La dictadura venezolana está “pasando las de Caín.” Tras las nuevas sanciones de Trump, no solo se prohíbe el adquirir bonos nuevos y capital de PDVSA sino que la única fuente de liquidez real-ósea que le provee ‘cash’ directo a Venezuela-les está poniendo las cosas difíciles a la dictadura venezolana. Porque para los que no lo sepan Estados Unidos es el principal consumidor de petróleo venezolano y es Venezuela su tercer mayor proveedor de petróleo. Con esta medida, la administración Trump, a través del Departamento de Tesoro, incluso prohíbe el pago de dividendos al ejecutivo venezolano. Golpeando así, directamente al hígado, al dictador Nicolás Maduro.
Aunque CITGO, la ‘filial’ de PDVSA en los Estados Unidos, haya donado dinero a la investidura de Trump parece que la presión de la oposición venezolana desde Miami y Washington, DC, con base en la OEA, ha tenido sus frutos. Las medidas del presidente van de la mano con la aún posible movida militar que podría ocurrir en Venezuela. Una opción que según el propio Asesor de Seguridad Nacional de Trump, H.R. McMaster, pudiera tomar lugar en un “futuro no muy lejano.”
Hoy la Venezuela de Maduro está sumergida en un infierno. Con la caída de su PIB en un 27% por los pasados 3 años, con una inflación proyectada del 1,666% para este año, con sus bonos 9 escalones por debajo de la categoría chatarra, con una deuda que supera los $250 billones de dólares y con una dictadura que no supera el 20% del apoyo popular debido a la crisis alimentaria y humanitaria que vive el país, parece que va a colapsar. Pero a colapsar pronto debido a que el empuje social en las calles, movilizado por la oposición, ha hecho que incluso miembros del gabinete de Maduro y sectores claves del ejército se hayan rebelado contra éste.
Además, esta crisis y las medidas adoptadas por el presidente Trump son un duro golpe para el “Cartel de los Soles” que dirige Diosdado Cabello, ex presidente de la Asamblea Nacional Venezolana (ANV) y compinche de la actual presidenta de la ANV, Delcy Rodríguez, junto a otros generales. Aunque por otro lado, es una gran noticia para la industria del “fracking” ya que estas empresas verán que la reducción del consumo del petróleo venezolano y nigeriano les beneficiará e irá acorde con las proyecciones de crecimiento económico que se estima este sector tendrá en los próximos 10 años. Por otro lado, no me cabe la menor duda que aunque Venezuela pague con sus reservas de petróleo a los chinos, a los rusos y a otros países para financiar su deuda, es inminente que debido al alto índice de expropiación y devaluación del bolívar seguirán llevando a este país latinoamericano al desastre. Y eso sin mencionar que aunque el mercado petrolero-representado por la OPEP, Rusia e Irán-haya comenzado a “aumentar” su producción petrolera de nuevo, la continua importación de petróleo nigeriano e iraní al país, junto a la costosa explotación del crudo venezolano, llevarán a la dictadura a colapsar.
En conclusión, los severos golpes por los que ha pasado la dictadura de Nicolás Maduro tanto en la OEA como en Mercosur junto a estas sanciones nos lleva a preguntarnos hasta cuándo podrá este sistema corrupto funcionando. Desde mi punto de vista creo que la dictadura no llega a las próximas elecciones presidenciales. La presión de “la calle” hará que Maduro y su inconstitucional asamblea constituyente caigan al suelo a la velocidad de la luz.
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