrán entonces escribir su propia historia…
MUJERES DE MI VIDA
Dios, Tú me hiciste mujer como a ellas,
capaces de la magia,
gestar la vida y nutrirla
en la cálida matriz,
cuna de nueve pletóricas lunas.
Cumpliendo mil tareas distintas,
camaleones prestidigitadores
de la necesidad.
Podemos reír, llorar
y clamar sin vergüenza
a los cuatro vientos;
óvulos libres de pudor y restricciones.
Hormonas y corazón a ras de piel,
derramando su almizcle
y su color a nuestro paso,
cada una su particular fragancia
de feromonas desquiciadas.
Iridiscentes enredaderas
que extienden sus floridas ramas,
más allá de la amistad.
Capullos,
mariposas de carne y hueso
prestas a desplegar sus alas
a la mínima señal,
despreciando convenciones,
etiquetas y farsas.
Dios, Tú me diste la dicha de conocer
a esas maravillosas mujeres de mi vida…
Bailarinas delicadas,
zíngaras festivas de panderos,
madres guerreras enarbolando espadas,
sabias adivinas sin tarot,
chamanas del instinto visceral.
Ellas acompañan mi dolor
con sus propias lágrimas.
Maravillosas hadas madrinas
que me sostuvieron,
apartando las púas
con sus manos desnudas,
cuando era necesario.
Seres de luz que Tú pusiste
a mi disposición como una dádiva,
a todas y cada una de ellas,
Aquí les doy, Señor, esta oración.
Muchas gracias Julia por estas pinturas hechas poesía…
(Especial para Diario Judío.com de México)
21 02 2016.-
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